domingo, 18 de noviembre de 2012

Sociología del control global

Eloy Pérez Lana

“Violencias de Estado” (Siglo XXI, 2012) de Pilar Calveiro, constituye un acercamiento imprescindible para pensar los modos de configuración de la violencia estatal-global en la contemporaneidad.

Violencias de Estado
Pilar Calveiro
Siglo XXI, 2012
328 páginas


Violencias de estado es pensado por Pilar Calveiro como un intento de abordar algunas características de la etapa actual del capitalismo, a partir de la exposición de los rasgos de la violencia estatal contemporánea y sus modos de penalización hacia el interior, como hacia el exterior, de los territorios de los estados-nación.

Objeto de análisis muchas veces contradictorios entre sí, el momento presente del capitalismo es indagado aquí a partir de la premisa, por cierto polémica, de que el mismo no constituiría una ruptura con la etapa previa sino un desarrollo de algunas de las características de la triada habitualmente conocida como fordismo-estado de bienestar-keynesianismo. Destacándose aspectos tales como la vocación totalitaria, el aislamiento del individuo, la creación de un “otro” carente de derechos y el sometimiento permanente a un estado de excepción.

Más allá de que coincidamos o no con la hipótesis de que asistimos a la conformación de una suerte de estado global, con las características mencionadas, una virtud de la obra es, a partir de la recuperación de diversas conceptualizaciones sobre el poder, situar al lector ante hechos no ocurridos en un pasado ya superado –o en vías de superación– sino que se están desarrollando en estos momentos y que merecen algún tipo de posicionamiento que no se reduzca a la contemplación o a un lamento infértil.
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Resulta muy relevante, incluso para comprender ciertos devenires de la política vernácula, el desarrollo que se hace sobre las diferentes modalidades que asume la autodenominada “guerra contra el terrorismo”. Allí aparecen aspectos como: la creciente tercerización o privatización de la represión y neutralización de los disidentes políticos y sociales; la globalidad de las legislaciones contra el terrorismo, que lo reducen a toda violencia que no provenga del estado; la apertura a nociones puramente subjetivas sobre la supuesta peligrosidad de diferentes actores sociales. Sin duda, iluminar estos aspectos de la realidad mundial es un insumo útil para realizar nuestros propios análisis sobre las características que asume, a nivel local, la política punitiva del estado.

De la misma manera, es valioso el análisis realizado en torno a los dispositivos carcelarios en la actualidad, con sus edificios de alta seguridad concebidos como mero depósito, expresión nítida de la anatomía política actual. Allí también se observan los elementos comunes que coexisten en países que poseen problemáticas diversas, gobiernos de signos políticos supuestamente enfrentados y estadísticas delictivas disimiles. En todos ellos se asiste al aumento de penas con privación de la libertad, al auge de las empresas privadas de seguridad, y a una creciente magnitud de reos, hacinamiento, torturas y asesinatos.

Es acertado, a su vez, el intento de correlacionar las características que asume la violencia estatal con las formas que adopta el mercado capitalista y, de este modo, trazar una línea conductora que brinde cierta inteligibilidad al complejo escenario que habitamos. Ello, a sabiendas de las dificultades que supone todo planteo que pretenda avanzar en una comprensión global de los fenómenos sociales. Es por este motivo que vale la pena destacar el análisis comparado que Pilar Calveiro realiza de las experiencias relatadas por los prisioneros de campos de detención de la “guerra contra el terrorismo” con las de los detenidos en las cárceles regulares del estado en la llamada “guerra contra el delito”. Y, del mismo modo, la exposición metodológica de datos en torno a la evolución de la criminalidad, la evaluación del rol de las redes legales/ilegales en el sostenimiento de las actividades delictivas, las características específicas que asume la población carcelaria, junto a los desarrollos acerca de los efectos de las llamadas políticas de “mano dura” –en momentos en que el discurso de la “inseguridad” se convierte en punta de lanza de los sectores más concentrados del capital para construir hegemonía en torno a sus intereses entre los diversos sectores sociales.

En definitiva, Violencias de estado, independientemente de su premisa básica respecto a la caracterización global de la actual etapa capitalista –que consideramos debatible– se presenta como un material sumamente útil para aquellos lectores interesados en los vaivenes y continuidades de la política contemporánea, nacional e internacional, que trascienda la superficialidad de los relatos construidos hegemónicamente.

Espacio Murena, 13 – 11 – 12

La Quinta Pata

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