domingo, 17 de marzo de 2013

San Martín en Mendoza I

Hacia mediados de la década del ’70, un laboratorio químico hace circular en el ámbito exclusivo de la medicina un breve pero detallado material dedicado al Cruce de los Andes en la Campaña de liberación protagonizada por el Gral. San Martin. Su autor, un militar especializado en la temática se explaya sobre información que rara vez se había difundido al público lector no iniciado en miradas castrenses. Esa es la razón por la cual esta primera entrega de “San Martín en Mendoza” está más cerca de sus tareas táctico-estratégicas que de sus acciones de índole cívica y/o política.
Eduardo Paganini

Tte. Cnel. Carlos Monti (RE)

III. El punto de partida
Como punto de partida de la Campaña de Los Andes puede tomarse la designación del general San Martín, recién ascendido a este grado por el triunfo de San Lorenzo, para el cargo de comandante del Ejército Auxiliar del Perú (18-I-1814).
Tres meses después de esta designación (22-IV-1814) en carta a Rodríguez Peña le dice: “No se felicite con anticipación de lo que yo pueda hacer en ésta”. “No haré nada y nada me gusta acá”.
“La patria no hará camino por este lado del norte que no sea una guerra defensiva y nada más: para esto bastan los valientes gauchos de Salta con dos escuadrones de buenos veteranos.
Pensar otra cosa es empeñarse en echar al pozo de Ayron hombres y dinero”. “Ya le he dicho a Ud. mi secreto. Un ejército pequeño y bien disciplinado en Mendoza para pasar a Chile y acabar allí con los godos, apoyando un gobierno de amigos sólidos para concluir también con la anarquía que reina; aliando las fuerzas pasaremos por mar a tomar Lima. Ese es el camino y no éste. Convénzase: hasta que no estemos sobre Lima la guerra no se acabará”.
Cuatro meses después de esta carta (10-VIII-1814) a su pedido, invocando una razón de salud, es nombrado gobernador intendente de Cuyo.
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“…he venido a nombrarlo a su instancia y solicitud por tal gobernador intendente de la provincia de Cuyo, con el doble objeto de continuar los distinguidos servicios que tiene hechos a la patria y el de lograr la reparación de su quebrantada salud en aquel delicioso temperamento. En cuya conformidad…”
Fdo. Gervasio Antonio Posadas - Director Supremo de las Provincias del Río de la Plata.

¿Cuáles, probablemente, han sido las dificultades que San Martín ha observado en el teatro de operaciones del NO. que lo han inducido a expresarse de esa manera? Muy probablemente, la imposibilidad de operar por sorpresa a través de la única línea de invasión, que en la época penetraba en Bolivia: la Quebrada de Humahuaca y las buenas posibilidades que ella ofrecía al adversario para cerrarla con pequeños efectivos. Además, conquistado el Alto Perú, para llegar a Lima era aún necesario franquear otros obstáculos de consideración, ríos Urubamba, Apurimac, y cordilleras de Tarapacá, Vilcanota y Vilcabamba.
Por otra parte, esos mismos obstáculos a vencer son los que fundamentan la acción defensiva que propugna en este teatro de operaciones.

Ubicación:
Paralelo de Copiapó al N. (porque más al N. se extiende el desierto de Atacama); paralelo de Concepción al S. (porque más al S. se extiende el territorio ocupado por los indomables araucanos); línea San Rafael-Mendoza, San Juan, al E. (porque más al E. se extiende la temida Travesía); costa del Pacífico al O.
Relieve: Llanura del E.:
Se extiende desde el paralelo 27º (de Copiapó) hasta el paralelo 37º (de Concepción) y desde la precordillera hacia el E.; por sus condiciones fisiogeográficas y escasez de recursos naturales es una zona poco favorable para el hombre.
Precordillera de San Juan y Mendoza:
Se desprende de la cordillera de Los Andes a la altura del paralelo de 27º (N. de Andalgalá) y vuelve a unirse en el paralelo 33º30’ (Co. Tupungato).
De altura pocas veces superior a los 4000 m., tiene 80 Km. de ancho. Posee fértiles valles intramontanos de 5 a 7 Km. de ancho, que de S. a N. son los de Uspallata, Calingasta, Iglesias y Rodeo. Tiene formas muy escarpadas y abruptas.
Cordillera de Los Andes:
Más alta, escarpada y abrupta que la Precordillera. Igual que aquella azotada por vientos muy fuertes y por tormentas de nieve o granizo, repentinas y carente de recursos. Su ancho medio es de 150 Km. y los pasos que la cruzan están por arriba de los 3000 m.


