domingo, 27 de febrero de 2011

Un menú de pedidos para el nuevo gobierno

Alberto Atienza

Que alguna vez suene un tiro para el lado de la justicia

“Difícil que el chancho chifle” dicen en el campo ante algo de remota concreción. Esa respuesta era a veces la contestación a la pregunta que se le formulaba a mendocinos: ¿Qué le pediría al nuevo gobernador? Lo del cerdo que no silba, una clara alusión a algunos primeros mandatarios mendocinos. Esos que hicieron poco o casi nada por la comunidad. Y mucho, muchísimo, por sus arcas. No se olvidan los descreídos, que se sienten defraudados, timados…

Otros se animaron como ese profesor de arte escénico que vio en Barcelona a un pequeño teatro griego similar al “Pulgarcito” del parque San Martín. El uso que se le daba, con gran asistencia de público era únicamente la representación de clásicos de la escena mundial. Ese maestro solicitaría un emprendimiento análogo. Convertir a ese espacio que pasa por largos períodos de inactividad y abandono, en un lugar único, emulando a Cataluña.

Hubo quien caló más hondo: “No a la minería contaminante, por más beneficios que publiciten trae consigo. Son todas mentiras. A la corta o a la larga esos emprendimientos terminan perjudicando a la población. Eso se registra en todos los lugares del mundo donde se asientan esas explotaciones. Necesitamos un gobernador que piense en los mendocinos y no en lo que dispone otro mandatario de una provincia cercana, San Juan” De hecho que calificó a Jaque como un “Chirolita” de Gioja.

“Hace falta una ley que impida la venta de grandes terrenos a extranjeros. En Malargüe, durante la intendencia de Jaque, y el gobierno de Iglesias, capitalistas malayos compraron 300.000 hectáreas y convirtieron al lugar, alambrado en su perímetro, en un estado foráneo dentro de nuestra patria. ¿Qué pasó con Jaque? ¿No se dio cuenta que hasta la laguna de la Niña Escondida, una bella leyenda precolombina, pasaba a manos de los malayos? ¿Por qué no alzó su voz y su influencia en defensa de nuestra Mendoza, cercenada por un puñado de dólares? ¿Qué pasó con el gobernador de aquel entonces que también se quedó en el molde? ¿O acaso era malayo y no nos dimos cuenta? Entonces hace falta una dura ley para que funcionarios olvidadizos, desentendidos – de alguna manera hay que calificarlos – no se conviertan en aliados de extranjeros. Dentro de esa base hay que arbitrar fondos públicos para adquirir esos terrenos y convertirlos en sitios protegidos”.

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La niñez en estado de abandono. Esos pibes famélicos que trabajan en los hornos de ladrillos, en el campo, explotados. Otros que piden comida y monedas en la Peatonal, administrados por una gorda que camina engullendo panchos y helados. Los jóvenes, sin un club de barrio, sin trabajo, alejados de la escuela por una política educacional expulsora, fue una pauta instalada por varios: “Les queda a los pibes solo el empatotarse, el alcohol, las drogas y la delincuencia. A las niñas, la prostitución y llenarse de hijos de hombres distintos; presente en rol de padre, ninguno. Para eso se pediría una ley específica que asista a las chicas y muchachos en peligro. Antes, alejar a los más pequeños de la desnutrición, flagelo vergonzante aun activo en Mendoza.

“Y lo más terrible – agregan – las fortunas enormes de algunos políticos y de inútiles sempiternos, sus alcahuetes, toalleros, portadores de vasenillas. Enriquecidos, pasean por el centro en coches último modelo y se cambian de casas normales a lujosas mansiones”.

Y vinculado con el tema anterior no faltó quien pediría o pedirá al nuevo gobernador, si tiene la chance de que lo escuche, una investigación. “Se trata de los capitales acumulados, por ellos y para ellos, durante el paso por el gobierno de algunos fastuosos políticos. Provenientes casi de la miseria, de barrios humildes, lejanos departamentos, ahora son unos potentados. Lo peor es que algunos de esos soberbios e impunes quieren retornar al Barrio Cívico ¿Para qué si ya son ricos? ¿Por qué no se van a dar vueltas al mundo, a disfrutar del dinero? No. Hay algo que no pueden comprar y es la satisfacción que da el poder. Son unos enfermos por el mando. Les gusta ver sus designios cumplidos. Son felices con secretarias rubias y una corte de adulones. Algunos hasta tuvieron, con sueldos emergentes del erario público, a una suerte de bufones. Mejor dicho, unos correveidiles. Hay momentos en que se creen hijos del dios Sol. Claro que si vuelven a la Casa de Gobierno, automáticamente sus ahorros mediante el manejo de la publicidad u otra triquiñuela, comenzarán a engrosarse de nuevo”.

