domingo, 8 de julio de 2012

Encontraron a Dios en una partícula pero no dijeron nada sobre su presencia

Alfredo Saavedra

Aunque los científicos involucrados en el proyecto denominado de forma generalizada “En busca de la partícula de Dios” desaprueban de forma oficial esa denominación, llamándole en cambio Proyecto de la partícula de Higgs, el público lego en asuntos científicos esperaba una aproximación mayor a la expectativa de una supuesta explicación de la entidad divina, encarnada en el dios de las prevalecientes tendencias religiosas.

Pero aunque al final fue celebrado con júbilo en los círculos científicos correspondientes, el pasado miércoles, el hallazgo de esa partícula subatómica, que supone dar explicación empírica al origen del universo, la afición a la novedad especulativa se quedó sin una respuesta satisfactoria a la ilusoria esperanza de tener más conocimiento al misterio que envuelve la noción de la existencia de Dios.

Eso recuerda la anécdota de cuando el primer viaje espacial del primer astronauta ruso Vladimir Gagarin, quien al retornar a la Tierra fue preguntado por los periodistas si en las alturas del espacio había visto a Dios y Gagarin sin inmutarse les respondió: “Sí, pero me encargó que les dijera que… no existía”.

El proyecto de la partícula Higgs, que recibe ese nombre en honor del profesor Peter Higgs, directivo de la Organización europea para la investigación nuclear, al informar el miércoles sobre el resultado de la investigación, tras muchos años de trabajo con una inversión de billones de dólares, reportó que la culminación de la investigación dio como resultado la confirmación del descubrimiento de la partícula que en esencia se describe como otra unidad subatómica que explica de forma preliminar el origen del universo.
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Se informó que en el primer billón de un segundo de tiempo después del Big Bang, el universo era una proporción infinita de partículas que al dispersarse formaron masas de materia que dieron vida al sistema de galaxias y por consiguiente al sistema planetario. Sin embargo, en fecha reciente científicos de la universidad de Columbia, tras un largo proceso de investigación pusieron en duda la teoría del Big Bang, al proponer que lo que ocurrió fue una colisión de universos que dieron lugar a la formación del que conforma el sistema galáctico al que pertenece la Tierra.

Esa teoría de la existencia de una inconmensurable cantidad de universos, que se prolongan en forma infinita en el espacio infinito también, ha sido compartida por científicos comprometidos con el estudio de la astrofísica, con lo cual se produce la contradicción aparente de la teoría del Big Bang, que tendrá que dar respuesta a la incógnita de lo que podía existir en el espacio antes de ese fenómeno.

Tal vez respuestas a todas las interrogantes sobre el origen del universo, puedan encontrarse el día quimérico de la comunicación con otras civilizaciones, que se supone existen más allá de los conocimientos que se tienen hasta el momento del sistema cosmológico y que a lo mejor tengan noticias de las que no se tienen ahora de manera científica sobre la existencia de dioses que es probable que en esas incógnitas civilizaciones los tengan también, a lo mejor más poderosos que los que predominan en la Tierra y que puedan dar lugar a una competencia de divinidades, lo cual sería muy interesante para despejar dudas sobre la capacidad del Dios omnipotente que predomina en la cultura occidental prevaleciente en este planeta.

La Quinta Pata, 08 – 07 – 12

La Quinta Pata

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