domingo, 20 de enero de 2013

Zama. Casi un homenaje


Cerrando el siglo XX, y próximo al fin del menemato, surge en la ciudad de Mendoza una publicación que intenta cubrir un espacio al que estima desierto y que además se propone plantar sobre la mesa la cuestión del sistemáticamente silenciado Antonio Di Benedetto. En esa reivindicación —ética y periodística— surge el nombre de la publicación: “Zama”, la novela antonomástica de nuestro narrador. En su edición inaugural se plasma esta nota trabajada con pasión —además de puntillosa y diligente — dedicada a reflotar información sobre el escritor.
Eduardo Paganini
Foto: gentileza de Margarita Sgobba

Cuando decidimos emprender esta travesía periodística y luego de definidos algunos puntos importantes sobre el trabajo editorial y periodístico, quedaba resolver uno de los problemas más complicados en todo proyecto editorial: el nombre.

Los presentes en la reunión de trabajo nos debatíamos en distintas alternativas, más o menos jocosas, en algunos casos francamente cómicas y de los nombres que se tiraban al ruedo primaba un lugar común: la falta de convencimiento por los propuestos.

Decidimos poner ciertos límites con respecto al bautismo. Se descartaban todos los nombres que fueran numéricos (ya estaba Uno, 21, Página/12, XXI ). Siguiendo el mismo criterio, tampoco podían ser letras, ya que pasaba lo mismo; competíamos —casas más casas menos— con: CQC, Punto C, ABC, Día D, TNT . El nombre que no encontrábamos debería hacer referencia a lo periodístico, aunque el problema que sí encontramos es que todos los que nos sonaban ya estaban registrados y usados: Boletín. Prensa, Página, Gaceta, Gráfico, Periódico tabloide, y todos los que se nos venían a la cabeza.

Finalmente decidimos: el nombre tenía que hacer referencia a lo periodístico pero tangencialmente, casi como al descuido. Y nos parecía interesante que tuviera algo de sabor local, caso como envasado en origen. Pero tampoco queríamos que el nombre referenciara un lugar geográfico o regional. La idea era no quedarnos encerrados en lo autóctono (se descartaban nombres tales como: Mendoza, Cuyo, el mendocino, el cuyano, el regional, Andes, Aconcagua, etc.).
▼ Leer todo
El nombre tenía que ser mendocino y periodístico aunque casi como por descuido. Indirectamente. Decidimos esperar unos días. Cada uno a consultar con sus respectivas almohadas. Tres días después, revisando la biblioteca de Julio, descubrimos un viejo libro de Di Benedetto. Era el nombre. No había discusión. Nos seducía también la oportunidad de recuperar del olvido a un periodista que sufrió por su tarea, que murió por sus aciertos, que esperó largos años...Hicimos las consultas de rigor: los parientes y amigos de Antonio estaban de acuerdo.

Después de tanto tiempo Zama ya no espera. Está entre nosotros.

Antonio por di Benedetto
En 1968, por encargo de una publicación de Alemania Occidental, escribió su autobiografía: “He leído y he escrito. Más leo que escribo, como es natural, leo mejor que escribo. He viajado. Preferiría que mis libros viajen más que yo. He trabajado, trabajo. Carezco de bienes materiales (excepto la vivienda que tendré). Una vez, por algo que escribí, gané un premio, y después otro y después... hasta 10 de literatura, uno de periodismo y uno de argumentos de cine.
“Una vez tuve una beca, que me dio el gobierno de Francia y pude estudiar algo en París. Un tiempo quise ser abogado y no me quedé en querer serlo, estudié y mucho, aunque nunca lo suficiente.
“Después quise ser periodista. Conseguí ser periodista. Persevero.
“Un tiempo anduve de corresponsal en el extranjero (por ejemplo, Revolución de Bolivia, la que llevó al poder a René Barrientos). Yo quería escribir para el cine. Pero, en general, no soy más que un espectador de cine. Una vez fui al Festival de Berlín, y otra al de Cannes, y otra a Hollywood el día de los Oscar y otra... Bueno, en el Festival de Mar del Plata me pusieron en el Jurado Internacional de la Crítica.
“Soy argentino, pero no he nacido en Buenos Aires. Dios me guarde de vivir algún día en esa ciudad. Nací el Día de los Muertos del año 22. Música, para mí, la de Bach y Beethoven. Y el cante jondo. Bailar no sé, nadar no sé. Beber sí sé. Auto no tengo.
“Prefiero la noche. Prefiero el silencio.
“No hay más que decir sobre mí“.


Otro comentario sobre su vida:
“Soy periodista desde los 18 años, desde 1949, jefe de las secciones de artes, letras y espectáculos en el diario Los Andes. (...) He escrito varias novelas, pero solo rescato de ellas Zama, que me ha dado muchas satisfacciones. Incluso hay en Madrid una librería que lleva su nombre”.