Son muchos más los requerimientos de la gente. Hay quienes sostienen que es muy temprano para estas preocupaciones. Opinamos que nunca es inútil analizar ciertos temas. Es más. Resulta imprescindible mantenerse despierto, lúcido, ante actos de gobierno. Por ejemplo, Jaque gasta una dinerada en dar a conocer, por TV, en los diarios, que hace escuelas. Bate el parche con algo en lo que no se debería derrochar plata del pueblo como es la concreción de obras necesarias. Es función de gobierno materializar beneficios con el dinero de la gente. Eso no alberga mérito alguno. Para eso se le paga y bien a él y a su troupe. Se apoya en establecimientos educacionales construidos, en el proyecto de un dique. Simultáneamente, la salud pública estuvo cerca de tres meses en terapia intensiva, por su tozudez y la carencia de tino de los funcionarios que designó en el área. En especial, el triste papel de un médico conflictivo que lo primero que pidió no fue salirle al cruce a la falta de insumos en hospitales, poner al día los atrasados turnos de intervenciones quirúrgicas. No, solicitó que con dinero de la gente le compraran un caro coche último modelo para deslizarse como funcionario. La impresión de la gente ante ese requerimiento del ministro de salud es que, sin dudas, no sabe ni donde está parado.

Y el colmo del caradurismo, el sujeto que instaló la inseguridad en la provincia, el inefable Cazabán, destructor de la policía, un hombre que vino de lejos y aun no aprende, igual que el gobernador. Ambos ignoran cómo somos los mendocinos. Esa suerte de monje negro, de mini Rasputín, quiere ser gobernador. Dios nos libre y el diablo se haga el tonto. Otro “quemado” responsable de una pésima gestión, Iglesias, también ansía el retorno. Se olvida que fue un enemigo de los maestros, de los empleados públicos. Desprecia a los pobres y los cataloga como “seguidores de la cultura del no pago” Claro, a él le sobran los pesos. ¿Qué hemos hecho los mendocinos para que nos amenacen con tanta malaria? Ya están armadas las candidaturas. Algunas instaladas por medio de la prensa, como las dos infaustas referidas.

Y son muchos los que claman por el retorno de Cobos. Este político, que no forma parte de empresas poseedoras de playas de estacionamiento, hoteles, emprendimientos millonarios, es muy querido. Exhibe una honestidad sin máculas. Sus palabras trasuntan sinceridad. Pero ocurre que acaso por estar mal asesorado no se presenta como candidato a gobernador. Si lo hiciera, hay tiempo, los demás figurones pasarán automáticamente al llano, que es donde deben estar.

La seguridad se le fue de las manos a Jaque & Co, no obstante el plano de la delincuencia que presentó. El transporte público entra cada tanto en crisis y convierte al pasaje en peatones. Y un último aporte de la calle: “La droga está instalada en cuanto lugar uno fije la vista. Eso es muy grave. La permisividad ante el avance de la “blanca” convierte a sus sicarios en transgresores mayúsculos. Así es como algunos drogones arman organismos colegiados. Se dan trabajo, nada más que entre ellos, se benefician, se disculpan, se apañan. Hacen fiestas. No invitan a los “caretas” para que no sean testigos de reiterados “nariguetazos”. De ahí al camino que siguió Colombia y ahora México hay pocos pasos”.

Tremendista esta última opinión, acaso no sea para tanto.

¿Y usted qué opina de lo reseñado? ¿Y usted gobernador, se anima a contestar lo expuesto? ¿Lo veremos algún día poner algo más que platos arriba de la mesa?

La Quinta Pata, 27 – 02 – 11

La Quinta Pata

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