domingo, 8 de mayo de 2011

Netzahualcóyotl: coyote hambriento del Anáhuac

Mary Ruiz de Zárate

El último día – marcado por el jeroglífico del venado – del sexto mes del año 1 conejos correspondiente al calendario chichimeca, que concuerda con el día primero de junio de 1402, nació en Texcoco, Netzahualcóyotl – Coyote en Ayunas – hijo del príncipe heredero del imperio chichimeca y de su esposa legítima Matlachi Cautzin, hija del gran Acamapichtli, hueytlatoani del México- Tenochtitlán.

Cinco años contaba Netzahualcóyotl cuando falleció su abuelo paterno, el emperador Techotlalatzin, momento esperado ansiosamente por el rey Azcapuzalco, el pérfido Tezozomoc, que anhelaba despojar a Ixtlilxochitl, príncipe débil y demasiado generoso.

En la primera guerra entre los tecpanecas y chichimecas estos últimos dominaron y obligaron a Tezozomoc a pedir la paz.

No quedó el rey de Azcapuzalco tranquilo y prosiguió sus preparativos para otra guerra, mientras se reponía del desastre. También durante este tiempo se atrajo a otros grandes señores, casando a sus hijas con ellos y otras veces sobornando, hasta que logró vertebrar una vasta conspiración en el mismo palacio real de Texcoco, lo que obligó a Ixtlilxochitl a escapar después de haber reunido a los notables del imperio y declarar a Netzahualcóyotl heredero al trono.

Rodeado en un bosque, y dándose cuenta que solo le restaba morir peleando, el emperador Ixtlilxochitl le ordena a su hijo que trepe a un copudo árbol y que se oculte bien en lo alto, advirtiéndole: “Hijo muy amado, brazo de león y último resto de sangre chichimeca, fuerza es dejarte para no volverte a ver y dejarte sin abrigo y amparo, expuesto a la rabia de esos lobos hambrientos. Procura guardar tu vida y entretanto pasa mi tragedia, mantente oculto y entre las ramas de ese árbol veas lo que veas y, en pudiendo huir, parte a las provincias de Tlaxcallan y Huexutxinco cuyos señores son tus deudos y de tu misma casa y pídeles socorro para restaurar tus estados y cuando este llegue, te encargo mucho la observancia de las leyes, para que a ejemplo tuyo te observen tus vasallos a quienes has de mirar como hijos, premiándolos en sus buenos servicios, especialmente a los que en esta situación me han ayudado; aunque reconozco que mi ruina me ha venido de mi demasiada piedad, no estoy arrepentido del bien que hice. No te dejo otra herencia que el arco y la flecha; ejercítalos y debe al valor de tu brazo la restauración de tu reino”.

Esto sucedió según las crónicas y códices chichimecas, el día nueve señalado con el jeroglífico del búho, del mes huespanistli, del año 4 conejos.
Leer todo el artículo
Bebiendo sus lágrimas el joven príncipe vio desde lo alto del árbol cómo combatía valientemente su padre hasta que dos capitanes tecpanecas lo atravesaron por la espalda con sus largas lanzas. Aguantó su pena pensando en la venganza, cuando los asesinos despojaron a Ixtlilxochitl de sus insignias reales y le cortaron la cabeza para llevarla a Tezozomoc.

Netzahualcóyotl pudo llegar a Tlaxcallan, encontrando en el camino a dos medios hermanos suyos y a dos sobrinos que eran valerosos guerreros, los que le prestaron escolta hasta el término de su viaje.

Durante años, el joven Coyote en Ayunas recorrió sus estados, de incógnito. A su regreso a Tlaxcallan, en contra de la opinión de sus parientes que temían que le matasen también, logró introducirse hasta en la misma corte de Azcapuzalco disfrazado unas veces de comerciante, otras de porteador, etc., variando el aspecto y los lugares de estancia, para evitar ser reconocido o descubierto.

En México permaneció dos años preparando la guerra contra Tezozomoc protegido por su tíos maternos, los reyes de Tenochtitlán y Tlatelolco, que habían sido cómplices, en su oportunidad, de la muerte de Ixtlilxochitl, pero que luego comprendieron que más les convenía ayudar al sobrino que no sostener a Tezozomoc ya decrépito, y a sus hijos tan odiados y déspotas como él.