A su amigo Miguel Oliva le escribe desde el exilio madrileño:
“¿Volver?... ¿a qué? ¿Para qué...? Muchos de los amigos que tuvimos han muerto, los demás unánimemente me han olvidado...con excepción de Emilio, Pichón Monfort, Joaquín, tú y unos escritores de Buenos Aires, que siguen revistando entre los vivos”.

Cuando llegó del exilio en mayo de 1984, dijo: “Noto que estoy volviendo a vivir la atmósfera de la cárcel, y que todo lo negativo se me queda prendido justamente por evocarlo con la palabra. Y entonces ya no me queda sosiego. Desde que llegué a la Argentina, no duermo. Creo, nunca estaré seguro, que fui encarcelado por algo que publiqué. Mi sufrimiento hubiese sido menor si alguna vez me hubieran dicho qué cosa exactamente. Pero no lo supe. Esta incertidumbre es la más horrorosa de las torturas”, comentó a la prensa a la vuelta de España. “En Europa he gastado la mayor parte del tiempo en una tarea útil: olvidar.”

Sobre Zama
En 1956 se publica esta novela con excelentes críticas y muy pocos lectores.
Zama es un texto épico y discreto, viviente y desgarrador. Cuenta la larga espera de un funcionario del imperio español, Don Diego de Zama, que aguarda en Asunción del Paraguay, ser trasladado a Buenos Aires.
Lleva siete ediciones solamente en la Argentina. En Alemania vendió más de 200.000 ejemplares donde Di Benedetto es considerado uno de los narradores más grandes de Latinoamérica.
En el año 1985, el cineasta Nicolás Sarquis comenzó a filmar en Paraguay la novela Zama. Sólo pudo hacer algunas escenas. No llegó a un acuerdo con el actor que iba a interpretar el papel de Don Diego de Zama. También el dictador paraguayo Stroessner movió todas sus fichas para que la película no siguiera en el desolado país vecino.

Lo que dicen otros sobre Antonio
Jorge Luis Borges: “El escritor argentino que más me gusta es mendocino, pero aquí no lo conoce nadie”.
David Wapner (narrador y poeta): “Antonio di Benedetto sufrió el destino que se le depara a los inclasificables, mote que en este país es estigma. Inclasificable se dice de aquel que no cultiva lazos con grupos de poder. Ese individuo, es libre y es temido por ello. Un inclasificable, entonces, puede sufrir la pena del silencio y la muerte por negación. Así sucede con Di Benedetto, autor de muchas de las mejores narraciones de ficción digo cuentos, digo novelas que se hayan escrito en idioma castellano.”
Juan José Saer: “Una página de Di Benedetto es inmediatamente reconocible, a primera vista, como un cuadro de Van Gogh. (...) Uno de los grandes narradores argentinos del siglo”
Nicolás Sarquis (director de cine): “Antonio, por su forma personal de ser, nunca utilizó los medios que en general se usan para darse a conocer. Siempre trabajó silenciosamente, sin ningún tipo de alharaca; no frecuentaba tertulias, homenajes u otros actos. Se lo empezó a conocer sobre todo a partir de la traducción que se hizo de Zama en Alemania, ahí comenzó a ser conocido como un escritor importante, como pasa siempre. Él escribía porque era un escritor de raza (...) siempre esperó los tiempos que tenía que esperar.”

Termina la espera
Pasó 18 meses en las cárceles del proceso (primero en el Liceo Militar General Espejo y después a la cárcel, siempre en la calle Boulogne Sur Mer —calle con nombre de exilio— en Mendoza y luego el penal de La Plata).
Sufrió cuatro simulacros de fusilamiento, fue vejado y torturado, psíquica y físicamente, por el solo delito de ser periodista y publicar lo que debía publicar. Luego de su humillante encierro pudo salir al exilio —los pedidos de algunos de sus colegas escritores por su vida y su libertad le ahorró más sufrimientos— sin embargo muchos “notables” mendocinos que frecuentaban a Di Benedetto durante décadas se lavaron las manos de tal manera que cuando salió de la cárcel estaba casi solo, en la miseria y sumido en un gran deterioro de su salud. Admirado en el mundo, comenzó a ser ocultado aquí.

