Agustín Sur
Cuando los prolegómenos de la festiva vendimia reciente la oferta mediática se colmó de bellos rostros femeninos que competirían por el reinado de una Fiesta de la Vendimia, que no es nada más que eso: una fiesta, o sea, buenos ratos para pasarla bien, los que puedan. Porque otros muchos, como los que pretendían asistir al mayor escenario mendocino para ver las repeticiones, no lo pudieron hacer por el desquicio emocional - e irreverente - de los llamados artistas. Decenas de miles de potenciales espectadores -menducos y foráneos - se quedaron con las ganas y el oficialismo quedó enojado.
Pero los tiempos son tan dinámicos que de las frustraciones y los enojos vendimiales, ahora en lo mediático acaparan los espacios los rostros de señores señorones que sonríen expresivamente como adulando a un auditorio todavía abstracto al que se le quiere atraer con mies aún no elaboradas. Son muchos y algunos conocidos, pero ninguno de ellos todavía alcanza el piné para considerarlo un candidato potable.
El establishment bien mezcladito
En los palcos oficiales, o no; en los innumerables brindis, en los agasajos de alto nivel, como el tradicional almuerzo de las fuerzas vivas, los que representan al llamado establishment menduco, sean del color, pelo o señal que fueren aprovechan para aparecer bien mezcladitos. Se abrazan y se sonríen, como por ejemplo, Jaque con Cobos, o este con el Mula Iglesias; el petiso Cornejo con Cazabán. Como dice nuestro amigo y colega Jorge Sosa en una jugosa columna habitual en el diario El Sol. Se refiere a la llamada Vendimia Solidaria que organiza el grupo Vila. Sosa, enojado con razón dice que "el motivo, muy plausible, juntar plata para ser distribuida entre los pobres, pero la forma, la puesta en escena, es infame. Es un juego de poderes, los poderosos dueños de medios invitan a los poderosos dueños de la política y se sacan fotos, juntos y abrazados, con cheques para los pobres. Poderosos que hasta hace unos días se peleaban públicamente...ahora en la Vendimia Solidaria, todos abrazados y contentos y "¿Cómo le va mi hermano?....¿Qué cuenta mi buen amigo?" Hablan de los pobres pero comen los mejores platos, chupan de los mejores champagnes, se muestran en cámara abrazados como si realmente sintieran dolor por la pobreza, ellos que tienen gran parte de la culpa de que los pobres existan o tienen gran parte de la culpa de no hacer las cosas como para que la pobreza disminuya". Otra parte jugosa es lo que señala el Jorge del grupo Vila, es que "no paga impuestos (de la estancia en el que se hizo la festichola solidaria) y que usufrutua para uso personal una cascada que es de todos".
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