domingo, 24 de agosto de 2014

El prócer como buen vecino

Carlos Almenara

El 17 de agosto se conmemoró un aniversario de la muerte del General José de San Martín. Como ocurre estos últimos años los medios hegemónicos, básicamente el grupo Clarín, no desaprovecharon la ocasión.

Por caso, vemos en Los Andes de esa fecha notas de Alfredo Leuco y del historiador Luis A. Romero trabajando para el guión Magnetto.

El relato sería el siguiente: el prócer, hombre ejemplar, austero, repúblico, moderado, honesto, es la contracara de la presidenta actual y toda su banda, que son... lo que dicen todos los días.

Así, aplican la misma receta que en cada análisis de la realidad: remisión a lo anecdótico y relato.

Resulta que San Martín no fue un general que luchó contra el imperio de entonces, no nos llevó a dejar de ser colonia, no luchó por la América toda; no, para el poder lo importante es que San Martín fue un “ejemplo de rectitud cívica”.

Algunas veces tengo la sensación de que discutir con la patota de Magnetto rebaja tanto el nivel, implica tal desconsideración al lector, que me veo como faltando el respeto a mi propio lector. Pido disculpas por tener que explicar lo obvio pero resulta que este grupo que se quedó con el papel a través de torturas, protegiendo dictadores, violando leyes y robando patrimonio público, opera mediante una clausura semiótica. No hay más verdad que el relato que construyen. Aunque el relato sea miserable no queda más alternativa que desmentirlo, impugnarlo.

No, San Martín no es San Martín por ser un buen vecino. Es interesante ver cómo se lo construyó como padre de la patria pero no entraré en ello.

La base histórica para construir el prócer son sus luchas emancipatorias.

No, Clarín nunca mencionará sus luchas emancipatorias. No cabe en el guión de Magnetto.

Sí, hay una asociación inmediata. El modo que nos paramos frente a los fondos buitre sí tiene relación con el “espíritu sanmartiniano”. Clarín nos quiere colonia. Leuco nos quiere colonia. Romero nos quiere colonia.

Han caricaturizado el antiimperialismo y la soberanía como anacronismos. Todo lo contrario, nada más moderno, nada más necesario que construir una nación autónoma e independiente. Como quería San Martín. Quizá debiéramos estudiar cómo disciplinó a la burguesía cipaya de entonces, cómo expropió lo que necesitaba para su misión y tomó un sinnúmero de medidas que escandalizarían a los supuestos repúblicos actuales.

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario