domingo, 27 de julio de 2014

La gran potencia imperial

Carlos Almenara

El vértigo de los acontecimientos internacionales es tal que no permite relajar el análisis ni siquiera por un breve tiempo.

Parece que transitamos una época de renacimiento de la geopolítica y la disputa por áreas de influencia que se lleva pésimo con la vigencia del derecho internacional.

La matanza criminal por parte del Estado de Israel en Gaza, la guerra civil ucraniana con su coletazo del derribo del vuelo civil MH17, las sanciones comerciales a Rusia, el llamado “Estado islámico de Irak y el Levante”, el banco de los BRICS y la reunión con esos presidentes con los de UNASUR, el ataque buitre sobre Argentina, son, todas ellas, escenas de un tablero complejo e interrelacionado.

Veamos con más detenimiento.

Israel viola toda regla del derecho internacional, aún las de las convenciones relativas a la guerra. Al momento de escribir este texto son más de mil los muertos en Gaza, la gran mayoría niños, mujeres indefensas, víctimas desarmadas que buscaban cobijo en lugares como hospitales o mezquitas. La alegación de que las milicias de Hamas utilizan escudos humanos es un cinismo incalificable. Los funcionarios israelíes no sólo asesinan civiles sino que los culpan de hacerse asesinar. Suena muy familiar a los discursos de genocidas de cualquier tiempo.

Estados Unidos es cómplice de este accionar.

El derribo del vuelo de Malaysia Airlines en zona de guerra civil ucraniana ha servido para una escalada estadounidense y europea contra Rusia. Con argumentos muy poco convincentes imputan a los separatistas pro rusos la culpabilidad. Esto ha sido utilizado para aumentar las sanciones comerciales a Rusia. Los representantes rusos, sin embargo, desmienten todo vínculo y a la inversa acusan al gobierno de Kiev de haber derribado el avión civil a fin de culpar a los separatistas o por un error fruto del intento de derribar el avión del presidente Putin.

El sólo hecho de que aparezca como verosímil la versión de un intento de magnicidio semejante refleja el tenor de los escenarios presentes.

Quienes recurren a la pregunta de quién se beneficia del derribo del avión en una zona dominada por los separatistas adjudican más probabilidad a la hipótesis rusa. En cualquier caso no se conoce el responsable del hecho.

Lo cierto es que aparece como posible que hechos semejantes formen parte del tablero en que se mueven las piezas de esta nueva geopolítica. Lo que hace unos años sólo era pensable como un acto terrorista de una organización acorralada, atentar contra un avión civil, hoy aparece como una acción posiblemente apañada por una superpotencia, un recurso “utilizable” para cambiar una correlación de fuerzas.

Las sanciones económicas a Rusia muestran un afán proteccionista de un imperio dispuesto a renunciar a la utopía de la globalización planetaria que él mismo impulsa para excluir de ella al jugador que pretenda poner en duda su poder hegemónico.

Los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante aliados, financiados y armados por Estados Unidos para derrocar a Assad en Siria, superan día a día los niveles de ferocidad y locura, y muestra quiénes son los socios y el tipo de fichas que mueve esa potencia. Los escasos reportes que llegan de la zona hablan de persecuciones a cristianos y matanzas por razones religiosas.

La sexta reunión de los BRICS y la constitución del nuevo banco de las economías emergentes muestra la contracara y quizá la espina que causa la picazón para semejantes violaciones al derecho.

La región, UNASUR, atenta y dispuesta a la profundización de las relaciones agrandan la exasperación del Departamento de Estado.

El día viernes 25 de julio el presidente venezolano, Nicolás Maduro, denunció la ilegal detención de un diplomático y militar venezolano en la holandesa Aruba. La CNN en español se refriega las manos y anuncia la extradición a Estados Unidos.

En este contexto explicar que un juez como Thomas Griesa, un “cuatro de copas”, un personaje irrelevante en el contexto internacional, es quien amenaza a la Argentina parece por lo menos una ingenuidad.

El hostigamiento sistemático a la Argentina usando el ariete de los fondos buitre y este anciano gagá refleja la decisión imperial de “poner en orden” el continente.

No es una batalla que dependa de buenos argumentos legales o buenos abogados. No cambiarían la naturaleza del asunto. Dominio y saqueo es la propuesta de la potencia imperial.

Obama discrepa con los peores que Obama. Pero no nos confundamos, para afuera unifican personería. Si alguna vez el presidente tuvo otra opinión sobre qué hacer con Argentina hace rato resignó a que sean los peores que él los que dicten la política al respecto. Hoy son una voz.

No es el caso de las derechas sudamericanas que lejos de defender sus patrias y la Patria Grande, ofrecen a sus pueblos sumisión al dominio de esta potencia violenta y militan activamente el saqueo de sus recursos. Usan frases como “crear confianza para que vengan inversiones”, “crear clima de negocios” y otras por el estilo.

Fuente: http://www.carlosalmenara.blogspot.com.ar/

La Quinta Pata

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