domingo, 11 de mayo de 2014

Los mendocinos seremos delincuentes potenciales

Ramón Ábalo

Ni un solo habitante de esta vendimial provincia estará libre de pecados ni de penitencias según las sesudas lucubraciones de muchos de nuestros representantes en la Legislatura. Nos apuntan desde todos los ángulos y así, según dicen nuestros representantes sesudos, ya somos rehenes de los delincuentes, con lo que en cualquier momento cualquier hijo de vecino, o el vecino mismo, que somos todos, seremos víctimas de la irracionalidad delictiva.

Pero los sesudos representantes han encontrado, gracias a tipos como Cassia, Ciurca, Petri, y una decena más, incluso el Quiroga padre, la versión menduca de Blumberg, aquel de la mano dura, pena de muerte, varitas mágicas que nos sacará de este estado de terapia intensiva en la seguridad, y entraremos en la etapa en que seremos todos, sin excepción, delincuentes en potencia. Es decir, todos iguales y, por lo tanto, un salvataje democrático. De acuerdo a la letra del proyecto que se está tratando para sacarnos de esa maligna peste, seremos observados y vigilados aun cuando estemos en pleno uso del bidé. Hasta cuando estemos haciendo el amor...

En serio, para nada aparece la cordura, la reflexión, la seriedad técnica y científica, desde la sociología y la filosofía, desde el sentido común de lo colectivo, ni de la política ni de lo institucional, aunque sí el disparate o el desconcierto, como lo que dijo hace unos días un pensador radiofónico: "No hace falta mano dura asesina ni el garantismo bobo. Tampoco fiscales que digan que el delito es un conflicto social. No hacen falta preventores, sin formación cultural y técnica. La mayor seguridad no puede ser a cualquier precio. Tiene que ser una seguridad justa, democrática y duradera... que resultará mejor que cualquier aventura de mano dura, o que respete los derechos y garantías de los delincuentes por encima de los de las víctimas del delito".

Lo que se trata en la Legislatura es para que ningún habitante de este bendito suelo -el mendocino- se sienta tranquilo. Por un lado, el delito, y por otro, los que quieren hacer justicia sin ton ni son y nos pueden meter a todos en la misma bolsa. Por un lado los delincuentes y por el otro los justicieros. Estamos fritos.

La Quinta Pata

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