Marcos Meloni
El 22 de febrero pasado el diario on line local, MDZ, publicó lo que se podría llamar una “editorial” con fines corporativos. Lo que podríamos entender como una opinión bien fundamentada acerca del apoyo o rechazo a la explotación minera se transforma en una desenmascarada búsqueda de lobby sectorial. Se trata simplemente de un interés claramente empresarial.
MDZ sin ningún rodeo presiona a los legisladores y en general al aparato político dejándolo muy mal parado como si se tratara de un grupo de ineficientes y corruptos que solo actúan bajo presión monetaria. Hablar así, en términos tan generales y ponerse en la boca de la opinión pública es un resultado que infelizmente asumen. Y no queda únicamente en esto, además se explayan en los beneficios que la provincia gozaría si se aprobara la explotación minera sin tener en cuenta los argumentos que se oponen en términos políticos y sectoriales. Es decir, la discusión no pasa por si Mendoza avanza o retrocede en términos económicos gracias al desarrollo sustentable de sus recursos naturales, sino que se centra en los beneficios cortoplacistas que nada más buscan satisfacer sus intereses personales.
En un clima político muy agitado, los actores se confunden y se esconden detrás de las distintas adhesiones, pero queda muy claro que se trata de una disputa que varias veces queda supeditada a intereses meramente partidarios y en otras instancias, económicas, como lo demuestra MDZ. Entonces al ciudadano común se le pone compleja la situación al momento de poder formar su opinión respecto de la problemática que se gesta en las calles, las consultas populares, la legislatura y atravesando todo esto, los medios.
Es ahí donde el señor que escucha la radio en su taxi, o el lector asiduo de diarios tradicionales y virtuales va formando una incompleta versión sobre lo que debe realmente pensar sobre la minería. Aunque se transforma en algo peligroso cuando las empresas mediáticas como el diario de Terranova tratan de disuadir lo que sería un logro positivo para los mendocinos cuando en realidad su propuesta es de tipo corporativista inminentemente. De ese modo, la operación política que busca este medio se evidencia muy a trasluz por la vehemencia con la que se ataca al poder legislativo y por la coacción que busca en el lector desprovisto de la información necesaria para generar un criterio responsable en tamaño debate. Es importante involucrarnos pero también sabiendo cómo y para quién jugamos.
Río de Palabras 41, 24 – 02 – 11
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