domingo, 3 de noviembre de 2013

Propuesta massista es el regreso a la violencia

Ramón Ábalo

"Podrás perder mil batallas pero solamente al perder la risa habrás conocido la auténtica derrota". (Ho Chi Minh)- La ratificación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de que la ley de Servicios Audiovisuales es total y genuinamente constitucional fue un bálsamo para quienes sentían frustración y bronca por cómo les había ido con las elecciones. Y un balde de agua fría, en plena euforia, para quienes se sentían victoriosos y venturosos.

Esa ratificación, sin embargo, es una señal política -no tanto de la Corte- hacia el poder político, el del gobierno, el del cristinismo. Al país de la pasión transformadora, revolucionaria, en camino hacia el socialismo. Por lo que se imponen respuestas contundentes desde la izquierda, porque las respuestas desde el gobierno mismo, y los sectores populares, no pueden ser una lavativa, es decir un reacomodamiento por la superficie evitando la confrontación con un enemigo -sí, enemigo- que no se "viene con chicas".

Y si no. escrudiñemos la propuesta política del delfín clarinista, o sea Sergio Massa, un apóstata del kirchnerismo, erigido en el candidato del sistema, de la Sociedad Rural, del FMI, y la embajada yanqui en Buenos Aires. Las propuestas son claras y a medida de gran parte de la feligresía del capitalismo concentrado: ajuste para el conjunto de la sociedad y "seguridad jurídica" para garantizar los negocios de esos grupos, vuelta al neoliberalismo y rechazo a la política de relaciones internacionales del gobierno nacional: "cero proceso de integración latinoamericana y nuevo alineamiento con EEUU", y la cuestión es cómo lograr y crear "una fuerza política alternativa que tenga las capacidades y la organización necesaria para enfrentar la disyuntiva entre una restauración cada vez más salvaje o el impulso de las reformas estructurales imprescindibles para avanzar en un camino poscapitalista y derrotar a la derecha y al imperio" (el P.C. en su periódico Propuesta del 10 de octubre), y agrega; "...En diversas ocasiones hemos advertidos sobe lo peligros y lo inadecuado que resultaba prenospreciar la capacidad de la derecha, más allá de la manifiesta impotencia de sus referente políticos más visible para conformar una representación unificada de la oposición. Siempre hemos recalcado que, por más amenazantes que aparecieran los conspiradores mediáticos y empresariales, había en realidad una política que coordinaba el entretejido derechista, siendo su responsable el imperio por medio de su embajada del país".

La respuesta debe ser desde la izquierda, desde la ideología que es la herramienta revolucionaria, la del cambio total de las estructuras del capitalismo. Herramienta que debe manejar también el gobierno y las huestes cristinistas, que al interior del justicialismo, se diferencian por la visión y práctica de cambios sustanciales. Y la organicidad política de los revolucionarios en ampliar su estrategia meramente política, preguntándose sus militantes: Cómo defendemos el modelo y cómo avanzamos para derrotar a un enemigo que no va a titubear en usar la violencia para mantener sus privilegios

La Quinta Pata

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