R. A.
Aquellas acciones represivas que en nombre de la lucha contra la inseguridad provocada por picos de delincuencia, resultan de una real e indisimulada persecución a los sectores más vulnerables, especialmente jóvenes. Sin embargo, en su mayoría son jóvenes trabajadores y estudiantes. Menos delincuentes. Esta violencia deviene de políticas oficiales que se fundan en una realidad que se advierte por hechos que cobran vidas y atentatorios a la propiedad. Sin embargo, para los organismos de derechos humanos de la provincia, esas políticas tienen un sesgo de debilidad ideológica ante la gritería vocinglera de tradicionales personajes y sectores de la oposición política empeñados en la mano dura y la descalificación de los jueces que se valen del pleno derecho para garantizarlo a todos los habitantes de esta tierra, aunque algunos de ellos hayan delinquido. Por ello es que reafirmamos el documento elaborado en el marco de la Campaña nacional contra la violencia institucional que publicamos en la edición de hoy.
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