domingo, 21 de octubre de 2012

Sintonía fina, soberanía, rebeliones

Ramón Ábalo

Hace aproximadamente unos siete años que los mendocinos hicimos abortar el proyectado operativo Águila III, que consistía en ejercicios militares aéreos en conjunto con la aviación militar yanqui, cuya base principal iba a ser aquí en Mendoza, en la IV Brigada Aérea. Los menducos ganamos las calles durante varios días, hasta que el ejecutivo nacional dio marcha atrás. Posteriormente, en las mismas barbas de Bush, el asesino serial del mundo; le tiramos abajo la pretensión de meternos en el ALCA, el proyecto mayor del imperialismo para succionarnos aún más nuestro trabajo y los frutos de nuestra tierra. Fueron dos altos ejemplos de conciencia soberana como pueblo, inscriptos en una rica historia de enfrentamientos a los imperialismos de turno, como en aquellos años de 1806 y el 1807 contra los invasores ingleses. La revolución de mayo, el congreso del año 13, la independencia. Después, y antes, otros ejemplos, siempre mayores, como la batalla de San Lorenzo, Tucumán y Salta, el éxodo jujeño, el ejército libertador.

Y claro, el cipayismo y la entrega en paralelo, desde Rivadavia, la banca Baring, el pacto Roca-Runciman, la década infame, la oligarquía vacuna y la burguesía industrial explotadoras y dependientes. Dos posiciones claramente definidas y antagónicas en las que se inscribe también la esencia clasista de una y otra posición: el entreguismo que emana de los intereses antinacionales, y la de los trabajadores, de los productores, netamente nacional y popular.

Ante la nueva situación en la Argentina , las embestidas del enemigo son cada vez más incisivas y sutiles en pos de recuperar terreno e imponer sus designios, y tanto más peligroso cuando su poder viene en declive con varios frentes en el resto del mundo. Y para siempre en Latinoamérica y el Caribe. Y que no estamos a salvo de las embestidas imperialistas, del enemigo externo e interno, nos lo indican decisiones que nos dejan con la boca abierta por venir del poder político que tiene como soporte las apoyaturas de grandes sectores populares; decisiones que incentivan al enemigo en acecho, impulsando a las rebeliones policíacas, institucionales aparentemente impedidos de reciclar el clásico golpismo militar.
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No somos ingenuos ni críticos de ocasión al gobierno nacional y por eso nos parece un exabrupto sorprendente que se haya impulsado la presencia de "maestros marines para "capacitarnos" en defensa y seguridad. Cuando menos es "un golpe al corazón de la Unasur, y "pese a que el ministro de defensa, Arturo Purecelli, se esforzó en minimizarlo, explicando que solo participarían civiles, lo cierto es que se ha prestado la sede del edificio libertador para desarrollar el dicho IMET (International Military Education and Training), un programa "para capacitar sobre defensa y asuntos de interés para las fuerzas armadas, según lo explican en Estados Unidos. La capacitación al personal de defensa, a cargo de especialistas yanquis en "Seguridad nacional, guerra no convencional y operaciones de información"... forma parte de la escalada imperialista en una región que en los últimos tiempos se ha valido de herramientas propias, como Unasur, para eludir sus intereses de dominación. Sin embargo, como en el caso de las iniciativas del Pentágono para desarrollar ejercicios militares conjuntos, el dictado de estos "cursos", es un claro caso de intromisión en nuestros asuntos internos...representan un paso atrás (muy grave) en materia de soberanía nacional. Por más que el ministro de defensa quiera desmentirlo, se trata de una avanzada militar estadounidense sobre la seguridad interior en nuestro país. Y apunta a corroer el grado de integración regional alcanzado que tanto duele a los yanquis y sus aliados. Por eso lo rechazamos categóricamente". (Periódico Nuestra Propuesta, del PC). Y desde nuestras páginas también, porque no somos ingenuos ni timoratos, y entonces recalcamos ciertas políticas que son alimentos jugosos para los bestias.

Mal olientes flujos primaverales
Una nota periodística de Jorge Luis Ubertelli, que reafirma lo que venimos marcando, señala que el 17 del mes pasado llegó a nuestro país Frank Mora, subsecretario de seguridad de Estados Unidos para el hemisferio occidental. Nada menos, y en paralelo se realizaron disertaciones frente a uniformados y civiles locales por tres enviados del pentágono, auspiciando una vuelta a la problemática de la seguridad interna envolviendo en la acción a las fuerzas armadas. En coincidencia, los muros de Buenos Aires lanzando epítetos y blasfemias contra la "negrada", Cristina, Cuba, Venezuela, contra el populismo y el comunismo. En coincidencia, el secuestro de Antonio Severo, testigo en el juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra ("es un aviso para la presidenta", dijo). En coincidencia, uniformados de la prefectura y la gendarmería ocupando edificios, exigiendo e insultando y con pancartas que reivindican a figuras militares del genocidio. Es una nueva táctica, afirma Ubertelli, del imperialismo para su "patio trasero", que consiste en catapultar acciones desestabilizantes de gobiernos que no le son afines, a través de las fuerzas de seguridad, propagandizadas por los medios hegemónicos; restaurar el "orden" y "la tranquilidad y volver a inmiscuirlas - a las FFAA - en los asuntos internos, revitalizando la doctrina de la seguridad nacional, a falta de conflictos externos. La tríada: crimen organizado-fuerzas de seguridad-fuerzas armadas, serían piezas del ajedrez imperial actualizado, jugando en el "patrio trasero".

Y pueden ocurrir tres cosas, siempre de acuerdo a Ubertelli: que la cuestión de la asonada policíaca, se arregle. que prosigan con su escalada, obligando a intervenir a las fuerzas armadas; que los amotinados requieran el soporte de las fuerzas armadas y los sectores civiles para tumbar al gobierno o imponer cambios sustanciales de las políticas nacionales y populares.

Frente a ello, Ubertelli sugiere: movilizar a las masas populares (y ganar las calles) para preservar el gobierno y abortar todo tipo de acción desestabilizante. Convocar a los países del Mercosur, del Unasur, de la Celac, el Alba, y así, a través de sus presiones se depongan las acciones desestabilizantes . Y armar al pueblo previa constitución de un estado mayor de poder popular , para defender con todas las fuerzas locales e internacionales a fin de quitarle poder al entreguismo local y la injerencia extranjera.

Y como también rogaba Ubartelli, menos mal que no se pasó a mayores. Pero ojo, no bajar los brazos.

La Quinta Pata

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