Alfredo Saavedra
El hirsuto y disoluto Charlie Sheen (Carlos Estévez de nombre oficial) actor estadounidense, ha dominado la noticia del espectáculo en los últimos meses, en particular por sus notorias “hazañas” que han incluido abusar de su más reciente mujer, a quien amenazó con matar colocándole un cuchillo en la garganta y el escándalo levantado al causar destrucción total del mobiliario de la habitación de un hotel, donde se divertía con una prostituta de las tantas que ha recogido de las calles de Nueva York, donde su popularidad entre tales trabajadoras del comercio sexual rebasa la que en toda la nación pueda tener el presidente del poderoso país.
El actor, quien surgió a la fama en la década de los 80 con la película Pelotón , centrada en la guerra de Vietnam, llegó a capitalizar mayor cantidad de simpatizantes con la comedia diaria en la televisión Dos hombres y la mitad de otro , cuyo contrato con la cadena Fox le fue rescindido por su desordenada conducta en la calle y sus insolencias para con los productores de ese programa. A partir de su expulsión de esa franja de televisión, su fama ha ido creciendo al nivel de sus desplantes públicos.
Charlie Sheen, hijo del prestigioso actor y activista político Martin Sheen, se ha convertido en un ídolo de multitudes que lo han elevado a la categoría de un dios por el exceso de veneración expuesta por sus fanáticos que de seguro verán en el consagrado artista virtudes que no son por necesidad reflejadas en el cine y la televisión, aunque es indudable que fue a partir del ya mencionado programa televisivo que su personalidad alcanzó los niveles que lo han colocado en un pedestal.
Lo cierto de todo es que ha surgido una masa de aficionados que forman ya una legión de seguidores que se resuelven en profesantes de un modelo de religión que prevalece en particular sobre una juventud volcada hacia la adoración de nuevas deidades, entre las que Sheen (o Estévez) es un santo patrón en un culto que nada tiene que ver con las inquietudes tradicionales que han supuesto una contribución para el desarrollo de la sociedad.
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