domingo, 23 de mayo de 2010

Flamante jefe militar canadiense en la cárcel por asesinatos en serie

Alfredo Saavedra

La importante base aérea militar de Trenton, Ontario, Canadá, estaba hasta principios de este año bajo la comandancia del coronel piloto aviador Russel Williams, en la nómina de los altos jefes militares del país y quien ahora se encuentra en la cárcel como reo común, enfrentando cargos de asesinato, que lo pueden condenar a prisión de por vida, en una situación sin precedentes en una nación donde la justicia alcanza a los poderosos por igual.

Dos jóvenes mujeres habrían sido asesinadas dentro de una secuencia de delitos perpetrados por el que fuera distinguido oficial de las fuerzas armadas canadienses y a quien una incontrolable perversión sexual llevó a los ilícitos que lo tienen ahora en una celda altamente supervisada, luego de más de un fallido intento de suicidio al romperse la soga con la que pretendía suprimirse la vida, humillado por un escándalo que ha circulado en exceso en las páginas de los periódicos y los espacios de otros medios de comunicación.

Piloto de confianza para conducir al primer ministro de la nación, el coronel Williams apareció con frecuencia en cambios de impresiones con el ministro de la defensa nacional, en momentos en que por las noches de forma furtiva entraba a casas de mujeres solas para cometer delitos menores con el hurto de prendas íntimas femeninas pero asaltos que a veces se convirtieron en estupros y que llegaron a culminar con el asesinato de la oficial de la base de Trenton, Marie France Comeau, de 38 años y la joven Jessica Elizabeth Lloyd, de 27.

La primera fue encontrada muerta con señales de violencia el 25 de noviembre pasado, en su casa de la localidad de Brighton, donde vivía solitaria, en un hecho que tenía las características de asaltos anteriores a casa de mujeres solas que por suerte no terminaron en situaciones fatales. El 28 de enero anterior se produjo la desaparición de la señorita Lloyd, cuyo cadáver fue descubierto el ocho de febrero en un camino desolado, cerca de la comunidad de su residencia entre los villorrios de Tweed y Belleville, también con muestras de violencia.

Aunque no se han revelado los detalles de esos asesinatos, por encontrarse en sumario la causa, las autoridades que habían mantenido hermetismo sobre los asaltos anteriores a las casas de mujeres solas, cuantificados en más de medio centenar, descubrieron similitudes en los casos de las dos mujeres asesinadas y luego de una minuciosa investigación que incluyó la inspección de vehículos transitantes por el área, se determinó que las huellas de llantas encontradas en las casas de las occisas, coincidían con las del automóvil utilizado por el coronel Williams.
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Eso fue suficiente para que un investigador especial interrogara al militar, tras lo cual fue engrilletado y llevado a una detención provisional de donde posteriormente fue trasladado a una cárcel formal, donde se encuentra enfrentando un juicio que podrá demorar algún tiempo pero que puede culminar con la condena probablemente de cadena perpetua, para el hasta hace poco prominente miembro de la fuerza aérea canadiense, experto en el manejo de toda clase de aviones.

El coronel Williams, de 47 años, graduado en economía y ciencias políticas de la Universidad de Toronto, tuvo una vida exitosa tras su alistamiento en las fuerzas armadas, ganando las alas de aviador en 1990 y promovido a capitán en 1999. En el año 2004, al obtener el grado de teniente coronel, fue trasladado a la base aérea de Dubai, con la responsabilidad de comandante VIP, cargo que lo sometió a un intenso escrutinio junto con su familia y amigos, en requisito necesario para ejercer ese cargo.

Sin embargo, analistas han determinado que se trata de un individuo de doble personalidad, cuya desviación sexual lo llevó a cometidos que estaban en oposición a sus responsabilidades militares. Un ejemplo de eso, según reportaje de la revista Macleans, fue el hecho de que luego de un supuesto asalto una noche a la casa de una mujer, a la cual tras despojarla de sus ropas, ató a una silla para luego fotografiarla y abusarla sexualmente, a la mañana siguiente participó en un acto de beneficencia donde entregó un cheque por 700 dólares como donativo para la Fundación del Corazón, de la cual su esposa Mary Elizabeth Harrison, es directora asociada.

Según el profesor en criminología de la universidad estatal de California, Eric Hickey, el coronel Williams presenta todas las características de un psicópata, pues sus fechorías contemplaban incluso el retorno a los lugares donde las cometía, lo cual según el experto es conducta particular de los asesinos en serie, quienes a veces muestran una personalidad benigna en sus relaciones diarias, que promueven simpatía entre quienes los tratan, como ocurriría en este caso con el compañero de armas de Williams, mayor Grez McQuaid, quien ha manifestado su escepticismo sobre los cargos imputados al acusado.

Sin embargo el mayor McQuaid recuerda a Williams como un hombre de una mirada penetrante que parecía mirar a través de los cuerpos, lo cual imagina pudo haber ocultado sentimientos siniestros en el colega hoy arruinado en la cárcel.

La Quinta Pata, 23 – 05 – 10

La Quinta Pata

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