IV. Muy breves características geográficas del teatro de operaciones

Valle longitudinal chileno:
Corre al O. de la cordillera de Los Andes. Su ancho oscila entre 50 y 70 Km. Se inicia en Copiapó, y se pierde en el seno de Reloncaví (41º). Hasta 50 Km. al N. de Santiago la cordillera de Los Andes desprende unos contrafuertes montañosos que compartimentan el valle longitudinal; por el fondo de esos compartimientos, de E. a O., corren los cursos de agua que nacen en Los Andes y desembocan en el Pacífico. Así entre los ríos y los desprendimientos andinos se establece de N. a S. una serie de cuestas ascendentes y descendentes que, en general, van perdiendo altura. La penúltima de estas cuestas, 70 Km. al N. de Santiago, es la cuesta de Chacabuco. Desde su cima hacia al N. se divisa el valle de Aconcagua y hacia el S. se extiende un faldeo en el cual a 7 Km. se encuentra la Hacienda (estancia) de Chacabuco.
A 18 Km. de las casas de la Hacienda, el último contrafuerte de cierta altura, el Portezuelo de la Colina tiende su lomo a 45 Km. al N. de la llanura. Desde allí el valle longitudinal presenta el aspecto típico de llanura, salpicada de elevaciones de origen volcánico.

Gráfico esquemático con el despliegue realista a fines de 1816 y las líneas de invasión con los efectivos con que se desplazó, a través de ellas el Ejército de los Andes, en enero de 1817 (cifras redondeadas)


La Cordillera de la Costa:
Corre pegada a la costa chilena.
No tiene alturas superiores a los 2000 m.
Población:
Mendoza 38.000 de los cuales 12.000 en la ciudad. San Juan 34.000 y San Luis 16.000 habitantes.
Pasos en el cordón montañoso:
Son numerosos en los 800 Km. de frente del teatro de operaciones y casi todos ellos permanecen cerrados por la nieve durante todo el invierno. Durante los meses de diciembre, enero, febrero y marzo están abiertos al tráfico, que también antes era bastante intenso. En general, el medio en que las operaciones se desarrollan ejerce una influencia grande sobre la conducción militar.
En este caso, en particular, el terreno y el clima:
• Encausan las operaciones por los pasos.
• Obligan a operar sólo durante el verano, en que los pasos están abiertos.
• Obligan a marchar de a uno en fondo lo cual hace que las columnas se alarguen enormemente.
• Las columnas se alargan además por la necesidad de transportar a lomo de mula (cada uno carga en el mejor de los casos 100 kg.) municiones, víveres, algunos efectos de vivac, alimentos y herrajes para los propios animales, etc.
• Las largas columnas dificultan el empleo de las tropas en el combate, lo demoran y entorpecen las comunicaciones.
• Las largas columnas dificultan el desplazamiento de las tropas y su pasaje al descanso.
• Se presta para que pocas tropas, desde adecuadas posiciones, puedan cerrar las líneas de invasión por tiempos muy prolongados.
• Limita los efectivos a emplear en los combates por lo reducido de los frentes de los valles por donde se desplazan las tropas.
• Impone la máxima reducción de elementos a transportar.
• Los desplazamientos fuera de las sendas sólo son posibles con pequeñas fracciones, son muy difíciles y demoran mucho en ser ejecutados.
• La puna o mal de la montaña o sorocho, causa grave daño en personal y ganado no entrenado, obligando a adoptar medidas de previsión antes de iniciar las operaciones.
• Los caballos, que serán empleados por la caballería, se deben llevar de tiro si se desea que estén en condiciones en el momento de su empleo en el combate.
• El equipo del personal debe servir para preservarlo del frío durante la noche y no sofocarlo durante las horas de calor del día.
• Una vez empeñada una fuerza por una línea de invasión resultará muy difícil retirarla para emplearla en otra; es decir que los errores que se cometan en la distribución inicial de las tropas no se podrán reparar; luego el planeamiento deberá ser muy cuidadoso.
• Los efectivos no podrán ser muy numerosos por las dificultades que presentaría su sostén logístico; por ello, la organización, la instrucción de cuadros y, tropas, la disciplina y la capacidad del conductor deben suplir el número.

