domingo, 27 de noviembre de 2011

María Celina Dell ‘Isola : con los pinceles del alma puestos en los huarpes

Silvina Agüero

Mendoza. Nacida en Junín de Buenos Aires y luego radicada en Mendoza, esta talentosa y sensible plástica se sirve de su arte para apoyar a los sectores de nuestra sociedad mendocina que más vapuleados e irrespetados fueron en sus derechos y dignidad, como nuestros antiguos pueblos originarios locales.

Maestra de escuela normal y profesora de idiomas inglés y francés, María Celina Dell ‘Isola juega con las formas y los tonos mientras se compromete profundamente con su tiempo y la sociedad mendocina a la que adoptó como propia.

De estilo figurativo y realista, en sus obras imperan los colores. Pero no hay dudas que sus principales “musas inspiradoras” son los rostros, las vestimentas, las posturas, la cultura y la… marginalidad a la que fueron sometidos y condenados los huarpes de nuestras desérticas tierras lavallinas. Por este fuerte compromiso surgió su magnífica obra “La deuda interna” en homenaje al inclaudicable reclamo de estos aborígenes por volver a poseer las tierras de sus ancestros, las que les fueron salvajemente arrebatadas.

No me interesa el arte porque sí, necesito que tenga un significado profundo, una razón de ser en mi vida, expresa Celina. Luego agrega: Esta gente necesita tanto… Pintarlos como un modo de clemencia es lo que puedo hacer para ayudarlos…

Pero otro de los hitos movilizantes para María Celina fueron los 500 años del gran encubrimiento de América. Fue así como nació su obra: Los dueños de la tierra… 500 años después, en una clara y profunda memoria para los pueblos originarios de nuestro ensangrentado continente.

Su último trabajo igualmente comprometido y de denuncia es: La segunda conquista del desierto, en homenaje a los puesteros que también fueron desalojados de sus tierras.

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Celina capta con magia y maestría a la vez, todo ese imaginario aborigen y mestizo; logra relacionar de modo único su pasión por pintar con la gran responsabilidad de ser un verdadero testigo histórico, comprometido con su tiempo y la sociedad a la pertenece. Claro que ella es totalmente conciente de todo eso y por eso expresa;

Carezco absolutamente de poder, ¿qué podría cambiar yo…? Me limito entonces al lenguaje que mejor manejo y que es el de las imágenes. Muchos de mis personajes son personas reales, con los que he podido conversar y a los cuales me siento profundamente ligada, a pesar de la aparente ausencia de lazos reales. Estas personas luchan por su supervivencia en un medio deteriorado por el progreso de los otros (nosotros), pauperizados, acorralados, empujados al borde de la extinción, mendigos en su propia tierra, esperando una justicia que nunca es justa con los que no tienen fuerza para pedir. Y luego agrega: ¿Servirán mis pinturas para algo…? “

No hace falta analizar demasiado para saber cuál es la respuesta a su dubitativa pregunta. Cuando la magia, el conocimiento y la creatividad se conjugan con el compromiso y el apoyo incondicional hacia la verdad y hacia aquellos que más han sufrido despojos, injusticias e indignidades el resultado no puede ser otro que maravillosamente esperanzador y afirmativo.

La Quinta Pata, 27 – 11 – 11

La Quinta Pata

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