Sebastián Moro
“La continuidad de la política criminal de Derechos Humanos del gobierno nac...”. El orador no pudo continuar. Demasiado abucheo. Doce mil personas indignadas por el despropósito del olvido y la mentira evidente, esperaron que se fuera. No sin pena.
Fue el 24 de Marzo del año del bicentenario, en Mendoza, luego de la masiva marcha por la memoria, la verdad y la justicia a 34 años de la dictadura más destructiva de nuestra historia. Lo dijo el Polo Martínez Agüero, ex líder montonero, en nombre de la Multisectorial en Lucha.
“Necesitamos un argentinazo”, consideró Roberto Perdía, compañero cordobés, días previos a esta primavera que muchos luchadores defenestran transitar, quizás porque actúen en razón de sus cuarteles de inviernos. Explicaba así la posición de Montoneros, ahora en “reorganización”, frente al kirchnerismo. Retomó el Polo el domingo 19 desde diario Los Andes: “tienen medidas aisladas que no conforman un proyecto de nación, sigue vigente el modelo neoliberal de Menem”. Menem. Libre de culpa y cargo suelta la condena sobre el neoliberalismo ofertada por medio y mensaje, Los Andes y lo que quedó de Montoneros. Como si Firmenich y tantos no hubiesen servido para “acompañar” el “fenómeno naciente” del menemismo.
En el país que hoy discute Papel Prensa, habla de dictadura cívicomilitar y los Derechos Humanos son política de estado, la vieja conducción sólo habla del Che. Y desde el monopolio, claro, no la interrumpen. El público calla tabicado si es interpelado desde Perfil, MDZ, Clarín y sucursales, que ahora tan generosamente les dan micrófono y ellos letra.
Otros tiritos de este retorno casi casi parecido a un operativo fueron la reivindicación acrítica hacia Firmenich; el ninguneo de la recuperación popular de la política; y el lustrado de armas con Videla, a ver quién las tiene más largas. Las consecuencias, acaso objetivos, redundaron en la dudosa gloria de ser denunciado por el genocida y lo obvio: la ampliación y reproducción mediática de los fantasmas del miedo (¡hasta el de Videla y el de Menéndez!), argumento útil a los intereses contrarios a los enjuiciamientos y castigos por crímenes de lesa humanidad. Intereses también antagónicos a los del proyecto nacional y, mal que les pese, a los de otra clase de militancia y construcción políticosocial. La que se construye entre viejos y pibes, distinta pero no tanto, que no sabe de audacias ni lo que es poner los huevos frente al General pero gana una Ley de medios en la calle. Cercana siempre porque abreva en la misma fuente, la misma sangre.
Trasvasamiento generacional y defensa de la democracia proponen los “reorganizados”. “No, gracias”, sostenemos los caminantes de hoy, humillados por esa funcionalidad servil a la teoría de los dos demonios. Porque de todas las visiones, esa es la peor.
Río de Palabras 30, 23 – 09 – 10
3 comentarios :
MUY buena la nota compadre
Y viva CUYO
Millones de gracias. Eso sí, insuficientes. Poner la palabra justa allí donde hay infamia, no es poco. Sin ofensas y con fundamentos. Como corresponde a gente como nosotros, que somos capaces de callar atrocidades para no darle de comer al enemigo. Para qué, para eso están ellos. Los que cuando nuestros compañeros caían aquí, en el frente de lucha, daban órdenes desde Europa. Ellos son tanto o más culpables que los propios ejecutores del genocidio porque, en el mejor de los casos, ayudaron a que ésto pasara, y en el peor, fueron cómplices o, aún más, fueron parte.
Gracias de nuevo Sebastián, tus palabras son un bálsamo para aquellos que no podemos o no queremos avivar esta llama maldita.
Un abrazo.
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