Ramón Ábalo
Es un espectacular show con varios pasos: previas en cada uno de los departamentos, desde hace tres meses. Festicholas de la tonada, del melón y la sandía, del chivo, del damasco, del pisado de la uva, la música y el vino y la gran final con la Vía Blanca, el carrusel, la fiesta central y dos repeticiones. Bellas y todavía púberes féminas, algunas competirán por un reinado promotor del turismo y los negocios de la vid y el vino, y otras yerbas nativas. Las tribulaciones de los de arriba y los de abajo esos días dejan de tener identidad con la dramaticidad de los males que nos aquejan cotidianamente.
En los espacios de los encuentros sociales – palcos, banquetes, agasajos – los saludos y abrazos se intercambian con efusión, incluso entre adversarios políticos y competidores de mercado, postales que reflejan los medios periodísticos, destacando este perfil como también la "fiesta del civismo y los modales democráticos". No aparecen como tales las comparsas de ambientalistas antimineros, los docentes quejosos de sus salarios, los antioficialistas, los antiK, los anticristinistas, los antiEvo, los antiCorrea, los antiFidel, que eso son, en el fondo, quienes tienen como pretexto la defensa del medio ambiente y los que exigen concreción de sus reivindicaciones sociales.
Es ya un clásico que las porfías y enojos de los manifestantes tengan como este escenario y como blanco humano a los representantes del gobierno, centrados en el gobernador. Esta vez, en este año vendimial, le toca al Paco Pérez recibir los cascotazos. Al respecto, y al ser consultado sobre este fenómeno de la bronca, el gobernador respondió serenamente que la discordia del día de hoy no es la trascendencia inmediata de su gestión "sino la que se viene el día después". Realista, su mirada del día después se posa en una larga lista preñada de exigencias en lo inmediato, aunque muchas de ellas acompañadas de claras resonancias políticas interesadas en provocarle dolores de cabeza. Lo producido de las cosechas y la elaboración de los vinos son puntos notorios en la dicha lista, resaltando la disminución de la vid este año, el problema de los pequeños productores y la llamada agricultura familiar, a lo que se suma, en la lista, la discordia con las empresas petroleras, especialmente con la YPF gallega, a la que se le ha descubierto que no ha puesto un solo peso más en la búsqueda de más oro negro, pero que igualmente ganó miles de millones de dólares en el último año, y paradojalmente, la disminución en un 50% de las regalías. Es que la Repsol exporta más que lo que destina al mercado local, con precios internacionales, lo que duplica sus ganancias sin generar más producción si hiciera las inversiones comprometidas en los contratos de concesión. Algunas provincias productoras, como Neuquén y Chubut han emplazado a la YPF a que ponga el dinero ya para las inversiones, de lo contrario, en apenas siete días más le retirarán las concesiones, por lo que cabe esperar que Mendoza no resista la tentación de tomar una medida similar.
Vendimia, reinas y un mañana para el Paco gobernador laburando a full para conformar a tirios y troyanos. Los remezones de la crisis encaramada en los llamados países centrales "oír se dejan" por el sur del planeta. No obstante, si las decisiones oficiales de arriba abrevan en una realidad como la nuestra, argentina y latinoamericana, todo a mano en una naturaleza ubérrima, renacer de la política y el conocimiento masivo de los enemigos de lo popular y nacional, estamos salvados.
La Quinta Pata, 04 – 03 – 12
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