domingo, 24 de abril de 2011

Visita de Vargas Llosa no le dio a Macri pinet de presidenciable

Emilio Marín

El jefe de gobierno porteño - que quizás vuelva a competir en ese distrito - puede ufanarse de ser el anfitrión con el que más tiempo pasó Mario Vargas Llosa. La runfla del PRO rodeó al novelista devenido en político ultra-liberal, llegado a estas playas para un seminario de los amigos de Washington (Mont Pelerin Society) y la apertura de la 37º Feria del Libro.

Vargas Llosa tenía dudas sobre cómo le iría en esta segunda misión, pues desconfiaba del kirchnerismo y un posible escrache. El recuerdo de cuando presentó su libro la anticastrista Hilda Molina, alias "la abuelita de Heidi", generaba algunas dudas en su comitiva.

La presunta campaña de censura de intelectuales cercanos al gobierno, nunca fue cierta. Y terminó de demostrarse el jueves, cuando nadie interrumpió lo que Joaquín Morales Solá llamó "misa pagana". Hasta Hebe de Bonafini, mutada en leona hervíbora, escuchó silenciosa al neoliberal y su reportaje con Jorge Fernández Díaz, de "La Nación".

Solo en la puerta de la Rural, sin molestar a los vargianos, los amigos de Cuba repartieron volantes en defensa de esa revolución y cuestionaron al visitante. La teoría de la persecución política contra el laureado novelista se comprobó carente de toda razonabilidad.

A pesar de eso, el discurso del personaje insistió en que tal censura había existido e, irónicamente, agradeció la gestión a su favor de Cristina Fernández, sugiriéndole que actúe con esa amplitud como gobernante. Traducido por Morales Solá, le pidió que sea lo que dice que es. Ese columnista interpretó al orador: "¿qué le pasó a la Argentina? Dio muchas vueltas sobre la misma pregunta: ¿qué le pasó a la Argentina? Un escritor tiene obsesiones que lo acompañan durante toda su vida. Descubrir el origen de los errores nacionales o sociales parece ser una de las suyas. ¿O, acaso, hace 40 años no escribió en Conversación en la Catedral una de sus frases más célebres: "¿En qué momento se jodió el Perú?" Ayer, antes de despedirse, pareció hacerse la misma pregunta sobre el indescifrable país de los argentinos".

Vargas Llosa ofendió a la Argentina, solo que con un lenguaje menos vulgar que en otras declaraciones para consumo de la fauna liberal que lo considera su pontífice.
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El amigo del general Antonio D. Bussi, feliz con la embestida revestida de reflexión cultural, tituló "Profundo, irónico y gentil". Cabría agregarle "y reaccionario", para dar cuenta de la puesta en escena del peruano, que luego partió hacia Salta. Allí lo recibió un cholulo y liberal gobernador kirchnerista; solo los peronólogos con máster y posgrados podrían explicar cómo conviven en esa corriente intelectuales como Horacio González y políticos como Juan Manuel Urtubey, al que Héctor Magnetto imaginaba como vice de Daniel Scioli.

"Flojos de papeles"
Ha crecido en forma aluvional la discusión sobre si el estado debe o no participar de los directorios de empresas privadas donde posee acciones. Los monopolios se oponen porque lo consideran casi una persecución política (otra más, como la denunciada por Vargas Llosa). Y presentaron un amparo ante la justicia. Lo hizo Daniel Novegil, titular de Siderar-grupo Techint, y principal sostén de la Fundación PROA, donde agasajó al peruano el martes en presencia de Macri.

El cinismo de los popes del acero no tiene límites. Fueron beneficiarios de la dictadura militar-cívica y aprovecharon el neoliberalismo para adueñarse de Somisa, con ayuda de Carlos Menem, Roberto Dromi y María Julia Alsogaray.

Pero hoy deploran un decreto de necesidad y urgencia de una presidenta democrática. La herramienta -DNU 441 - es perfectamente legal a la luz de la reforma de la constitución de 1994, pero el pulpo siderúrgico lo considera violatorio de la legalidad. Y en consecuencia, incumple esa decisión del ejecutivo que modifica un artículo de la ley por la que se re-estatizaron los fondos previsionales, antes timbeados por las privadas AFJP.

"Techint tiene razón", afirman sin ruborizarse los políticos de la oposición, los constitucionalistas de dudosa fama, los periodistas de los multimedios y hasta burócratas de la UOM. Así buscan la mayor presión sobre los jueces, camaristas y quizás supremos que deberán pronunciarse sobre esta cautelar. "Tengo fe que la justicia pondrá las cosas en su lugar", manifestó CFK. Quizás hablaba con el optimismo del corazón. Extensos bolsones conservadores de la justicia podrían depararle otra sorpresa como sucedió con la ley de medios, validando el pesimismo gramsciano de la razón.

