domingo, 29 de mayo de 2011

Dios resultó un mentiroso para grupo evangélico en Estados Unidos

Alfredo Saavedra

Nuestro señor Jesucristo ya no pudo venir a la tierra el sábado 21 de mayo, para consumar el Día del Juicio Final, como lo habría anunciado a sus feligreses el pastor Harold Camping, director y fundador del grupo evangélico Family Radio Internacional, en Oakland, California. El vocero de esa agrupación cristiana, Tom Evans, al contestar a pregunta de periodistas “¿Qué sería de esa predicción si la fecha anunciada llegaba sin que pasara nada?” contestó sin vacilar, “Entonces Dios es un mentiroso”, según despacho de Prensa Asociada.

Ese sábado, según lo había declarado el pastor Camping, unos 200 millones de “cristianos” en todo el mundo, tendrían la salvación al ser llevados al “reino de los cielos” mientras que el resto de la humanidad principiaría a perecer por terremotos, plagas y otras calamidades hasta terminar el planeta en exterminio al ser consumido por el fuego en su totalidad.

Pero no se tome todo a broma porque a lo mejor esa amenaza ya principió con los Estados Unidos, donde la semana pasada, es decir pocos días después del 21, violentos tornados causaron destrucción y muerte en una vasta zona de ese territorio. Precisamente el doctor Nick Eyles, profesor de geología de la Universidad de Toronto, aunque aclaró que no da crédito a la predicción del grupo evangélico, dijo que los desastres naturales están en progreso y que entre otros factores eso es atribuible al rápido crecimiento de las poblaciones. Eso está en contraste con la teoría de que fenómenos como el de los tornados se deben al excesivo calentamiento del planeta.

Pero el fracasado profeta señor Campins, después del sábado 21 desapareció de su casa y, según las noticias, se fue a refugiar a un motel con su esposa, de donde emergió el lunes 23 para declarar a través de su radiodifusora, “que hubo un error matemático en la predicción” y que el Apocalipsis había sido aplazado para el 21 de octubre próximo, es decir para dentro de cinco meses.
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El problema es que con su predicción, el evangelista Camping provocó que infinidad de sus seguidores abandonaran sus empleos, otros decidieron liquidar sus posesiones y otros retirar su dinero de los bancos, sin explicar para qué querían el dinero si el supuesto es que a donde serían llevados por Jesucristo no se necesita. Porque es cierto que corre bastante el dinero entre la feligresía del señor Campins, ya que lo hubo en abundancia para la extensa publicidad que le dio a su predicción con la fijación de grandes rótulos en las carreteras y la gran cantidad de vehículos que circularon con pintas anunciando el Día del Juicio Final.

Dice una información que en el año 2009 Family Radio Internacional recaudó 18 millones de dólares en donaciones, que se han sumado a un fondo actual de $104 millones que incluyen $34 millones en inversiones en la bolsa, que supone un beneficio agregado en utilidades obtenidas por réditos.

El suceso, que ocupó la atención de los medios durante varios días, pudo estar en el marco de las distracciones que señalan los críticos, para ocultar acontecimientos de otra trascendencia, pero como sea, no es la primera vez que el pastor Camping hace predicciones de esa naturaleza. Ya en 1994 hizo pronóstico similar al de ahora, con resultados iguales, es decir sin que ocurriera el final del mundo como fue preconizado esta vez.

La buena noticia es que no se prevé el fin del mundo a corto plazo, como lo enuncia en su libro, Futuro Profundo, los Siguientes 100,000 Años de Vida en la Tierra, el escritor Curt Stager. El autor, un paleo-climatologista, apunta que ya el planeta ha experimentado períodos de calentamiento y de hieloficación, un fenómeno que puede estar inscrito dentro de un proceso de cambio y recambio.

Finalmente, el columnista Paul Sullivan, recomienda a la gente que no cometa disparates con esas predicciones, como ir a confesarse con el cura cercano, o incurrir en excesos ante el temor de vivir un último día, entregándose a hacer el amor en forma extenuante lo cual no sería malo si no fuera por la fatiga consiguiente, o lo que es peor, entregarse a una borrachera incontrolable, porque lo más seguro es que no se terminará el mundo y lo que sí se conseguirá será amanecer con una resaca catastrófica.

La Quinta Pata, 29 – 05 – 11

La Quinta Pata

1 comentario :

Anónimo dijo...

que estupidez mayuscula

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