Frente al palco oficial levantado en calles Chile y Espejo, y en el que se ubicó el gobernador Celso Jaque, fue el espacio elegido por los organismos de derechos humanos de la Provincia, la Multisectorial y otras organizaciones sociales y políticas, para hacerse oír en reclamos de la destitución del Comisario Rico, impuesto por su ministro de Seguridad, el abogado Juan Carlos Aguinaga, hombre del Partido Demócrata, con una fuerte tendencia a imponer una política de “mano dura” para la lucha contra la delincuencia. Más de doscientos militantes gritaron a viva voz su consigna principal: SEGURIDAD NO PUEDE ESTAR EN MANOS DE REPRESORES – FUERA GENOCIDAS DEL GOBIERNO, acompañadas de silbidos y “pitazos”.
Esta movilización en pleno Carrusel seguramente que le ha provocado al mandatario un fuerte escozor y un dolor de cabeza que le habrá sido difícil de asimilar. Es que para gran parte de la población mendocina, es una cuestión ética tanto como política, que se le debe dar solución con lo que se exige, es decir la destitución de Rico y la renuncia del ministro. Y para Jaque, es indudable que está en un tembladeral en cuanto su obcecación por mantener al “teórico” de la represión durante la dictadura genocida, que le provoca serias controversias y contradicciones al interior de su gobierno y su partido, el justicialismo. Pero lo más grave, más que seguro, es lo que se percibe como una contradicción fundamental con las políticas de derechos humanos del gobierno nacional. La pregunta es cuánto más Jaque jugará a ser un mandatario por la propia, sin importarle lo que se le está sugiriendo desde la Casa Rosada: que eche a Rico.
Redacción La Quinta Pata, 08-03-08 
sábado, 8 de marzo de 2008
Noticias-2008
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