La polémica tiene un trasfondo político e ideológico. Hay distintas valoraciones sobre si es conveniente o no que el estado tenga un rol en la economía. Novegil y su jefe Paolo Rocca, Magnetto, Macri, Eduardo Duhalde, Morales Solá y Vargas Llosa consideran que no. Esa intervención sería nociva y supone el peligro de "populismo" contra el que se dispararon los cañones del aludido seminario en el Sheraton.

El gobierno nacional y un amplio espectro político y social creen que es conveniente ese rol estatal, al menos como contralor. Y mucho más si las privadas vendieron papeles que hoy están en la Anses. No se trata de cantidades nimias, porque en Siderar llegan al 26 por ciento y en el Banco Macro al 30.

Vinculado con ese debate político está lo económico y financiero. El estado tiene parte en 43 firmas que deben repartir dividendos por 65.000 millones de pesos. Anses reclama casi el 10 por ciento de esa masa: 6.300 millones. Es también una cuestión de peso. O de muchos pesos. Si Techint se obstina en vetar el ingreso del Estado puede ser que, como le imputó Aníbal Fernández, esté "flojo de papeles".

Democracia y DD HH
Pese al espaldarazo que le significó a Macri las charlas y fotos con Vargas Llosa, su candidatura no logra entidad nacional. Sigue dependiendo del aparato duhaldista que ha mostrado sus falencias en la bochornosa interna del "federal" PJ.

La plata es fundamental para el ingeniero y su círculo íntimo se queja de una escasa colecta entre grandes empresarios para juntar recursos de campaña. ¿No será que esos directivos son pragmáticos y no quieren apostar a perdedor? No es por darles la razón, pero es cierto que el PRO es un partido porteño y encima no tiene decidido quién competirá con esos colores en la Capital.

Esas quejas del macrismo ponen en evidencia que para este grupo la democracia es auténtica si tiene mucho financiamiento de los sponsors privados. Esos políticos quedan casi cautivos de esos compromisos, lo que tala a la democracia cerca de la raíz.

Esa oposición no se cansa de cuestionar los manejos supuestamente poco democráticos del oficialismo, pero en los comicios de Chubut las irregularidades provinieron del gobierno de Mario Das Neves. Los comicios fueron el 20 de marzo pasado y aún hoy no hay mandatario electo.

Peor aún, el tribunal electoral decidió no realizar elecciones complementarias en seis urnas de tres ciudades, que habían sido anuladas. En estas hay un total de 2.000 empadronados, por lo que un elemental sentido democrático aconsejaba votar de nuevo. De ese modo se aseguraba el derecho de esas personas a elegir y ser elegidos, amén de otorgar validez al escrutinio provincial, supuestamente ganado por 400 votos por el candidato oficial.

La negativa del tribunal electoral motivó una apelación del Frente para la Victoria, lo que hará más engorroso y prolongado el período de espera de un resultado definitivo. Es una mancha horrible a la democracia y un signo de interrogación de cara a los comicios nacionales. Está bien que Florencio Randazzo critique el manejo de Das Neves en su pago chico, pero mejor será que interior tome nota de lo ocurrido y mejore su performance para octubre.

El domingo se tituló que la democracia estaba más segura con Patti preso pero que no se salvaba de los aprietes de Techint. Ahora cabe completar la idea: solo con ese subcomisario entre rejas no se alcanza a respirar tranquilo.

BBC Mundo informó que hay 40 represores y genocidas profugados de la justicia, entre ellos un conocido de los pampeanos como el coronel Luis E. Baraldini, ex jefe de policía. Con estos sujetos en libertad, dentro o fuera del país, se consuma una injusticia frente a los crímenes cometidos durante la dictadura. Y también crecen las posibilidades de amenazas, represalias y hasta desapariciones forzadas de los testigos y sobrevivientes de aquella represión ilegal.

Ya hubo un caso Jorge Julio López, desaparecido en setiembre de 2006 y esta semana pudo ocurrir otro similar, cuando desapareció durante casi tres días Víctor Martínez, testigo del asesinato del obispo Carlos Ponce de León. Martínez, directivo de Amnistía Internacional, apareció shockeado y declaró que sus secuestradores lo amenazaban con el tema del juicio, presionándolo para que se fuera del país sino quería sufrir perjuicios peores.

La democracia tiene entonces un triple desafío: mejorar sus estilos y servir a los ciudadanos, resistir a los monopolios y redistribuir el ingreso, y defender con más eficacia los DD. HH.

La Arena, 24 – 04 – 11

La Quinta Pata

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