domingo, 27 de mayo de 2012

Las culturas del Tahuantinsuyu: el antiguo Perú de los Incas (I)

Mary Ruiz de Zárate

Los primeros pobladores de los territorios que abarcara el antiguo imperio inca, eran cazadores-recolectores primitivos. Sus escasos vestigios que solo tenían una tecnología muy atrasada y desconocían la agricultura.

Poco antes de 1500 a.n.e ya se había establecido en el Tahuantinsuyu la vida sedentaria basada en la pesca, la agricultura o ambas cosas a la vez. Cuando se introdujo el maíz cultivado, aumentaron de modo considerable los recursos alimenticios; llegó la cerámica, quizás del norte, y en las montañas se domesticó al guanaco, la alpaca, la llama y la vicuña.

Actualmente, gracias a los restos descubiertos hasta los primeros años de nuestro siglo, los arqueólogos de esa época sabían que en las tierras altas y en la costa del Perú había florecido una gran variedad de culturas, mucho más adelantadas que las antiguas aldeas, que formaron la base de la civilización incaica.

Alrededor del año 1940, los estudios de los arqueólogos peruanos Julio Tello y Rafael Larco pusieron de manifiesto que, por lo menos, hace más de mil años, se había extendido una vigorosa cultura por una dilatada región del Perú septentrional y central.

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La cultura de Chavín
A esta primera civilización peruana se la conoce con este nombre por ser su centro más importante, el Chavín de Huántar, en la ladera oriental de los Andes.

En un angosto valle, a 3.000 metros sobre el nivel del mar, al lado de un riachuelo llamado Mozna, que nace en la cordillera blanca y tributa al Marañón, se encontró en 1873 una losa, la llamada estela Raimondi, que presenta en bajorrelieve un monstruo, mitad hombre, mitad jaguar, que entre sus garras sostiene unos cetros.

Esta losa procedía de un complejo llamado “Castillo”, en cuyo interior se han descubierto escaleras y galerías subterráneas. Todo parece indicar que se trataba de un santuario, probablemente un lugar de peregrinación.

Las investigaciones de los arqueólogos determinaron que en esos adoratorios se reunían artistas, artesanos y mercaderes de varias partes del Perú, que allí intercambiaron técnicas y productos en una natural simbiosis cultural.

La unidad político cultural de la civilización Chavín terminó bruscamente quizás debido a que el dios jaguar sufrió algún revés teológico que redujo la popularidad de sus templos o lugares de peregrinación. Pero la civilización peruana no desapareció con el culto del jaguar; tan solo se dividió en multitud de fragmentos aislados que se desarrollaron cada uno independiente del otro.

Los motivos zoomorfos en la ornamentación, con una plástica muy expresiva, caracterizan a la cultura de Chavín que conoció la maleabilidad del oro y una verdadera tejeduría del algodón.

Joyas de turquesa y de hueso y chapas repujadas en oro, se encontraron en el valle superior de Jequetepe, y en el valle de Tepeña plataformas escalonadas, al igual que en Casma y en Sechín, notabilísimas las de este último lugar.

La civilización de Paracas
En la árida península de Paracas se encontraron cementerios de más de 2.000 años de antigüedad por el arqueólogo peruano Tello, lo que determinó que la sucesión cronológica de esta civilización se dividiese en dos grupos. Pero queda por responder, dónde y cómo pasaron sus vidas las personas que hay enterradas allí.

Con arreglo a la roca dura excavaron los paracas sus tumbas hasta ocho metros de profundidad. Un pozo vertical conduce a estas sepulturas que desembocan en una cámara redonda. Todo permite suponer que cada caverna funeraria, labrada en la roca viva, era una especie de panteón familiar, pues en cada una de ellas yacían numerosos cadáveres de diferentes edades.

En este lugar, llamado la Necrópolis de Paracas, los cadáveres perfectamente conservados, por momificación, ahumándolos después de sacarles los intestinos, se encontraron sentados y cubiertos por ricas y ornamentadas vestiduras. Entre las envolturas exteriores las (de hasta veinte metros por cuatro de largo) de tejidos soberbios, bordados con diminutas figuras de peces, aves, animales, dioses o criaturas mitológicas, mezcladas con dibujos geométricos y dispuestas en complicados diseños.

En algunos casos, estos mantos poseían más de 190 matices diferentes. Por un milagro de química pre científica los colores son hoy tan vívidos como en la lejana edad en que se hizo la tela.

Los Icas y los Nazcas
Con los siglos, la cultura de Paracas se mezcló poco a poco con la cultura nazca, que tenía su centro en los valles Ica y Nazca a 160 kilómetros costa abajo.

La tradición textil de los paracas la continuaron los nazcas, agregando nuevas y complicadas técnicas de tejido, pero nunca igualaron los minuciosos y delicados bordados.

El arte más sobresaliente de los nazcas fue su cerámica pulida, en la que una sola vasija puede estar pintada hasta en once colores diferentes. Los diseños revelan gran libertad y variedad. Algunos son naturalistas, con aves, peces, insectos y otros animales conocidos por los indios.

Existe una característica notable en la cerámica nazca: no fueron dados a reproducir al hombre, preferían al jaguar, tal vez como una reminiscencia de la milenaria cultura de Chavín.

En el desierto que antiguamente fue escenario de la civilización nazca llaman la atención unas misteriosas imágenes semienterradas que han salido a la luz al quitarse la costa de tierra que cubría la base de la roca. Muchas son enormes figuras geométricas cuyas líneas rectas y ángulos difícilmente podrían mejorarse con los modernos métodos de agrimensura. Estas líneas están relacionadas con los solsticios de verano e invierno, a manera de inmensos calendarios astronómicos para ayudarles a determinar las fechas en que debían comenzarse los cultivos y preparar las zanjas de riego, a fin de recoger la corriente de los ríos estacionales.

La alemana María Reicht (vive en esa zona como una moderna anacoreta) se ha dedicado al estudio de estas figuras que alcanzan más de 500 metros y se extienden por una superficie de ocho kilómetros.

(Continuará)
Juventud Rebelde, 22 – 10 – 72

La Quinta Pata

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1 comentario :

Marlenita dijo...

La cultura inca es totalmente increible, por eso realizare un cusco tours para ir a conocer un poco mas de ello.

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