domingo, 13 de enero de 2013

El gobierno con aciertos y límites, la oposición pifiando de lo lindo

Emilio Marín

La semana que transcurrió mostró al gobierno en acción, con un proyecto y dirección bien definidos, con un saldo positivo que mostrar. En cambio, la oposición hace agua por todos lados. Así comenzó 2013.

Habrá que ver si la política doméstica se mantiene a lo largo de todo este año del mismo modo como se inició. En Argentina nunca se sabe. Si fuera por lo mostrado en el comienzo, queda claro que el oficialismo larga con una cómoda ventaja en relación a la dispersa y confusa oposición, que no logra hacer pie. Este sector, en realidad varios con una débil coordinación contra su "enemigo principal" -Cristina Fernández de Kirchner - no viene siendo capaz de presentar un proyecto atractivo ante la mayoría de los argentinos. Y de conducción, ni hablar...

No es que el gobierno cristinista sea el Lionel Messi de la política, porque tiene varias asignaturas pendientes. De todos modos, sabe lo que quiere, tiene aceptación popular y una gestión para mostrar, incluyendo una dirigente de primer nivel. Con eso le sobra para mirar con optimismo el año, con el condimento de que habrá elecciones legislativas de importancia.

Un ejemplo: estalló el verano y el volumen del movimiento turístico y el consumo popular está en niveles altos. Puede haber puntos más o menos que en temporadas anteriores, pero nada que ver con los pronósticos catastrofistas tipo Lilita Carrió. La gente que puede veranear, que no es toda la gente, valga la aclaración, ha salido o está saliendo dentro y fuera del país, con pesos o con divisas, respectivamente. El infierno vaticinado por "la cadena del desánimo", como la llamó la presidenta, con el desastre que originaría el "cepo cambiario", no existe.
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Solo el candidato José M. De la Sota se ha atrevido a ligar cierta expectativa menor en las serranías cordobesas con las limitaciones cambiarias impuestas por el gobierno nacional al que aborrece. Seguramente, luego de hacer esas y otras declaraciones incendiarias, se tomará un avión rumbo a Brasil, que es su segundo hogar.

Por cierto que la inflación, relativamente alta, del orden del 20-25% anual, sigue siendo un motivo de gran preocupación y crítica social. Sin embargo, también en esto se equivoca la oposición, a instancias de los medios monopólicos, que quieren facturar todo ese problema al gobierno, como si fuera de su propia hechura.

Se defendió bien de esas críticas Florencio Randazzo, al decir que hay una cultura de sectores empresarios que, cuando aumenta la demanda de bienes por mayor consumo, en vez de aumentar la oferta y la inversión, aprovechan para remarcar los precios. Esa es la clave del fenómeno. Al ministro le faltó identificar mejor a esos empresarios, muchos de los cuales son aliados del gobierno. ¿Será por eso que no los identificó? Mal hecho. Son los monopolios formadores de precios, sobre todo de la cadena de la alimentación, pero también de la banca y los servicios, que impulsan "pum para arriba" los precios aprovechándose de su condición monopólica. Su lobby más conocido es la Unión Industrial Argentina; hasta ahora el estado ha sido impotente para ponerle límites claros a esas maniobras y enriquecimiento ilícito.

Desde la oposición y el grupo Clarín, en cambio, echan toda la culpa al gobierno, a su impresión de billetes y la "inseguridad jurídica" que afectaría la inversión. Arcor, Ledesma, Molinos, La Serenísima, Wal Mart, Carrefour, Techint, Acindar, Loma Negra, Holcim, Roggio, Shell, Unilever, etc., serían inocentes de culpa y cargo, según esa sesgada interpretación.

Bienvenida Fragata
Otro rubro donde pudo medirse la voluntad política del gobierno y la oposición fue en la pulseada con los "fondos buitres" que habían embargado a la Fragata Libertad.

Durante los 78 días que duró el cautiverio del barco escuela en Ghana, desde Mauricio Macri hasta Héctor Magnetto, pasando por todas las voces intermedias de ese espectro conservador, gozaron con la situación y aprovecharon para revolear la media contra CFK. Ni una palabra contra el fondo NML y su dueño Paul Singer; todas las críticas fueron hacia la presidenta. Era supuestamente la responsable de un papelón por no cumplir las obligaciones externas, como si pagar a los "fondos buitres" tuviera entidad legal.

Los más moderados de la oposición plantearon la conveniencia de pagar la fianza exigida por el bufete que representaba a Singer, con lo que se habría dado una señal de debilidad espantosa y legitimado el chantaje.

Desoyendo esos cantos de sirena, el gobierno tuvo espaldas para aguantar la campaña de esos "quintacolumnistas" domésticos al servicio del capital financiero internacional, y persistir en el reclamo judicial para la devolución del navío.

