domingo, 27 de enero de 2013

Construyendo

Rolando Lazarte

Este es mi lugar. Todas las personas necesitan de un lugar para vivir. El lugar que me corresponde es en una página. Es en esta página que estás leyendo. Cuando empiezo a ver las letras aparecer en la hoja, me empiezo a ordenar. Empiezo a sentir que estoy en mi lugar.

Es claro que uno no encontró su lugar solo. Alguien nos fue haciendo ver que esto era lo que habíamos venido a hacer en el mundo. Poner letras en un papel, ponernos en un papel, de modo que la gente pueda irse viendo en lo que escribimos.

Esto es escribir. Esto es lo que yo he venido a hacer en este mundo. Puedo mirar mi vida en retrospectiva, y aún verme en el presente, en el día que va pasando, en el tiempo que se va yendo, y veo siempre lo mismo: me veo escribiendo.

Voy viendo esa retrospectiva y este presente que se proyecta hacia el futuro, y es como si todo el tempo se compactara en un único tiempo. Es esto que está aquí. Son estas palabras que vas viendo delante tuyo. Es esto que se va formando en tus ojos.

Esto es lo que he venido a hacer. Crear puentes, establecer espacios de encuentro. Los he ido buscando en mi vida, y los he ido encontrando y compartiendo. He establecido estos puentes en varias direcciones, como la tela de una araña.

He ido encontrando gente que resuena con lo que escribo, y yo me reconozco en esas puertas que se van abriendo hacia el interior de otros seres humanos. Me reconozco en esa fusión, me he ido encontrando y me voy encontrando cada vez más en esa eterna escritura indescifrable cuyo libro es el tiempo, como dice Jorge Luis Borges.
▼ Leer todo
Es lo que Paulo Freire dice también, de otro modo. Todas las personas van escribiendo y van leyéndose a sí mismas y al mundo, en una continua escritura colectiva y personal. Agradezco haber podido encontrar mi lugar, saber cuál es mi lugar, pues pocas cosas nos hacen sufrir tanto como no saber cuál es nuestro lugar, o estar en el lugar equivocado.

Los lugares van cambiando, y de pronto uno descubre que uno mismo es su propio lugar. Pero no hay lugares aislados, todo está entrelazado. El lugar de cada uno está cosido con los lugares de todos los demás, de todo lo demás. Pero especialmente nuestros lugares cambiantes se van tejiendo con los lugares de otras personas con las cuales nuestra vida va siendo cosida, en una especie de telar cósmico y terrestre.

Cuando empezamos a ver que esto es así, cuando empezamos a darnos cuenta de que todo nuestro existir es una especie de hilo que va siendo tejido en muchas direcciones, aun llevándonos muchas veces a unirnos a personas que no tienen nada que ver con nosotros, y que en esa unión sufrimos y hacemos sufrir, aun así, el tejido nos va mostrando rumbos.

Rumbos por afinidad y por antagonismo, y en todo, crecemos. En todo, aprendemos. Uno puede ver su vida de esta forma, y entonces empieza a ver y a sentir la unidad de todas las cosas. Aún personas con las cuales chocamos, nos enfrentamos, divergimos, nos hacen crecer. Aprendemos a coexistir con los diferentes, con las diferencias. Aprendemos a vernos en la unidad de lo que fluye.

Foto: Paulo Freire

La Quinta Pata

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