domingo, 6 de mayo de 2012

El sistema internacional de justicia y la impunidad de algunos estados

Federico Niemetz

El 5 de mayo comienza el juicio a los supuestos responsables del atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001, y nuevamente se pone en tela de juicio el paradigma de justicia de Estados Unidos y su relación con el sistema internacional.

Ayer 5 de mayo de 2012 comenzó el juicio a Jaled Mohamed, Ramzi ben al-Chaiba, Alí Abd al-Aziz, Wallid ben Attach y Mustafá al-Hussaul; los supuestos responsables del atentado terrorista a las torres gemelas. Curioso es que recién ahora (más de 10 años después del atentado) comience el juicio, pero aún mas resonante es que estos cinco activistas anti-occidentales lleven 10 años presos sin juicio alguno que los haya condenado. Yo no soy ningún experto en lógica jurídica anglosajona o estadounidense, pero creo que el principio “in dubio pro reo” (nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario) y el “debido proceso” (necesidad de llevar a cabo un juicio justo con todos sus pasos procesales antes de declarar culpabilidad) rigen en todo el mundo.

Hay numerosos puntos a analizar que, lamentablemente (para no aburrir al lector), no desarrollaré; pero que vale la pena nombrar para marcar la ilicitud y falta de respeto al derecho internacional de los Estados Unidos. En primer lugar, surge como obvio preguntarse cómo llevarán a cabo un juicio contra extremistas islámicos siendo que la gran mayoría de las fuentes internacionales de investigación confiables han demostrado en sus pericias que existen numerosas inconsistencias con la tesis del gobierno yanqui; que nos llevan a pensar que el atentado fue realizado con expresas órdenes del gobierno de G. W. Bush para generar un clima de tensión contra el mundo árabe que diera el aval social para llevar a cabo una guerra contra Afganistán e Irak. Los informes de estas pericias inconsistentes pueden ser leídos por cualquiera en numerosas páginas de Internet; por lo que en esta nota vamos a hacer ceteris paribus, suponer la inexistencia de ellas, vamos a imaginar la inocencia de los Bush y vamos a sostener ficticiamente que el atentado fue realizado por militantes musulmanes extremistas.
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Otro punto que me veo obligado a marcar es el lugar de realización del juicio. Un juicio es el símbolo ideal de la justicia, es el acto en el que se pone en práctica la maquinaria del estado para condenar a los criminales y absolver a los inocentes, el ícono de la legalidad. Tragicómicamente, este juicio será realizado en la ilegal cárcel de Guantánamo perteneciente a Estados Unidos pero colocada ilícitamente y contra toda normativa internacional en territorio de Cuba.

Ahora sí, vuelvo a la temática de la nota. Ya habíamos marcado que los imputados llevan 10 años presos sin juicio alguno, faltando al principio “in dubio pro reo” y al debido proceso pero lo que todavía no comentamos es que la cárcel de Guantánamo no cumple ninguno de los requerimientos internacionales para los lugares de detención y jamás permitió una investigación de la comisión americana de DDHH (recordando que la comisión debería tener libre acceso a cualquier estado que haya firmado la Convención Americana de DDHH. Hasta la dictadura militar argentina permitió el ingreso de investigadores de la comisión). Guantánamo es tierra de nadie, donde los uniformados norteamericanos pueden hacer lo que deseen (y no es solo una forma de decir) con los presos. Como ejemplo de ello podemos nombrar el caso del principal imputado en este juicio, Jaled Mohamed, quien ha perdido 22 kilos desde su detención ya que las autoridades de la cárcel decidieron “no darle de comer hasta que hable”. Finalmente, Mohamed habló declarándose como el arquitecto del atentado y será juzgado por este crimen. Pero… ¿el arquitecto no había sido el ya fusilado Osama Bin Landen? Otro principio jurídico que Estados Unidos parece desconocer es que no puede juzgarse a dos personas por el mismo delito. Jaled Mohamed no solo fue privado de su derecho a la alimentación sino que también fue sometido a 183 técnicas de ahogamiento como estrategia de confesión; sin importar que esta técnica de interrogatorio sea internacionalmente considerada como tortura, y Estados Unidos haya firmado la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. El mismo director de la CIA sostuvo que “el programa busca instalar una sensación de desesperación en el detenido”.

Anthony Romero, director de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, ha anunciado que los cinco imputados han sido sometidos a manipulación del ambiente, privación del sueño y temperaturas extremas, para obligarlos a declarar en su contra. Nuevamente vemos dos faltas al derecho internacional: la primera es forzar a una persona a declarar en su contra, y la segunda es la realización de otras tres prácticas interrogatorias consideradas como tortura, trato cruel o inhumano.

A los detenidos se les negó el derecho a la defensa de un abogado durante los últimos 10 años; y peor aún, su detención se mantuvo en total secreto durante varios años. Así es el caso de Jaled Mohamed quien fue capturado en marzo de 2003 pero fue encerrado en secreto en centros clandestinos de detención pertenecientes a la CIA hasta su traslado a Guantánamo en 2006.

¿Hasta cuando vamos a permitir la impunidad de Estados Unidos y el incumplimiento de la normativa internacional? El sistema de cortes internacionales no puede investigar ni juzgar a estados que no hayan permitido la competencia contenciosa de estos tribunales y Estados Unidos es uno de los pocos países que no ha firmado la competencia contenciosa de ningún órgano judicial internacional. ¿Por qué los países permiten que las cortes internacionales los investiguen y castiguen siendo que no es obligatorio esgrimir este permiso? En primer lugar, los países “serios” saben que no son perfectos y abren sus fronteras a la investigación y posible condena de las cortes de la ONU o los tribunales regionales para llevar a una verdadera justicia (o lo más parecido a ella). Desde ya, vemos como Estados Unidos se considera perfecto y no cree que nadie pueda verificar su política de justicia y derechos humanos. Pero en segundo lugar, los países permiten la competencia contenciosa de las cortes por una cuestión diplomática, el estado que no permite que su país sea investigado es mal visto en la comunidad internacional y puede llegar a ser sancionado económicamente, comercialmente y de muchas otras formas. ¿Cuándo va a llegar el momento en que el mundo vea mal a Estados Unidos por sus recurrentes incumplimientos al derecho internacional y su decisión de no permitir la competencia de las cortes? ¿Cuándo va a ser el momento en que la OEA mire mal a Estados Unidos por no permitir la competencia de la corte interamericana de DDHH y la ONU mire mal a Estados Unidos por no legitimar la competencia del Tribunal Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia? ¿Cuándo será el momento en que Europa deje de comprar vinos y cereales estadounidenses, China deje de comprar los bonos de deuda norteamericanos, o Arabia Saudita deje de venderle su petróleo? Realmente me pregunto ¿Cuándo será el momento en el que el mundo tome cartas en el asunto?

La Quinta Pata, 06 – 05 – 12

La Quinta Pata

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