Beto Lanatti
Hay algo que a uno lo indigna demasiado como para mantenerlo en la intimidad. Algo que altera la racionalidad y ofende la inteligencia por pequeña que esta sea. El tipo que escribe se refiere a los noticieros locales de televisión.
Frente a la necesidad de obtener información acerca de la realidad, de los sucesos y acontecimientos provinciales, uno por ahí se encuentra impulsado a sintonizar los noticieros de los canales 7 o 9 de Mendoza en alguna de sus ediciones diarias.
Muchas veces, temprano en la mañana, tomás el control remoto y ponés el 7 o el 9 para conocer la temperatura, cómo viene el día, para saber si tembló y el sueño pesado provocó que el tipo* ni se enterara. Pero sobreviene lo inevitable, la noticia. Genéricamente llamada así y que, por ahora, le damos algún crédito como para no aburrir con argumentos teóricos.
Y es que los simpáticos locutores – autodenominados “periodistas” – nos presentan la “polémica” del matrimonio igualitario, la “polémica” por la objeción de conciencia habilitada por Jaque, la “polémica en torno” al protocolo del Ministerio de Salud de la Nación referido al aborto no punible, la “polémica ley de medios”; segundos después de que hayamos decidido salir con campera o remera o prevenidos ante posibles réplicas sísmicas que sobrevendrían al remezón que pasó desapercibido.
Y los tipos mandan a los sacrificados “noteros” a entrevistar al secretario del Arzobispo y a la directora del Registro Civil acerca de la “polémica” reforma del Código Civil, groseramente denominada por el mismo medio “matrimonio homosexual”.
Y bueno, los muchachos del canal emiten la opinión de la Iglesia vernácula en exteriores – previsible e inútil en términos comunicacionales. Acto seguido, un comentario del locutor en estudios más o menos así “¿polémico no?” y da paso a la entrevista con la funcionaria del Registro.
El notero, avezado en esas lides y haciendo alarde de una astucia prodigiosa pregunta algo así: “¿usted se opone al casamiento entre personas del mismo sexo?”. La señora elegantemente responde que “es una ley del Congreso nacional y hay que acatarla”, sin abrir juicio de valor, como corresponde a una funcionaria. Vuelta al estudio el locutor-periodista reitera, “¿polémico no?”.
Disculpe el lector, pero ¿son pelotudos o se hacen? Disculpen pero me ofenden, me insultan todos los días. ¿A qué teléfono hay que llamar para denunciar maltrato mediático?
*Un pequeño homenaje a Arthur García Núñez “Wimpi”
Río de Palabras 28, 29 – 08 – 10
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