domingo, 20 de abril de 2014

Democracia y dictadura en la UNCUYO

Roberto Vélez

“Bajo el Rectorado de ese siniestro elemento de derecha, falangista convicto y confeso,
Irineo Cruz, se fueron instalando los decanatos dirigidos por elementos de la ultraderecha, especialmente en la Facultad de Filosofía y Letras…..”
Ángel Bustelo

En estos días preelectorales en la UNCuyo proliferan agrupamientos interacademicos que en sus formas proselitistas hacen referencia a la democracia.

En muy buena hora.

La UNCuyo fue asolada por la dictadura. Centenares de integrantes de sus claustros fueron perseguidos en consonancia con los consejos escritos por Enrique Díaz Araujo. Su libro editado por Pedro Santos Martínez con dineros públicos, exhortó a suspender, expulsar, apresar y asesinar. Exactamente lo que los uniformados y sus lacayos hicieron.

Sin embargo a ninguna autoridad universitaria democrática se le ocurrió durante 30 años de democracia, ubicar a los cómplices académicos de la dictadura cívico militar; y presentarse a la justicia efectuando la denuncia correspondiente. Simplemente porque han convivido y conviven con ellos.

Más allá de tardías investigaciones, dinero y sobreactuaciones, la denuncia de los responsables fundamentales de aquellos delitos de lesa humanidad perpetrados en nuestros claustros, está presentada ante la justicia federal. Lo hicimos en octubre del 2013. La investigación de la que deviene, fue publicada por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en el año 1999. Sin reedición no casual.

Hoy proliferan como parte de la campaña, slogan haciendo referencia a la Universidad Pública y a su democratización. Mientras otros presentan la valorable elección directa, como la panacea.

Lo cierto es que ninguno le “puso el cascabel al gato”.

Y que las derechas políticas partidarias protegieron y protegen a los nazis que reprimieron en la UNCuyo. Por lo menos desde Otto Burgos hasta Zuleta Álvarez. Pasando por el aeronáutico Ruiz-Santos Martínez y sus corifeos en todas las dependencias de la Universidad. Incluyendo los de la dictadura 66-72, que todavía actúan en roles decisivos desde el Rectorado. Y en cada Facultad.

Por eso no se investigó la verdad ni se demandó justicia. Por eso la impunidad.

No basta con la memoria. Mucho menos con la simulación y con actos de ocasión.

Por eso una de las formulas electorales para hacerse del rectorado, la integran Jorge Antonio López y Adriana Aida García.

El decano de Ciencias Económicas, aspirante a Rector, está emparentado políticamente con el actual, desde sus épocas de estudiantes.

Este, es conmilitón y compañero de actividades académicas de Piñón: el Rector de la Universidad Congreso que distinguió a Massera.

El otro, integró “el equipo de los mendocinos”; rematador de bienes que eran de todos durante el menemismo. Fue Vicegobernador de Lafalla.

La segunda, decana de filosofía, es la esposa de Adolfo Cueto. El discípulo de Verstraete que como éste, reivindica tiranías.

El binomio claramente expresa la alianza de derechas y fascistas de la UNCuyo.

Cueto, Aníbal Romano y Pablo Sachero han dicho entre otros despropósitos refiriéndose a la dictadura:

“En la Universidad Nacional de Cuyo también se produjo un profundo reordenamiento del personal docente, no docente y alumnos. En realidad, este proceso ya había comenzado durante la gestión del Prof. Otto Herbert Burgos, quien a partir del 24 de marzo de 1976 fue reemplazado por el comodoro ingeniero Héctor E. Ruiz, el cual asumió el rectorado de la Universidad como delegado militar de la Junta”. “El 2 de setiembre de 1976 el PEN designo al Profesor Pedro Santos Martínez, catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras y miembro de la Academia Nacional de la Historia, como el nuevo rector de la Universidad. Su gestion tendió a restablecer el normal funcionamiento de las casas de estudios, como así también recuperar el nivel académico que se había perdido a raíz de la excesiva politización.”

Por estos dichos, múltiples expresiones democráticas de la sociedad local se manifestaron con contundencia crítica hace unos años. Paradójicamente sin embargo, la Cámara de Diputados local, ha distinguido a Cueto por sus méritos académicos, olvidando sus antecedentes nada democráticos. La impulsora de la mención fue la legisladora peronista Norma Moreno. Recientemente reconocida por que en su tarea parlamentaria tiene un solo proyecto de ley aprobado: el que instituye el 21 de junio como “día de la Confraternidad Antártica”. Cueto ha sido nombrado en el Rectorado, “secretario de relaciones institucionales y territorialización”

De esto se trata esta alternativa.

Se impone que en estas elecciones los candidatos se expresen con claridad frente al accionar de la dictadura cívico-militar y académica. Se pronuncien acerca de la investigación necesaria en todos los ámbitos de la UNCuyo relativa a aquellos trágicos años. Y se identifiquen con la sanción penal a los responsables de delitos de lesa humanidad en la UNCuyo.

De lo contrario, la impunidad y la simulación seguirán enseñoreadas. Los delincuentes libres. La justicia ausente. Y mucha democracia en las consignas.

No hay profundización posible con aduladores y colaboracionistas.

Cuando el nombre Irineo Cruz desaparezca de la fachada de la Facultad de Filosofía y Letras, será el momento indicativo de que los sectores democráticos, prevalecieron frente al oscurantismo de la extrema derecha.

La Quinta Pata

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