domingo, 13 de febrero de 2011

Bienvenidas compañeras

Rodrigo Farías

El 14 de enero pasado ocurrió algo trascendente: la primera Casa Compañera del país fue inaugurada. El 1 de febrero, Gabriel Mariotto, el titular de la Corriente por una Comunicación Nacional, Popular & Democrática, 17 días después, inauguró la Casa Compañera Nº 250. Trascendencia, eso es lo que está ocurriendo en Argentina.

Desde su nacimiento estas casas florecen sobre la tierra yerma de la militancia y el compromiso de una ciudadanía que ha aceptado el convite del gobierno nacional. Un gobierno que redobla su empeño democrático al promover un estado asambleario permanente que fortalezca el vínculo social, el diálogo, la resignificación y reflexión de la realidad y, sobre todo, de esa realidad paralela que construyen los poderes mediáticos.

Mariotto lo expresó sin rodeos al definir a las Casas Compañeras como un lugar de debate horizontal que tiene por objetivo promover una sociedad movilizada. La difusión de las casitas implica una transformación social profunda: pasar de una democracia representativa mediocrática a una democracia participativa dialógica.

El poder de los operadores de sentido que ha complotado contra las mayorías durante décadas, sino siglos, se irá debilitando proporcionalmente en la medida que se vaya fortaleciendo el vínculo social y los intereses comunes por sobre los intereses particulares.

Es una idea simple y profunda que posee precedentes históricos. En el pasado existieron unidades de base en diferentes momentos para enfrentar la proscripción política y la exclusión social surgidas del ingenio que suele nacer cuando una necesidad se enfrenta contra una fuerza.

En un estado de derecho, este proyecto además de servir como una organización popular que contrarresta a Clarín, el diario la Nación o el sinnúmero de medios reaccionarios que intentan imponer a la sociedad su cosmovisión particular, la casita compañera posee un espíritu de construcción que apunta a cambiar de raíz las reglas de juego conocidas. El paso que convierte al espectador en partícipe, al elector en militante, al vecino en compañero, al barrio en asamblea.

Durante décadas esto ha sido una necesidad advertida para la construcción de cualquier proyecto político de corte popular que sea perdurable, ningún gobierno estuvo a la altura de fomentar un pensamiento crítico que seguramente tenderá a elevar las demandas sociales a las cuales ese mismo gobierno deberá responder... hasta ahora.

Que se inauguren mil casas, que nazcan mil flores. Un presente que apuesta a la trascendencia será inevitablemente en el futuro un pasado clásico. Un árbol de raíces firmes.

Si querés que tu hogar se convierta en una Casa Compañera entrá en http://corrientecnp.org.ar/web/ o llamá al (011) 6379-5275.

Río de Palabras 40, 10 – 02 – 11

La Quinta Pata

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