Jorge Abalo
No sabía cómo estaba, sólo la encontré una vez caminando por la galería Piazza, me saludó y me dijo “Jorge, cuando quieras vemos los proyectos que tengas, estaría bueno si podemos acompañar lo de la editorial, hay que moverse, porque está Néstor y está acompañando los proyectos populares”. Corría el 2007 o 2008, y yo todavía era medio escéptico con el modelo, yo no la tenía muy clara, pero veía que había gente “extraña” que se sumaba a la idea. “¿Gente extraña? Y sí, puesto que Roxana venía del corazón de la Franja Morada, y recuerdo que nos “enfrentamos” en el año 1990. Ella era la candidata de Franja, y a mí me tocó representar a la agrupación Paulo Freire. Ganamos por 6 votos, Roxana largó un par de lágrimas, yo la rodeé por la cintura, y le dije en la oreja “no te hagás problema, después vamos a estar todos juntos”. Yo lo decía porque en pleno neoliberalismo menemista, con matices y diferencias, nos encontramos con ella y con muchos compañeros más iniciando la resistencia a la ley de Educación Superior. Y ella estaba allí, luchando.
Luego de esa conversación en la galería, el que se sintió extraño fui yo. Como que me estaba perdiendo de algo, o algo no veía. Le conté a un amigo, Oscar Luján, y me dijo que él también había charlado con ella, y le había contado algo similar.
Allí, o un tiempo después, me di cuenta que Roxana tenía razón, que había una lectura que me faltaba, y comprendí que lo que me quería decir era lo mismo que yo le había dicho alguna vez a los oídos 15 años atrás: ¡viste Jorge, estamos todos juntos…!
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