V-Los Pasos por donde el Ejército de Los Andes Franqueo la Cordillera
Po. de Come Caballos:

Une La Rioja con Copiapó. Longitud: 750 Km. Cae en Chile, en una zona muy pobre y poco poblada, a 500 Km. al N. de Santiago.
Po. de Pismanta:
Une San Juan con Coquimbo. Longitud: 705 Km. Cae en Chile, en una zona sin recursos, 300 Km. al N. de Santiago.
Po. de Los Patos:
Une Mendoza con Santiago. Longitud: 525 Km. Cae en Chile, en el valle de Aconcagua, 90 Km. al N. de Santiago, en una zona de pocos recursos.
Po. de. Uspallata:
Une Mendoza con Santiago. Longitud: 315 Km. Cae en Chile, en el mismo lugar que la ruta del Po. de Los Patos.
Po. del Portillo:
Une Mendoza con Santiago. Longitud: 365 Km. Cae en Chile a 30 Km. al E.S.E. de Santiago en una zona con abundantes recursos.
Po. del Planchón:
Une San Rafael con Curicó. Longitud: 500 Km. Cae en Chile a 200 Km. al S. de Santiago en la zona más rica del país.

Se aprecia que San Martín usó estos pasos porque:
1) Eran los que se empleaban más frecuentemente en el tráfico de la época y por ello eran los más conocidos y donde los arrieros eran más baqueanos.
2) Si se avanzaba por una sola línea de invasión la columna de marcha sería excesivamente profunda con las consiguientes dificultades para el sostén logístico y para el empleo de las unidades.
Además si el enemigo taponaba la salida no quedaba otra alternativa que el regreso, es decir el fracaso.
3) Si se avanzaba en muchas columnas se eliminaban los problemas señalados, pero todas las columnas serían débiles; la coordinación durante el franqueo sería imposible y si se producía el desemboque, la reunión de las columnas sería una utopía.
4) Una correcta dosificación entre ambas soluciones extremas era lo acertado.
5) Dados los efectivos, no convenía franquear con la masa por más de 2 pasos porque se corría el riesgo de ser débil en todas partes. Además los 2 pasos debían ser elegidos de forma tal que las columnas pudieran prestarse mutuo apoyo durante el franqueo y en el desemboque. Por esto, debían descartarse pasos ubicados en extremos y buscarse contiguos.
6) Los del extremo N. quedaban descartados por:
• Lo largo del recorrido.
• La zona donde desembocaban carecía de recursos.
• Desembocaban a gran distancia del objetivo principal: Santiago, y ello daría tiempo a que el enemigo reuniera sus fuerzas y aprovechando las sucesivas alturas del terreno (contrafuertes montañosos) pudiera dilatar el momento de la batalla principal cuanto necesitara.
7) El del Planchón debía descartarse por lo largo del recorrido; porque desembocando en la zona más rica de Chile, debía suponerse que sería la más vigilada y fuertemente ocupada por los realistas y además porque desembocaba a gran distancia del objetivo principal: Santiago.
8) El del Portillo también debía desecharse, porque siendo el camino más corto y directo a Santiago sería el más vigilado; porque sería el más rápidamente taponable y finalmente porque una columna que desembocara por allí no tendría tiempo de reunirse con ninguna otra antes de la batalla decisiva.
9) Las líneas de invasión de Uspallata y Los Patos desembocan en un mismo valle, al O. de Los Andes, lo cual facilita la cooperación de las columnas para asegurar su reunión en ese lugar; permiten la comunicación entre las dos rutas, durante el franqueo, a lo largo del valle de Uspallata y de los valles de los ríos de Las Cuevas y del Volcán, lo que facilita la coordinación del desplazamiento y caen a una conveniente distancia de Santiago.
10) De las 2 líneas, la de Los Patos, era más larga, pero por ello y por desembocar algo más al N. era probable que fuera menos vigilada y eventualmente era menos factible que fuera taponada a tiempo si el enemigo concurría con su masa para hacerlo. En este último caso, podía, eventualmente abrir el paso la columna de Uspallata, atacando por la espalda a quienes bloquearan la ruta de Los Patos. Convenía entonces desplazar la columna principal por Los Patos y la columna auxiliar por Uspallata.
Cuando San Martín hubo seleccionado las 2 rutas por donde cruzaría con la masa de sus fuerzas, resolvió ejecutar un reconocimiento para verificar si los españoles las habían fortificado cerca de su desembocadura en el llano. Para ello usó una de sus tretas basadas en su profundo conocimiento del alma humana. Dispuso que el sargento mayor de ingenieros José Antonio Álvarez Condarco, que tenía amplios conocimientos del terreno en Chile y en la cordillera y además poseía admirables condiciones retentivas para confeccionar planos, fuera enviado a Chile como parlamentario, por el camino de Los Patos. Al llegar a la primera avanzada realista fue detenido y custodiado prosiguió el viaje. Al llegar la noche pidió descansar, aprovechando las últimas horas de luz para observar la entrada del valle de San Felipe. Al día siguiente reanudó con luz su viaje y pasando por Chacabuco y el Portezuelo de la Colina llegó a Santiago.

