domingo, 2 de marzo de 2014

Cristina: lo que dijo, lo que no dijo... y lo que dicen

Ramón Ábalo

La contra deshilachada tiene motivos varios que devienen y se cocinan en las usinas de la Casa Rosada como para mantenerse iracundos, escandalizados, inciertos, rejuntados, irascibles, refractarios, estropeados, descalificados, maltratados, taciturnos, embroncados. A esa usina que implementó la Asignación Universal por Hijo, el plan Procrear, la movilidad jubilatoria, las paritarias, la renacionalización de YPF, de Aerolíneas Argentina, de la soberanía, de la argentinidad.

La contra deshilachada a la Cristina le tiene tal tirria que, al igual que en Venezuela, querrían hostigarla hasta su destitución, su desalojo de la Casa Rosada, de su entorno, sus ministros, su equipo, sus fantasmas y sus mascotas. Dos meses de ausencia, por un malestar físico, de las tribunas y los ámbitos en que a diario anunciaba y señalaba obras de todo tipo, anuncios para la afirmación de las políticas de la salud pública, de la educación, del trabajo y la producción, la economía en crecimiento, la democratización de la justicia, las relaciones internacionales, Malvinas, Unasur, la reafirmación identitaria y solidaria latinoamericana, a la opo trasnochada le produce comezón. Y claro, para colmo, se llevaron un nuevo chasco cuando regresó en plenitud. Los planes y tácticas para el logro de un más ancho espacio político e institucional, se les venía abajo.

El golpismo en marcha contra el gobierno venezolano que se desarrollaba en las calles del país de Chaves los incentiva para agudizar el odio visceral antipopular y antinacional. Apuntaron a los resultados positivos de los trámites para solucionar situaciones críticas, como el acuerdo con Repsol por YPF para el pago de la expropiación, como asimismo el acuerdo con el Club de París por aspectos de la deuda externa, al mismo tiempo que se lidiaba con un dólar inflado por la especulación y las corridas. Y centraron su inquina en el ministro de Economía -ese joven, académico sin corbata- Axel Kicillof, y le tiraron filosos dardos para que lo limpiaran del Ministerio, a sabiendas de que si eso ocurría la Argentina se hundía en todos los frentes. Joven, descamisado y, para colmo, marxista y todo, no consiguieron el objetivo y se les vino encima las tres horas de Cristina en la asamblea parlamentaria este último sábado. Es que lo que dijo, incluso les tiró flores de tolerancia y amistad. Medio que los descolocó y sólo atinaron a decir que la Cristina no dijo nada de la seguridad-inseguridad, de la inflación y menos del narcotráfico. Nada más que eso.

Para las decenas de miles y miles de jóvenes, niños y adultos que coreaban adhesión en los alrededores del Congreso, y los millones en el resto del país, el gobierno cristinista, kirchnerista, es por siempre popular y nacional.

La Quinta Pata

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