domingo, 20 de enero de 2013

Se enfriaron por entero protestantes contra calentamiento del globo

Alfredo Saavedra

La semana pasada hubo niveles insoportables de calor en Australia y geografías cercanas, al grado que, por ejemplo, en la vecina isla de Tasmania, los pobladores para aliviarse tuvieron que sumergirse en las aguas de sus costas, con los riesgos supuestos, en particular, por la gran cantidad de niños que fueron llevados por los adultos para tratar de superar la situación.

Se tuvo noticia también de estado similar en otros países, donde por lo habitual el clima en esta época del año es templado y no de temperaturas tan altas que producen no solo incomodidad, sino brote de anomalías de salud que afectan a la población en general y a las economías en su totalidad.

Ese panorama parece no preocupar más a organizaciones e individuos que en el pasado reciente se plantearon como patrocinadores de una causa que parecía estar dirigida hacia la formación de conciencia sobre un fenómeno que, con el apoyo de un consenso científico, parecía justificar una preocupación ya generalizada para la formación de un frente orientado a defender al planeta para su propia supervivencia y por consiguiente del género humano.

Lo señalaba un comentarista del tema, al indicar que mientras el calentamiento del globo sigue en proporciones sin límites, los abanderados de la causa para detener ese curso, entre ellos el más destacado, con una participación muy relevante en el pasado, el ex vicepresidente de los Estados Unidos Al Gore, se han eclipsado. Convertido en una celebridad, que hasta le consiguió una compartición del premio Nobel, el ex candidato a la presidencia de su país, se oscureció en el escenario, ahora opaco, de la lucha por devolverle al globo la salud que ha perdido con la excesiva emisión de gases que amenazan con desastres de impredecibles consecuencias.
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El cambio de clima es cosa de ayer, dijo en reciente columna Thomas Walkom, de autorizada opinión en el tópico. Dijo que por algún tiempo fue la mayor noticia de nuestra era. Expuso que fuimos advertidos que el calentamiento del globo alteraría todo, sumergiendo costas enteras, volviendo desiertas extensas áreas ahora todavía cultivadas y terminando con especies enteras de la vida silvestre. Señaló el autor como ejemplo las sequías el año pasado en vastas regiones del mundo y la presencia de devastadores huracanes que han arruinado poblaciones y economías.

En estos días se ha producido el tercer reporte del US Nacional Climate Assessment que resulta una temerosa predicción, según lo interpreta el director de Canada Research in Environmental Change , de la Universidad de Queen, en Kingston, señor John Smol, conforme nota de este sábado en el importante diario Toronto Star .

Dicho reporte describe un siniestro panorama para el planeta, que resultará en una incidencia de altas temperaturas que derretirán los glaciares, transformando las líneas costeras con la elevación de los niveles del mar, creando borrascosas tormentas y haciendo más frecuentes las olas de calor, agrega la información periodística. “Existe la impresión de que se están subestimando los grandes problemas que habremos de enfrentar”, opina el señor Smol.

Agrega el climatólogo que aún este reporte basado en clara investigación científica, no convencerá a los negadores del cambio de clima, pero se espera que algunos cambien de idea. Los negadores del cambio del clima por efecto del calentamiento del globo tienen influencia en la opinión pública cuando pueden confundirse con voces autorizadas como el caso de una organización que hasta organizó un llamado simposio recientemente en los Estados Unidos, pero que se sospecha lo hacen bajo el patrocinio de entidades anónimas respaldadas por fuertes intereses económicos que ven en la cruzada una amenaza para sus inversiones.

El escritor Clive Hamilton, autor del libro Réquiem por las Especies , considera que la negación del cambio del clima data de 1990, cuando con el colapso de la Unión Soviética, los conservadores que invertían sus energías oponiéndose al comunismo, volcaron su oposición al cambio del clima para mantenerse ocupados en otra causa.

Mientras tanto, activistas a favor de la concienciación sobre los riesgos para la tierra con el cambio del clima siguen en su causa a pesar de no contar más con personalidades como Al Gore, ahora comprometido en negocios de televisión, medio que ojalá ponga al servicio de la cruzada del cambio climático que concierne a la humanidad.

La Quinta Pata

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