En presencia de Marcó entregó a éste una carta de San Martín que decía: “Consecuente con órdenes de mi gobierno, tengo el honor de acompañar a V.S., para su conocimiento, un ejemplar del acta de la sesión celebrada por el Soberano Congreso Nacional de estas Provincias declarando la independencia. El pliego lo conduce mi ayudante de campo sargento mayor D. José Alvarez Condarco. “Dios guarde a V.S. muchos años. Cuartel general de Mendoza, diciembre 2 de 1816. José de San Martín”
A medida que Marcó leía iba poniéndose rojo de furor y cuando terminó estalló en amenazas e improperios, amenazando con medidas que escarmentaran semejante insolencia. Condarco le hizo presente que ignoraba el contenido del pliego y sólo eso, una carta del español Castillo Albo amigo de Marcó y los vivos deseos de este último de enviar una pronta e insolente respuesta al gobernador de Cuyo, tal cual San Martín lo había previsto, salvaron al parlamentario de ser fusilado.
Con la respuesta de Marcó fue conminado Álvarez Condarco a salir de Chile por el camino más corto.

Así lo hizo, regresando por Uspallata con lo cual completó el reconocimiento. Apelando luego a su excelente memoria visual, confeccionó los croquis que ayudaron a San Martín en la conducción de la operación. La respuesta de Marcó decía:
“He puesto en ejercicio toda mi urbanidad y moderación para no devolver a V.S. su carta del 2 del corriente y el Acta del Congreso de Córdoba que acompaña para mi conocimiento, tanto por tenerla y por no ser asunto oficial. Estimo frívolo y especioso el motivo para la venida de su parlamentario y manifiesto a Ud. que cualquier otro, de igual clase, no merecerá la inviolabilidad y atención con que dejo regresar al de esta misión y puede V.S. prevenir a su gobierno, que la contención de su independencia será decisiva para las armas del Rey y el poder de España, como la de otros países rebeldes de América ya subyugados; sirviendo igualmente a V.S. de inteligencia, que no he podido dejar de condenar ese monumento a la perfidia y a la traición a ser quemado por mano del verdugo en la plaza pública, en presencia de las valientes y leales tropas de mi mando, que llenas de indignación y entusiasmo han jurado en el acto, con repetidas aclamaciones al rey, vengar el horroroso insulto hecho a su soberanía, a imitación de lo que han ejecutado sus hermanos de armas en otros puntos de América, según deducirá V.S. de los impresos que acompaño. Dios guarde a V.S. muchos años. Santiago de Chile, diciembre 13 de 1817. Francisco Marcó del Pont”.

Cuando San Martín informó a Pueyrredón de lo ocurrido éste le respondió: “Me ha llenado de ira la crueldad de ese indigno gallego Marcó... si la suerte lo llega a poner en nuestras manos, hágale Ud. sentir los efectos de su grosera educación en la insolente contestación que ha traído Álvarez…”
La suerte puso a Marcó en manos de San Martín. Fue detenido por una patrulla de granaderos a órdenes del capitán Aldao, cuando huía después de Chacabuco. Llevado a presencia de su vencedor “éste lo recibió de pie y le dijo con semblante risueño”: ¡Oh, señor general! ¡Venga esa blanca mano!” después de lo cual lo introdujo en su gabinete de trabajo donde conferenció durante dos horas, despidiéndolo cortésmente”. San Martín, con su expresión “mano blanca”, hacía referencia a una poco feliz expresión de Marcó cuando firmaba la respuesta que entregó a Álvarez Condarco: “porque yo firmo con mano blanca y no como la de V.S. que es negra”. Después de Chacabuco, Pueyrredón escribe a San Martín: “…nada tengo que decir sino celebrar que con tanta maña se haya ensartado el Sr. Marcó. Si por accidente cae en nuestro poder, trátelo Ud. como caballero y mándemelo aquí sin demora, para enseñarle yo también, que lo somos más que él”.
(…)

Baulero: Eduardo Paganini
Campaña de los Andes, Laboratorios Dr. Gador. Buenos Aires, ap 1975. 3 fascículos.

La Quinta Pata

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