domingo, 29 de junio de 2014

La poesía en el cancionero popular

Alfredo Saavedra

La conmemoración en fecha reciente del día internacional de la poesía, promueve la inquietud de hacer algunas reflexiones en torno al protagonismo de esa forma de la literatura en el contexto de la expresión más popular del arte en el ámbito hispanoamericano como es la música tradicional. Armando Manzanero es el mejor poeta de México, afirmó alguna vez el genial escritor Gabriel García Márquez, en lo que pudo haberse interpretado como una sesgada tomadura de pelo, aunque parece que el distinguido autor estaba en la propuesta de una factible verdad, a partir del valor poético que tienen las destacadas canciones del compositor yucateco.

Porque se considera que verdaderos poemas son los encuadres líricos de canciones como Somos novios, Esta tarde vi llover y Adoro, entre otras, de proyección tan extendida que alcanzaron el interés de intérpretes famosos como Elvis Presley y, en instrumentación musical, que es otra expresión poética, con el prodigio del piano de Frank Mills. Aunque la puntada de Gabo, al colocar a Manzanero en el estrado principal de la escena literaria, tal vez causara perplejidad y hasta escozor en los poetas convencionales de México.

No sería Manzanero el primero en recibir la consagración de poeta si ya en el pasado obtuvo el título de músico poeta, de forma merecida y permanente, el veracruzano Agustín Lara, con toda una producción en la que el signo prevaleciente fue el de una lírica de indudable contenido poético. Mucho antes que los mencionados tuvieran presencia, otros autores con proyección en la poesía dispararon sus composiciones al ámbito internacional. Lorenzo Barcelata se inmortalizó con el vals María Elena y Consuelo Velásquez, llevó Bésame Mucho a una fama que perdura hasta hoy en muchas culturas como ocurrió con María Grever, creadora de Cuando vuelva a tu lado, y ese incomparable poema que figura en la melodía Júrame, que en algunos casos prevalecieron por su peso musical y no por la lírica, tal vez breve, aunque sin duda animada por la poesía.


El ritmo de bolero resultó por naturaleza el adecuado hospedaje para la canción de dimensión poética, pero no se puede discriminar con una nómina específica de melodías con ese carácter, pues es infinita la cantidad de composiciones con el sello de la poesía como personalidad de sus letras. Es inconmensurable la constelación de canciones donde el acento poético es la insignia que las distingue. Aunque es en el bolero donde, de manera primordial, se instala el fenómeno de la poesía, otros ritmos son también habitados por composiciones con mérito poético. Poesía fundamental que casi siempre se manifiesta sin los alardes de la lírica formal más dada por espontaneidad que por artificio retórico. Son poemas que nacen de adentro y cuya autenticidad se descubre más por su sencillez que por proponer modelos de significación literaria. La nómina de canciones con esa virtud es infinita y en este espacio se intenta ofrecer solo un muestreo pues una cobertura ambiciosa requiere de un estudio formal que está fuera de los límites de este artículo.

Para empezar se citará una composición excelsa donde la música hace matrimonio con una letra breve pero de intenso aliento poético. Se trata de Concierto para una voz, de la compositora francesa Danielle Licari, melodía que con el registro musical de un aria, contiene un poema sucinto pero muy hermoso: Llámame cuando vengas de sentir mi cariño/ cuando te duela el corazón/ cuando se crucen por tus ojos los míos/ cuando escuches mi canción… Interpretada por la incomparable Tania Libertad, justifica el valor que le confieren los que reclaman para esa canción los primeros lugares.

Como el amor es la motivación esencial en el inconmensurable listado del cancionero con atributos líricos, destacados poetas dieron motivo para que su obra sirviera de modelo para infinidad de canciones famosas. Los Veinte poemas de Pablo Neruda, estarían entre los preferidos. Y con razón porque con una sencillez asombrosa y considerados la más preciosa expresión en la poesía en su tiempo, pasaron a figurar como los favoritos del público. Otros poetas que motivarían creaciones musicales significativas fueron Juana de Ibarborou, Alfonsina Storni, Ida Vitali y de gran magnitud José Martí con el incomparable y bello poema La niña de Guatemala, que en arreglos de prestigiosos artistas como Los Olimareños y Oscar Chávez, entre otros, tienen una singularidad especial.

No sería el amor el único pretexto para la composición con registro poético. La paz, la aspiración por un mundo mejor, el rechazo a las injusticias, la exaltación de los valores humanos, han sido tópicos de inspiración en el panorama de la música en Latinoamérica. El cubano Silvio Rodríguez es exponente de esa tendencia con sus numerosas composiciones de auténtico valor poético.

Roberto Carlos, de Brasil, forma parte también, aunque anterior, a esta nomenclatura de cantautores, orientados a diversificar la temática de sus composiciones que como el caso de la canción Amigo, es una exaltación de la amistad como signo de lo que es la fraternidad humana. Esta canción define un poema de estructura retórica en una bella combinación métrica que atiende a los parámetros de la poesía tradicional con equilibrio en la rima pero, por sobre todo, un contenido emocional que rubrica un hermoso mensaje: Tú eres mi hermano del alma, realmente mi amigo/ que en todo camino y jornada está siempre conmigo./ Aunque eres un hombre, aún tienes el alma de un niño,/ aquel que me da su amistad, su respeto y cariño…

Es así que la poesía encontró en la música el refugio conveniente para no quedar resignada a sólo su presencia en la letra impresa que, de acuerdo con la experiencia, la condenaría a languidecer marchita en los libros. No así rescatada en la canción, donde se ha lanzado a trotar por la calle, a recuperar su presencia en los parques, forjar el amor, domiciliarse en el corazón y la mente de todos.

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario