viernes, 30 de enero de 2009

Canje de los préstamos garantizados

Humberto Tumini

Para salvar el presente no hay que volver a hipotecar el futuro.

Cuando el ex presidente Néstor Kirchner llevó adelante el canje de la deuda, por el cual obtuvo una quita del 66%, un alargamiento de los plazos de pago y una importante pesificación de la misma, tuvo en cuenta no solo ni esencialmente el presente, sino por sobre todo el futuro de la economía del país. Sabía que con el nivel de endeudamiento existente en ese momento -2005- y con los plazos de pago con que se había contraído, no había ninguna posibilidad para la Argentina de desplegar un modelo de crecimiento económico con reindustrialización y fuerte creación de empleo. Consciente de ello y con el coraje necesario se puso firme y comenzó a desendeudar al país, para que pudiera crecer.

Nada de eso hay ahora en el canje de los Préstamos Garantizados contraídos en su momento por Domingo Cavallo. Por el contrario, en realidad se patean hacia adelante los pagos del 2009 al 2011, pero con gravosas concesiones a los acreedores que se harán sentir sobre las finanzas del país en pocos años. Se presenta el canje como "un éxito" y se muestra el 97% de aceptación como una muestra de ello. Pero cómo no lo van a aceptar los tenedores de aquellos bonos: se les reconoce a los papeles el valor técnico y no el de mercado, marcadamente inferior, se les dan a cambio bonos a apenas cinco años de plazo y a un muy alta tasa de interés, variable a partir del segundo año, también ventajas impositivas, se van a poder comercializar en el mercado, etc. Hasta se dejó de lado el compromiso de los acreedores de aportar fondos frescos al país de que se había hablado en un principio. En definitiva se van a tener que pagar 3.500 millones de dólares de intereses de aquí al 2014, y en ese año habrá una gran concentración de vencimientos.

Le preguntamos nosotros al gobierno: ¿por qué en lugar de recomenzar el grave camino de hipotecar el futuro a través de contraer nueva deuda muy onerosa, no se negocia con mucha más firmeza esos pagos? ¿Por qué no se exige refinanciar los mismos a largo plazo y tasas aceptable, en momentos en que claramente eso es posible? ¿Cree acaso el gobierno que el pueblo no acompañaría -como acompañó en su momento la quita de deuda- una actitud de firmeza ante los acreedores? ¿Adónde ha quedado el proyecto de país que se proclamó estos años, acaso apenas en salvar la ropa?

Movimiento Libres del Sur, 30 – 01 – 09

La Quinta Pata

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