Agustín Sur
Es bueno traer al presente lo que se dijo o lo que fue algo que tiene identidad para prevalecer no solamente como reminiscencia, sino para cotejarlo con lo que nos toca profunda y críticamente en el día de hoy. Para ello nos vamos a reinstalar en las páginas de lo que fue un exitoso emprendimiento de Editorial Cuyum, o sea el periódico “La Brecha”, cuyo primer número lo fue en octubre de 1997. A tono con la nota “Un piñón roto en la academia”, a continuación transcribimos una excelente columna debida a nuestro amigo, el médico pediatra Roberto Chediak, que tituló “Empresario exitoso”:
"Yo no hago filosofía sino negocios, no me pregunto lo que está bien y lo que está mal, sino cómo se hace para ser competitivo" (Enrique Pescarmona)....Y sigue expresando: "Las chicas que trabajan en nuestras oficinas en Hong Kong están siempre dispuestas, no hay sábados ni domingos, si hay licitaciones y se tienen que quedar varios días sin dormir, lo hacen y no cobran horas extras ni piden nunca nada. Yo no hago filosofía sino negocios, no me pregunten lo que está bien y está mal...Los asiáticos trabajan todos los días 10 horas por día, por 80 dólares por mes y además están preparados, son educados y buena mano de obra. Si quiero competir, tengo que recurrir a ellos. Es el mundo globalizado". Declaraciones terribles - sigue diciendo Chediak - pero ciertas que están con absoluta desnudez en el pensamiento de algunos artífices de este modelo de exclusión económico-social que habla por sí solo de la más absoluta deshumanización.
Muestra también cómo algunos empresarios ya no tienen ni siquiera el pudor de decir que desean volver a la esclavitud. Donde apuntan quienes quieren ‘flexibilizar’ el trabajo. Considero que estas declaraciones son indignas e indignantes. Deben ser conocidas por toda la sociedad para que puedan visualizar quiénes han sido los compañeros de ruta del menemismo y hacia dónde van sino derrotamos en las urnas al partido gobernante y sus socios del poder económico. Habla de globalización, competencia y en realidad lo único que se globaliza es la pobreza y se concentra la riqueza. Llegar a decir que no se pregunta qué es lo que está bien y lo que está mal, muestra hasta qué punto a este capitalismo salvaje no le interesa en lo más mínimo la sociedad ni la gente, sino solo las ganancias en su afán desmedido de lucro y codicia. Es necesario condenar a estos ‘empresarios exitosos’.
Como dice en su nota Ábalo, “Un “Piñón” roto...” en esa universidad se concentra un empresariado que tiene como mentor a un Pescarmona sin sensibilidad social ni moral. Y por ello, como rector actual a Alejandro Piñón, cómplice de los genocidas.
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