Évelin Torre
En un caso inédito sin precedentes en el país, un empresario rural de Rivadavia fue condenado a 4 años de prisión efectiva por trata laboral agravada de 20 obreros oriundos de Tucumán.
Se trata del primer juicio de éste tipo después de la sanción de la Ley Nacional 26.364, de Prevención y sanción de la trata de personas.
Durante el juicio abreviado Raúl Comeglio se declaró culpable teniendo en cuenta la gran cantidad de pruebas que obraban en su contra, y ya se encuentra en el penal de Boulogne sur Mer.
El mismo imputado reconoció que había mantenido a más de veinte obreros tucumanos, incluyendo sus mujeres y cinco niños en situación de explotación laboral.
Los trabajadores y sus familias vivían en condiciones muy precarias, deplorables, en ranchos de adobe, techo de caña, con la presencia de arañas, ratas, vinchucas, murciélagos y sin camas, sin agua, sin baños y con la promesa del propietario de abonarles la cosecha que habían finalizado, inscribirlos en los registros y pagarles el boleto para regresar a su provincia, promesa que jamás cumplió.
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| Comeglio en Tribunales Federales |
Una inspección de la Subsecretaría de Trabajo fue el puntapié inicial del procedimiento. En aquel megaopertivo también intervinieron la Subsecretaría de Derechos Humanos y la Dirección de Protección de los Derechos Humanos, ambas dependientes del Ministerio de Desarrollo Social.
La trata laboral, faceta del capitalismo
La trata de personas, en sus diversas formas, es una de las peores facetas del capitalismo. La explotación del hombre por el hombre.
La trata laboral se ha convertido en una moderna forma de esclavitud. La ambición de los empresarios no tiene límites. Todo vale a la hora de aumentar sus ganancias, incluso la negación de derechos humanos esenciales como la vida, la libertad y la integridad de las personas. Y es que la riqueza y el crecimiento de los empresarios no es más que el resultado de la explotación de los trabajadores.
Es una problemática social vigente desde hace años y que se ve agravada en los contextos de pobreza y exclusión social. El miedo al desempleo sirve a los empleadores para reducir sus costos de mano de obra y multiplicar la productividad y, hoy por hoy, es la fuente de angustia más importante del mundo.
En efecto una población por debajo del límite de pobreza es una presa fácil para las redes de tratantes, que se aprovechan de aquella vulnerabilidad y reducen a los trabajadores a condiciones infrahumanas.
Es por ello que celebramos la condena a Comeglio y esperamos que sea la primera de muchas otras, y si bien consideramos que resulta benévola frente a lo despreciable de los hechos, creemos que representa un buen paso en la lucha contra la trata laboral.
Con motivo del inicio del primer juicio por trata laboral en Mendoza, Susana Trimarco hizo llegar una contundente y emotiva carta de apoyo a las víctimas y testigos, que reproducimos a continuación:
Estimados y estimadas,
Les escribo estas palabras para manifestar mi más fuerte apoyo a este primer caso por trata de personas con fines de explotación laboral que llega a la etapa de juicio oral en la provincia de Mendoza.
No puedo evitar tener sentimientos contradictorios: por un lado alegría del logro de llevar ante un tribunal a un empresario, Raúl Comeglio, a ser juzgado por el delito de trata laboral, pero por otro un poco de tristeza por ser el único.
Eso me hace pensar que hay intereses mafiosos detrás, que protegen a estos grandes terratenientes, que se creen dueños de la vida y destino de las personas que someten, para obtener mayores ganancias a como dé lugar: maltratando a hombres, mujeres, niños y niñas, hambreando, obligándolos a subsistir en la miseria.
Las víctimas que fueron rescatadas en este caso son de origen tucumano, y a algunas de ellas hemos podido brindarles la asistencia integral que merecen desde la Fundación María de los Ángeles, institución que fundé y presido.
Espero que la Justicia valore las pruebas presentadas por Dirección de Protección de Derechos Humanos de la provincia de Mendoza y se anime a dar un fallo ejemplar, que transmita un fuerte mensaje a todos aquellos que se piensan poderosos porque tienen los bolsillos llenos de plata, que consideran que ciertas personas no tienen derecho a ser respetados ni en sus más fundamentales y básicos derechos.
También supe que tanto víctimas como testigos fueron amenazados para que no hablen y digan su verdad en el juicio. A ellos les digo que tengan fuerza y valentía, que un país entero los está mirando. Que con su testimonio podrán mandar a la cárcel a un delincuente, a un tratante, pero por sobre todas las cosas le dirán a todo el pueblo que la impunidad se acaba.
Desde lo más profundo de mi corazón, espero y exijo Justicia.
Les mando un afectuoso saludo,
SUSANA TRIMARCO
Mamá de Marita Verón
Presidenta de la Fundación María de los Ángeles
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