La lucha sindical a 36 años de La Noche del Apagón

Eduardo Duschatzky

Jujuy. Rafael Vargas tenía un año cuando la dictadura secuestró en julio de 1976 a unos 400 trabadores y vecinos del ingenio Ledesma y de Calilegua en Jujuy, de los cuales más de 30 permanecen desaparecidos, en la operación represiva conocida como la Noche del Apagón.

“No nos olvidamos de compañeros que dieron su vida por pensar en una Argentina diferente, en representaciones políticas diferentes y en un gremio diferente, que pelee por los trabajadores”, afirma hoy Vargas, desde hace algo más de un año secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados del Ingenio Ledesma.

A partir de la masiva represión de hace 36 años, ensañada en especial con dirigentes y activistas obreros combativos, los trabajadores de la empresa carecieron de una auténtica representación gremial, relata el sindicalista, quien ingresó al ingenio en 1996.

“Lamentablemente, durante muchísimos años se sucedieron representaciones gremiales patronales, entregadas, sometidas a los intereses que siempre ha tenido la parte empresaria”, personificada en Carlos Pedro Blaquier, titular del poderoso Grupo Ledesma.

Sobre la conducción sindical que encabeza, elegida el 10 de junio de 2011, Vargas enfatiza el compromiso de “defender siempre los derechos de los trabajadores” y afirma que, “todo lo que se ha logrado en esta empresa, ha sido fruto del sacrificio y de la lucha”.
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El Sindicato del Ledesma avanza “por ese camino a través de las asambleas, a través de la participación”, como lo exigían Vargas y sus compañeros “dentro de la fábrica, durante mucho tiempo”, cuando aún no habían sido elegidos para integrar su dirección.

El viraje sindical del año pasado fue el resultado de la persistente lucha de los trabajadores dentro de Ledesma y del apoyo y la experiencia de otros sindicatos de ingenios como el salteño San Martín del Tabacal y los jujeños Río Grande en La Mendieta y La Esperanza.

“A partir de allí, era buscar un grupo con convicciones, que se anime. Porque estaba muy claro que el que se mete en política gremial, distinta a los intereses de la patronal, queda afuera. Y esto lo digo no porque toque de oído, sino porque lo he visto. Nosotros habíamos participado hace tres años (en otro intento de recuperación sindical) y el compañero que estaba a la cabeza ya no está trabajando. Acá la persecución existió y existe”.

Para evitar represalias patronales, la acumulación de la fuerza que finalmente les permitió ganar la elección sindical de 2011, con la lista Gris, debió hacerse “muy a ocultas, construyendo la conciencia necesaria para que la gente pudiera creer en otro tipo de dirigencia”.

“Pero la posibilidad que nosotros tenemos ahora, que nuestra gente nos haya elegido como su representación, abre una historia diferente junto con otros gremios hermanos. Estamos añorando reflotar lo que fue la Federación azucarera regional, que integraban los gremios de acá del norte de Jujuy y que queremos hacer extensiva al Sindicato de Tabacal en Salta”, explica.

Para reconstruir la Federación, contracara del empresarial Centro Azucarero Regional del Norte Argentino (Carna), “pensamos también en el gremio de San Isidro, cuando los compañeros logren sacarse de encima a una dirigencia que se somete a la patronal y es nociva para la participación de los trabajadores”, señala el titular del sindicato.

“Contamos también con la Central de los Trabajadores (la CTA encabezada en Jujuy por José Del Frari y a nivel nacional por Pablo Micheli), que nos da apoyo jurídico y en los reclamos que nosotros consideramos justos”.

Vargas destaca además el “señalamiento” del ingenio de Blaquier y de centros clandestinos utilizados en la Noche del Apagón, impulsado por la Secretaría de Derechos de la Nación el 11 de este mes, en vísperas del comienzo del primer juicio por crímenes de lesa humanidad que se desarrolla en Jujuy.

“Es muy importante poder señalar a todos los culpables y cómplices” de la represión, “porque acá ha habido compañeros desaparecidos, torturados y asesinados”, entre ellos Jorge Weisz y Carlos Patrignani, concluye Vargas.

Télam, 22 – 07 – 12

La Quinta Pata