domingo, 7 de diciembre de 2014

Comunicado de Redes Cristianas sobre la pederastia en la Iglesia Católica

En marzo de 2010, la Coordinadora de Redes Cristianas escribió un comunicado sobre la postura oficial de la Iglesia Católica ante la pederastia. Los sobrecogedores abusos ocurridos en Granada hace unos años y desvelados recientemente nos llevan a volver a pronunciarnos actualizando aquella toma de postura.

.- La tolerancia cero iniciada por Benedicto XVI y que a nuestro juicio fue insuficiente, ha quedado ahora consolidada por el papa Francisco, que está dando muestras claras de ir por delante de algunos obispos a la hora de hacerse cargo del problema y tomar medidas inmediatas para paliar en lo posible el mal que ya se ha hecho: pidiendo a las víctimas y a los obispos correspondientes que denuncien a la justicia civil a los autores y encubridores de los delitos cometidos; abriendo una severa y rigurosa investigación interna y pidiendo perdón a las víctimas personalmente. Apoyamos al papa en esta actitud y lamentamos la resistencia que aún ofrecen algunos prelados a colaborar para esclarecer la verdad con todas sus consecuencias ante delitos cometidos contra niños y jóvenes.

.- Reconocemos positivamente el papel que han jugado en este caso y en otros similares los medios de comunicación para informar a la sociedad y en concreto a los católicos y católicas de lo que está ocurriendo en la Iglesia y de cómo se ha desarrollado el proceso de denuncia. Ojalá estas informaciones y la actitud del papa posibiliten que haya más víctimas que se atrevan a denunciar y que en las diócesis y en las congregaciones religiosas se acabe el encubrimiento. De hecho, en estos días pasados hemos conocido otras denuncias en distintos sitios de España y los rumores sobre la destitución del arzobispo de Granada son cada vez más numerosos.

.-Reconocemos igualmente el trabajo infatigable de las asociaciones de apoyo a las víctimas que se han ido creando en todo el mundo en los últimos años. Sus denuncias han llegado hasta la ONU y este organismo, además de ofrecer datos escalofriantes, ha pedido a la Iglesia Católica que aporte a la justicia civil datos que puede tener en su poder y que corresponden a casos de abusos que han quedado impunes por falta de denuncias o de pruebas. Salvaguardando, por supuesto, el derecho a defenderse y a un juicio justo de los acusados, esta petición de la ONU debería ser atendida por el Vaticano a la mayor brevedad.

.- Finalmente, pero no por ello menos importante, queda pendiente evitar que los abusos vuelvan a cometerse. Es posible que el miedo a una denuncia y posterior condena o a una expulsión, hagan desistir a algunos pero una persona que ha llegado a tales extremos debería ser detectada antes de que haga daño y en esto entendemos que la Iglesia debe afrontar sin demora lo que para nosotros es crucial: las consecuencias del celibato impuesto a los sacerdotes y el planteamiento de poder autoritario que se ejerce en la cadena jerárquica del clero y del clero hacia los fieles. Sobre lo primero hay mucho ya escrito y proclamado a favor de que el celibato sea una opción voluntaria que una persona puede asumir en uso de su libertad pero que no debe ser un requisito para el sacerdocio. La integración de este compromiso tan fuerte en la madurez sexual de una persona no es fácil y si se vive desde la represión puede ser un caldo de cultivo de conductas no apropiadas que pueden causar graves daños a terceros. Podrá también darse el caso de personas pedófilas que encuentran en el sacerdocio un ámbito adecuado para tener contacto con menores. Esto sería casi imposible si el sacerdocio se plantease como un ministerio laical al que acceden personas que no tienen por qué haber aceptado el compromiso de ser célibes y hubiese por tanto mucha más transparencia y naturalidad. Las relaciones de poder autoritario que existen en muchos casos dentro de la Iglesia son también a juicio de muchos, algo que puede generar violencia en una persona y favorecer que abuse de un menor que está fuertemente condicionado por el ascendente que tiene ese sacerdote sobre él.

Actualmente los seminaristas ingresan con edades más tardías en los seminarios y ello es, a nuestro juicio, mucho mejor, pues así sus opciones deberían ser más adultas y se tomarían después de haber vivido como adolescentes y jóvenes “en el mundo”.

La Quinta Pata

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