Cronología
1922 Nace en Mendoza. (1)
1927 vive (2) en Bermejo, Guaymallén.
1938 primeros trabajos periodísticos.
1940 termina el bachillerato.
1941 se inicia como periodista profesional e ingresa a la universidad de Córdoba para estudiar derecho.
1943 Primer volumen de cuentos El conventillo, compartido con su amigo Miguel E. Oliva.
1945 ingresa a diario Los Andes.
1950 se casa con Luz Bono.
1952 elaboración de sus obras de literatura “experimental”: los cuentos de El pentágono, Declinación y Angel [sic] y El abandono y la pasividad.
1953 publica su primer libro Mundo animal.
1954 director de los espectáculos de cine artístico. Participa de la organización de la Sociedad Argentina de Escritores filial Mendoza.
1955-56 edita en Buenos Aires El pentágono y Zama
1960 beca de estudios del gobierno de Francia en París.
1963 participa del Festival Internacional de Cine de Berlín. Recorre Europa y vuelve a Paris.
1965 recorre Estados Unidos, América Central y del Sur. Es nombrado profesor de la Escuela Superior de Periodismo.
1967 subdirector del diario Los Andes
1967 primer libro en Europa: Und Zama wartet, Editorial Horst Erdmann.
Primera mención por voto unánime para Los Suicidas, concurso de Novela Primera Plana—Editorial Sudamericana. El jurado: Augusto Roa Bastos, Leopoldo Marechal y Gabriel García Márquez.
1968 carta de reconocimiento de Unesco por su labor periodística por la cultura y la educación.
1969 condecoración italiana como Caballero de la Orden del Mérito.
1971 medalla de oro de la Alianza Francesa reconocimiento como escritor, periodista y humanista.
1973 visita Alemania invitado por el gobierno de ese país. Luego recorre España, Italia, Suiza, Bélgica, Berlín Oriental y Marruecos. Dicta conferencias sobre literatura hispanoamericana en Alemania y España.
1974 gana la beca Guggenheim, Nueva York, como creador de libros de imaginación en prosa.
En el congreso de Nueva Narrativa Hispanoamericana en Colombia da una conferencia sobre literatura hispanoamericana y participa de una mesa redonda con Vargas Llosa, Edwards, Alegría y Gudiño Kieffer. Viaja por Haití, Dominicana, Barbados, Martinica, Trinidad, Venezuela, Ecuador y Perú.
Premio de la Orden del Ladrillo “...a uno de nuestros autores traducidos a varios idiomas, cuyo permanencia en la provincia de Mendoza pone una injusta pátina de bruma sobre su extraordinaria labor”.
1976 24 de marzo. Cuando los militares invadieron el edificio del diario Los Andes, Antonio Di Benedetto dicen que dijo: “De aquí no se llevan a nadie, llévenme a mí”. Y se lo llevaron. Nunca le dieron los motivos.
1977 parte al exilio después de casi 18 meses de prisión en las cárceles de la dictadura. Viajó por Alemania, Estados Unidos, Francia, Guatemala y finalmente se queda a vivir en España.
1978 publica el libro de cuentos Absurdos, el cual es armado y corregido por Orlando Bracelis, con instrucciones de Di Benedetto desde la cárcel.
1984 mayo 25. Retorna del exilio procedente de España. Fue algún tiempo casi feliz. Lo ilusionaba sobre todo la filmación que por fin haría Nicolás Sarquis de su novela Zama.
1985 Es despedido de su trabajo en la Secretaría de Cultura de la Nación por razones presupuestarias. Publica en Madrid su novela Sombras, nada más... , por la que recibe luego el Premio Boris Vian
1986 Trabaja como asesor cultural del gobierno de Llaver, en la Casa de Mendoza en Buenos Aires.
En agosto. Mientras cambiaba una lámpara del techo, perdió el equilibrio y se cayó golpeándose la cabeza. Fue la causa de su muerte dos meses más tarde, el 10 de octubre a la hora 23, en el H. Italiano. Tenía 64 años y había concluido y publicado un último libro Sombras, nada más…

(1) Si bien está casi plenamente aceptado el origen mendocino de Di Benedetto, algunas pocas fuentes insisten en señalarlo como nacido en Córdoba.
(2) La vacilación Mayúscula/minúscula al inicio pertenece al original [NE]


Obras
El conventillo, cuentos, coautor junto a Miguel E. Oliva (no publicado) 1943.
Mundo animal, cuentos. 1953.
El pentágono, novela en forma de cuentos. 1955.
Zama, novela. 1956.
Grot, cuentos. 1957.
Declinación y Angel, cuentos. 1958.
El cariño de los tontos, cuentos. 1961.
El silenciero, novela. 1964.
Two Stories, cuentos. (edición bilingüe, inglés — español).
1965. Los suicidas, novela.
1969. Absurdos, cuentos. 1978.
Cuentos del exilio, cuentos. 1983.
Sombras nada más... , novela. 1984.
Páginas escogidas, post-mortem, 1987.

Bibliografía
Revista Crisis, diciembre de 1974.
Clarín, suplemento Cultura y Nación, 12 de junio de 1975.
Tiempo Argentino, 24 de diciembre de 1983.
Clarín, suplemento Cultura y Nación, 14 de abril de 1984.
El periodista de Buenos Aires, setiembre de 1986.
Revista Humor®, agosto de 1987.
El Cronista, 7 de agosto de 1995.
Suplemento Primer Plano, Página/12, 19 de marzo de 1995.
Página/12, 6 de noviembre de 1997,
Zama, Centro Editor de América Latina, 1967.


Sin datos de autor, Revista Zama, septiembre de 1998; año 1, Nº 1. Director: Emilio Vera Da Souza.

Baulero: Eduardo Paganini

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario