La biblioteca Almafuerte recibió este año un solo libro

Juan Manuel Gatti

La gestión municipal anterior derogó una sobretasa destinada al mantenimiento de la histórica entidad de Villa Nueva.

La biblioteca popular Almafuerte, ubicada a 30 metros del edificio de la Municipalidad de Guaymallén es una de las bibliotecas más antiguas de Mendoza. Cuenta en total con 5.000 socios y 27.000 títulos; tiene programas de capacitación docente; y, entre otras cosas, se presenta con ciclos de lectura en la cárcel de mujeres y en el hospital de niños.

Pero eso no es todo: también tiene un edificio en donde sólo entran 6 mesas para los lectores que tienen que terminar usando el baño de los empleados o trasladándose a los de la casa municipal. Claro, aparte de que cientos de libros terminan archivados en cajas para ahorrar espacio físico, y existen sólo dos computadoras para las consultas web.

Y según su directora, Marta Cuervo de Quaglia, el presupuesto 2008 de la comuna guaymallina no incluye la partida de unos $15.000 (promedio) que la biblioteca recibe todos los años para la compra de libros y material multimedia. "Se olvidan de que hay una biblioteca que ahora es municipal. Por suerte, el personal, con su trabajo, pone la diferencia para que podamos seguir prestando un buen servicio", explicó.

"Desde el año 1994, por no lograr conformar la personería jurídica, perdimos el aporte de la Conabip -Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares-, pasando a depender únicamente del municipio. Hubo gestiones de gobierno enteras durante las cuales no se compró un solo libro", remató.

Un dato interesante es que la ordenanza 4420, sancionada el 28 de abril de 1997 (firmada por el actual intendente y en ese entonces secretario del Concejo Deliberante, Alejandro Abraham. Ver aparte) dispone que "se autorice al Ejecutivo municipal a realizar las erogaciones necesarias de la partida correspondiente a la adquisición de materiales para la biblioteca originados en la sobretasa por infraestructura urbana, con el fin de dotarla de material para su funcionamiento".
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La Almafuerte comenzó a funcionar el 5 de setiembre de 1915 en el domicilio de su fundador, el boticario y periodista don Tito Laciar (esquina noroeste de Libertad y España, Villa Nueva). Pero se fundó oficialmente en julio del año siguiente.

Posteriormente, por cuestiones de costos, se trasladó a la escuela número 9, la cual adoptó para sí el mismo nombre de la biblioteca, pasando así a llamarse Escuela Almafuerte (rótulo con el que los socios fundadores de la casa de los libros quisieron honrar la obra del escritor nacido en San Justo, provincia de Buenos Aires, Pedro Bonifacio Palacios), más conocido como Almafuerte. Ya por 1928, el intendente de entonces, Carlos Caroglio, dispuso su traslado al edificio en el que se encuentra ubicada al día de hoy, pasando la administración del establecimiento a manos municipales.

Y al parecer, poco se ha hecho en 8 décadas por la infraestructura de esta tradicional casa de letras. De hecho, los muebles originales del edificio fundacional son exhibidos a diario en una sala del museo Casa Molina (Diego Paroissiens 747, distrito de Pedro Molina). Su tesoro más preciado son las publicaciones originales que fechan desde 1898 y que llegan al último libro escrito sobre la historia de Guaymallén, editado en este año y es el único aquirido durante 2008.

El intendente Alejandro Abraham aclaró que durante la gestión anterior se aprobó el presupuesto de este ejercicio y en esa oportunidad derogaron la sobretasa cuyos fondos eran utilizados para la compra de libros para la biblioteca. Hoy la biblioteca está incluida en el presupuesto la Dirección de Cultura. “Para el próximo año destinaremos presupuestos por áreas y la biblioteca Almafuerte tendrá el suyo”.

Abraham informó que no pueden hacer baños en el edificio porque ha sido declarado patrimonio histórico y la gente debe concurrir a los sanitarios de la casa municipal.

Los Andes, 31 – 10 – 08

La Quinta Pata