Tariq Ali
(traducción Hugo De Marinis)Luego del esperanzador revuelo de Wisconsin, ¿será este el principio de un verano egipcio en Nueva York? La primavera ha estado ausente de los corazones de la política de Estados Unidos por demasiado tiempo.
Los congelados inviernos de los años de Reagan y Bush no se derritieron con Clinton u Obama: hombres vacíos que reinan sobre sistemas vacíos donde el dinero domina todo y el desacreditado estado se utiliza para preservar el status quo financiero y para costear las guerras del siglo XXI. La discusión, el debate, la franqueza han desaparecido prácticamente de la vida política dominante de Estados Unidos y sus más extremas versiones en Europa, con Gran Bretaña como el gallo en la cima del palo del gallinero. La extrema derecha es pequeña. La extrema izquierda apenas existe. Es el extremo centro que domina la vida política y financiera.Los manifestantes de “Ocupar Wall Street” se están movilizando consciente o subconscientemente contra un sistema capital-financiero despótico; un vampiro infectado de glotonería que tiene que chupar la sangre de los que no son ricos para sobrevivir. Los manifestantes están mostrando su desprecio por los banqueros, los especuladores financieros y por sus empleados en los medios de comunicación que continúan insistiendo en que no hay alternativas. Como el sistema de Wall Street domina Europa, versiones locales de ese modelo existen también ahí. El que los jóvenes hayan sido rociados con gas pimienta por la policía de Nueva York podría no haber funcionado como ellos esperaban, pero están endiabladamente seguros de saber en contra de qué están y eso es un buen comienzo.
London Review of Books, 30 – 09 – 11
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