Un coyote devora el corazón de Tezozomoc
Próximo a morir, el rey tecpaneca advirtió a sus hijos que diesen muerte a Netzahualcóyotl, porque mientras el viviese habría peligro de perder el imperio de Texcoco.

Sus temores aumentaron cuando noche tras noche se le repetía en sus agónicos sueños la pesadilla de “un coyote que le devoraba el corazón, mientras un águila le picoteaba la cabeza”. Los augures del reino interpretaron esto como que Netzahualcóyotl recuperaría su trono y que en ello le ayudarían los mexicanos representados por el águila.

Muerto Tezozomoc, los dos hijos del tirano olvidan momentáneamente la recomendación póstuma y se enfrascan en una lucha por el poder, que culmina con el asesinato de Tayauh, designado heredero por Tezozomoc en detrimento de Maxtla, el primogénito, que se consideró burlado en sus derechos.

Maxtla consigue sus fines muerto su hermano y se hace jurar emperador, pero careciendo del talento político de su padre, pronto se enemista con los rebeldes señores de las provincias, con los reyes de la meseta y con los grandes tlatoanis de México.

Luego incurre en la estupidez de asesinar a Chimalpopoca, el hueytlatoani de Tenochtitlán, lo que le enemista definitivamente con ese pueblo.

El sucesor de Chimalpopoca, su hermano Iztcoatl, era un hábil guerrero y sagaz político que logró que el rey de Tlatelolco se le uniese para declararle la guerra a Maxtla.

Moctezuma Ilhuicamina, medio hermano de Iztcoatl fue general en jefe de los ejércitos que derrotaron y aplastaron a Maxtla obligándole a refugiarse en su capital: Azcapuzalco, a la que atacó el propio Netzahualcóyotl, al frente de sus texcucanos y de los chalcas que se le habían unido.

Capturado Maxtla en un temaxcalli – baños de vapor – de su palacio, fue llevado a rastras a presencia de Netzahualcóyotl, el que hizo que públicamente se le dijese, por un juez, todas las crueldades y crímenes que había cometido. Acto seguido, levantando una macana, de un solo golpe, quitó la vida a su enemigo.

Todos los pueblos de México veneraron desde entonces a Netzahualcóyotl con supersticioso temor, creyéndolo semidiós, ¿pues acaso no había resultado cierta la profecía de los augures y el coyote no había devorado el corazón de Tezozomoc?

Netzahualcóyotl, hueytlatoani de Texcoco
Emprendió la reconstrucción de su pueblo, reorganizó la economía al distribuir las tierras de cultivo entre los calpulli – barrios de familias dedicadas a un oficio – los guerreros, los grandes señores, los tlatoanis y el estado.

Su notable labor en las obras públicas al levantar el famoso acueducto de Chapultepec, en México, que abastecía de agua a Tenochtitlán y a los numerosos edificios de gobierno, templos y palacios, maravillaron a los españoles de Hernán Cortés cuando años más tarde llegaron a conquistar a Texcoco.

Todas estas obras públicas se ejecutaron en cooperación entre México, Tlacopán y Texcoco, como miembros de una Confederación de Estados, fundada a la terminación de la guerra contra Azcapuzalco.

Sabio, poeta y filósofo, amante de la historia, hizo una ley singular: impuso la pena de muerte a los historiadores que expresasen hechos falsos en sus pinturas (como se sabe, la escritura mexicana antigua era pictográfica). Netzahualcóyotl se casó con una hija del tlatoani de Tlacopán, la bella Matlachicautzin, luego de una romántica historia de amor.

Tras un largo reinado de cuarenta y dos años, durante los cuales convirtió a Texcoco en el centro científico del Anáhuac, murió dejando en la memoria de su pueblo la creencia que algún día volvería, porque los chichimecas se negaban a creer que su amado Coyote en Ayunas era mortal.

Juventud Rebelde, 11 – 12 – 70

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario