Matías Perdomo Larrea
Pasadas ya dos semanas de las elecciones legislativas, los sectores de poder que resultaron gananciosos, no tardaron en juntarse alrededor de su aliado en común, “el campo”, esa categoría gramatical conquistada desde la hegemonía y materializada en la Mesa de Enlace. Las crónicas de dicho encuentro revelan que la asistencia estuvo verdaderamente cerca de ser perfecta. Una especie de agradecimiento quizá, por haber dado norte, esencia o razón de ser a un arco opositor muy escueto en esas cuestiones. Cumplido el primer aniversario del lastimoso acto de genuflexión del Ingeniero Bobo, es de esperar que estas relaciones se intensifiquen y profundicen. También es de esperar que tales concilios se produzcan de manera espectacular, preparados naturalmente para la industria televisiva. Una industria que en vista de los resultados electorales obtenidos por sus productos más viles y laxos, intentará potenciar aún más su poder de fuego a fin de dejar en claro que no permitirá de ninguna manera que el (debilitado) gobierno nacional insista con su proyecto de modificación de la ley de radiodifusión de la dictadura. Un proyecto calificado por el experto de la ONU Frank La Rue, como “modelo para el mundo”.
El resultado electoral amplía la base de sustentación de estos actores y es lógico que una vez asegurados ciertos consensos, comience otro tipo de embestida, ya más directa, a los bifes. Por la platita. Cercenarán los superpoderes y detrás de ello plantearán cambiar el esquema de retenciones. Según dejaron trascender, ya estaría todo negociado entre los participantes de las tertulias antedichas. Eliminar todas las retenciones, dejando un magro 20% a la soja. Un buen comienzo (sobre todo ahora, hay que decirlo, que las ganancias por el “yuyito” vuelven a ser récord debido a la baja de los insumos y del alquiler de los campos y a la reacción de los precios internacionales). Hugo Yasky, Secretario general de la CTA escribió en la semana: “el lobby empresario de AEA, UIA y Mesa de Enlace promueve la suspensión de las paritarias, la devaluación de la moneda a niveles que le darían el golpe de gracia al ya erosionado ingreso de los trabajadores, la postergación de la convocatoria al Consejo del Salario y la eliminación de las políticas de retenciones”. De eso se trataron las últimas elecciones. Hay que tenerlo en claro. El proceso de acumulación de riqueza dado en los últimos años de crecimiento no se negocia. La crisis sí. Que la paguen los de siempre. La derecha ya había sacado a relucir sus garras hace rato, pero a partir de ahora se dedicará a afilarlas para que lleguen bien punzantes hacia 2011. A la par de ese constante limar, planeará en todo caso en las manos de quién llega. Ese escenario parece todavía difuso y es cierto que todavía falta recorrer mucho camino, pero es obvio a esta altura pensar que el peronismo (como “dimensión desconocida”) aunará esfuerzos para que sus manos calcen perfectas a tan afiladas garras. Esos esfuerzos competirán con alguien que parece hecho en molde para tales intereses. Su cavilar permanente, su alarde de moderación, su exagerado mensaje de paz (paz entendida como no lucha y mantenimiento intacto de ciertos intereses, si es posible con el pueblo negro lejos o encarcelado), su ejercicio en conductas indignas y humillantes, hacen del Ingeniero Bobo un candidato natural. Sólo habrá que dilucidar si el poder confía en un personaje que ha demostrado que sus mejores dotes son las propias de un camaleón. En todo caso el riesgo parece menor.
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4 comentarios :
Excelente nota, Matías.
V.
Estimado escritor querria por este intermedio manifestar mi total concordancia con vuestra apreciacion de nuestra realidad actual.
Efectivamente...esa es la situación...me gustaría leer algo también del autor acerca de las retenciones a la renta financiera, petrolera y minera.
Muy buena nota Mati,buen planteo de la idea, y espresada a las mil maravillas.Si, coincido con anónimo me gustaría leerte algo acerca de las retenciones a la renta petrolera y minera.G.R.
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