domingo, 3 de noviembre de 2013

Comienza el juicio por el asesinato de monseñor Angelelli

Évelin Torre

El demorado juicio oral por el asesinato del obispo Enrique Angelelli, cometido el 4 de agosto de 1976 durante la dictadura cívico militar, comenzará el próximo lunes 4 de noviembre en La Rioja. Allí serán juzgados los represores Luciano Benjamín Menéndez y Luis Estrella, bajo el cargo de "asociación ilícita agravada y homicidio calificado". Los otros acusados por el hecho eran Jorge Rafael Videla, Jorge Albano y Juan Carlos Romero, quienes fallecieron.

El tribunal estará integrado por José Camilo Quiroga Uriburu como presidente y los jueces de Cámara Subrogantes Carlos Julio Lascano, del Tribunal Federal 1 de Córdoba, y Juan Carlos Reynaga, del Tribunal Federal de Catamarca. Por el Ministerio Público actuarán los fiscales generales Michel Horacio Salman y Darío Illanes; los querellantes serán Miguel Angel Morales por la Organización Tiempo Latinoamericano; Pedro Goyochea y Mirta Sánchez por el Obispado de La Rioja y Guillermo Díaz Martínez por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

El asesinato

Angelleli era un sacerdote con un fuerte compromiso social, que lo mantenía en una constante lucha a favor de los pobres.

El 18 de julio de 1976 fueron secuestrados dos sacerdotes de Chamical, Gabriel Longueville y Fray Carlos de Dios Murias. Dos días después, una cuadrilla de obreros ferroviarios encontró los cadáveres de ambos sacerdotes acribillados a balazos, maniatados y con evidentes signos de haber sido torturados.
Previamente, Angelleli había peticionado al coronel del ejército Osvaldo Pérez Battaglia, interventor de La Rioja, para obtener información sobre el paradero de los activistas. Al no obtener respuesta, viajó a Córdoba para hablar con Luciano Benjamín Menéndez, por entonces comandante del Tercer Cuerpo de ejército. Menéndez advirtió amenazante a Angelelli: "Es usted quien tiene que tener cuidado.”

El 4 de agosto Angelelli regresaba desde la ciudad de Chamical junto al sacerdote y amigo personal Arturo Pinto, donde había participado de una misa en memoria de los sacerdotes asesinados, y según recuerda éste último, apenas dejaron Chamical comenzó a seguirlos un automóvil; el Obispo aceleró pero entonces apareció otro coche y a la altura de Punta de los Llanos los encerraron hasta hacer volcar la camioneta.

El cuerpo del obispo quedó sobre la ruta y Pinto declaró que, tras haber permanecido inconsciente en el lugar, vio el cuerpo de Angelelli a poca distancia con signos de lesiones graves en la nuca. La autopsia confirmó que Angelelli murió a consecuencia de un golpe de elemento contundente en el hueso occipital, además de haber sufrido otras heridas y lesiones, incluida la fractura de varias costillas.

En la camioneta Angelleli llevaba una valija con documentos recogidos para esclarecer los crímenes de los dos sacerdotes asesinados, pero tras el accidente esta desapareció y nunca pudo ser encontrada.

Al día siguiente, el diario El Sol de La Rioja, tituló: “Murió Angelelli en un accidente”. Esta misma opinión fue la que mantuvieron por años la Dictadura y el Episcopado argentino. Pero en 1983, cuando se abrió la causa para investigar la muerte, Pinto declaró ante el Tribunal sobre la presencia de aquel auto, un Peugeot 404, que maniobró bruscamente delante de ellos, provocando el vuelco de la camioneta en la que viajaban.

El 19 de junio de 1986, el juez Aldo Morales estableció que se trató de “un homicidio fríamente premeditado”. Las “leyes de la impunidad” en los 90 provocaron la caída de la causa. Pero la anulación de aquellas leyes, en 2005, permitió su reapertura. En 2010, Pinto y varios actores más se constituyeron en nuevos querellantes y solicitaron la imputación de catorce militares y policías, encabezados por el ex dictador Jorge Rafael Videla, el entonces comandante del III Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, y el interventor de La Rioja, coronel Osvaldo Héctor Pérez Battaglia.

Cabe mencionar también que el juicio por el homicidio de Murias y Longueville concluyó en diciembre de 2012, con la condena a prisión perpetua de Menéndez, Estrella y el policía Domingo Benito.

La Quinta Pata

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