Cuando ese objetivo se cumplió, y la Fragata llegó al puerto de Mar del Plata el 9 de enero, otra vez las aguas se partieron. De un lado la mayoría de la población, feliz con ese retorno y acompañando al gobierno en el acto popular, incluido el discurso de la presidenta. Lo suyo fue de tono patriótico. Hacía mucho tiempo, muchísimo, que un jefe de estado argentino no hacía suya la consigna de "patria sí, colonia no" y que no reiteraba el pensamiento sanmartiniano de que la lucha había que seguirla hasta el final, aunque no hubiera qué pilchas ponerse.

En la ribera de enfrente, como si fueran de otro país, se ubicaron los dirigentes de la oposición y el monopolio mediático, quejosos ambos de que el acto fuera mayoritariamente kirchnerista. ¿Por qué no convocaron ellos? Muy simple: 1) habían apostado a los "fondos buitres"; 2) no podían movilizar a nadie.

En este momento, la oposición solo puede convocar a unos pocos curiosos en la playa de "La Feliz" para ver pasar en bikini a Victoria Donda, al lado de su jefe Humberto Tumini y su flamante aliado, Alfonso Prat-Gay, de la casi ignota Coalición Cívica. De política y actos, nada.

Se podrá objetar que en el discurso de bienvenida a la Fragata, la mandataria hizo una apología de cuánto pagó de deuda externa. De cualquier modo, la actividad en el puerto fue nacionalista y el corolario de una buena defensa, en una mejor causa. La oposición quedó hundida a 2.000 metros de profundidad del mar.

"Club de deudores"
Confirmando en cuál de los clubes políticos juega, el jefe de gobierno porteño le reclamó a la presidenta que haga lo que tenga que hacer (léase pagar a los "fondos buitres") para que el país pueda salir del "club de los deudores" del mundo.

Macri tomaba letra, como lo hace habitualmente, de los editoriales de Clarín y La Nación , en este caso de la segunda, que al referirse al embargo del barco clamó para que el gobierno retomara los postulados de Nicolás Avellaneda y la generación del ´80. Quiere que, como entonces, se pague la deuda externa, legal o ilegal, lo mismo da, por sobre "el hambre y la sed de los argentinos".

Es un caso del "Haz lo que yo digo más no lo que yo hago". Ni ese diario ha sido tan cumplidor en pagar sus deudas con la ex DGI, actual AFIP, ni la familia Macri lo fue en su desempeño empresarial, como bien le enrostró la presidenta con los ejemplos de las deudas de Sevel y Socma (debió añadirle los pasivos dejados en el Correo Argentino durante su etapa privatizada).

Precisamente porque esa es la naturaleza empresarial del mandamás del PRO, cada día es más claro el error del cristinismo de haber forzado, a lo largo de un año, el traspaso del subte a la órbita de la Ciudad. El anuncio de aumento del boleto a $3.50 y el cierre desde ayer hasta el 8 de marzo de la línea A, así lo indican. La solución tendría que haber sido otra: una reestatización a cargo del estado nacional, con salida de Roggio-Metrovías de la concesión.

Paradojalmente el 8 de marzo, cuando se reabra la línea con unos 50 coches nuevos de fabricación china, Macri hará un acto de propaganda electoral. Lo peor es que esas nuevas formaciones fueron pagadas por el gobierno nacional...

El reclamo del PRO en la arena internacional, da pie para un breve análisis sobre qué ha pasado en este inicio de 2013.

La oposición jugó en contra de la continuidad de Hugo Chávez en el gobierno venezolano. Las declaraciones más lamentables fueron de Hermes Binner: "si no está en condiciones de asumir no lo está para gobernar".

El santafesino, Macri, De la Sota y otros integrantes de esa rara cofradía de egos intolerantes se alinearon con el libreto que en las sombras pergeñó el departamento de estado. Esa política, al aire libre, fue interpretada por Sebastián Piñera, Juan M. Santos y otros presidentes incondicionales del imperio.

En la vereda de enfrente estuvo el gobierno nacional, que envió a Héctor Timerman el 10 de enero al festejo popular en Miraflores por el comienzo del cuarto mandato de Chávez.

Y lo completó con la llegada de Cristina Fernández a Cuba, donde se entrevistó con las hijas de Chávez y subrayó su amistad con el paciente. Ella dijo que era un gesto de "solidaridad y acompañamiento con quien es mi amigo, un compañero que ayudó tanto a la República Argentina cuando nadie la ayudaba".

El gobierno, a la par de Venezuela y otros 21 países representados en aquel acto en Caracas con sentido de "patria grande latinoamericana". La oposición, jugada con Piñera y el viejo imperio. Vaya si están claras las diferencias que marcó a fuego la temporada estival.

La Arena, 13 – 01 – 13

La Quinta Pata

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