domingo, 29 de mayo de 2011

La burla, la mueca y la alegría

Viviana Demaría y José Figueroa

El humor es un elemento propio de la condición humana. Podríamos decir que “el hombre es el único animal capaz de humor”. Claro que dentro de esta categoría oceánica sería pertinente delinear algunas singularidades.

La burla es la palabra del cínico
Freud señalaba que en el humor hay un triunfo del Yo por sobre las exigencias y sufrimientos de la realidad. De allí su condición rebelde y su potencia vivificante ya que implica un triunfo del principio de placer sobre el infortunio común. Mientras que en el chiste, hay un abrochamiento de sentido. El remate implica una clausura, nada más hay para decir. De hecho se liga lo que es sabido pero no dicho, con un plus poético de sentido que cada uno entiende como puede. Ahora bien, la singularidad de lo cómico está asociada con el tropiezo, y sabemos que con las palabras también se puede tropezar. Un tropezón discursivo indica una caída vergonzante ya que nos anoticia de una irrupción de lo inconsciente que – más allá que su descubrimiento provoque a risa – refiere muchas veces a algo más cercano a lo dramático que a lo gracioso. El lapsus es el ejemplo más habitual para referirse a lo cómico. Y en ese sentido, cuanto más encumbrada y eminente sea la figura que tropieza, más estruendosa será la caída.

De este modo, la burla puede ser leída como un tropiezo discursivo. Sin abrochar sentido – como en el chiste – y sin mostrar grandeza de espíritu – como en el humor – la burla es la antesala del escarnio. Entre ambas hay una escueta distancia económica. Y sobre todo – hacia el interior del burlador – distingue un espacio mínimo entre la elección del objeto de la burla y la estatura ética de quien la enuncia.

Por ello, cuando Beatriz Sarlo señala bajo el formato de la burla:

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Se torna evidente que la académica no se priva de nada a la hora de poner de manifiesto de qué modo se regodea su subjetividad ni junto a quiénes lo hace. Entonces es imprescindible repreguntar ¿quiénes son, “la preferimos”? ¿Quiénes se arrogan la capacidad de calificarla como pedante, sarcástica o ridícula?

La persona cuyo nombre los medios de comunicación han coreado futbolísticamente ad nauseam, es la misma que ha escrito:

Lejos de los análisis de alto vuelo académico que tanto propios como ajenos le han adjudicado la capacidad para realizar, la profesora de literatura más bien se esmera en dejar sentado que ella necesita excluirse del género femenino – al posicionar a “las mujeres” por fuera de su construcción discursiva – en su persistente tarea de agraviar a CFK.

Así, aquella mujer en otro tiempo reconocida como intelectual, encumbrada como académica, faro inteligente de las luces argentinas, ha puesto sus falsos laureles (visto está) al servicio de la burla y el escarnio. Es penoso verla tropezar escandalosamente y desbarrancarse desde la cátedra hacia la farándula, al mismo tiempo que escucharla abjurar de los valores de resistencia que en otros tiempos declamaba sostener. En definitiva, el hecho de dejar al desnudo y a la vista de sus advenedizos acólitos el material del cual en verdad está hecha, prestándose sin pudor al denigrante espectáculo barrabrava que se fomenta a su alrededor, merece que les preguntemos a todos ellos, sin clemencia alguna…

¿Y ustedes, de qué se ríen?

La mueca
Uno podría añadir cada globo multicolor, cada serpentina, cada remerita con inscripciones, cada pancarta correctamente impresa. Uno podría sumar el sonido alto y la música amena, las luces, la pasarela. Uno podría agregar el clima de estudiantina aportado por los chicos y chicas PRO y la presencia incongruente de los bombos.

Uno podría complementar los enormes carteles en fondo amarillo y guardas de arlequín. Uno también podría –ya que estamos- unir a todo aquello el bailoteo de quienes son los anfitriones y distinguir al personaje principal…el que lleva la batuta. Sin embargo, ninguno de tales elementos del cotillón descripto conforman una fiesta.

Mauricio bailó. Al rabino Bergman no lo abuchearon cuando dio uno de sus habituales discursos, (porque en el PRO esas demostraciones son grasita). Michetti estaba “presente”, pero ningún periodista logró dar con ella. La candidata a vicejefa, resaltó las dificultades que en su vida privada le produjo la gestión. Con escasos recursos de oratoria aclaró que “Soy una esposa que formó una familia con el novio de la Universidad”.

Una metáfora de Yuri Lotman nos ayudará a entender de qué estamos hablando: “si pegásemos distintos bifes jamás obtendremos una vaca, pero cortando una vaca podemos obtener bifes”. (Perdón por el ejemplo). Lo que quiere decir el semiólogo es una verdad de perogrullo en la ciencia: el todo no es igual a la suma de las partes.

Hace unos días Mauricio era candidato a presidente de la nación. Hoy es apenas candidato a intendente de la Ciudad de Buenos Aires. El PRO, su organización política, devino en un triste partido vecinal.

Todo el bullicio, el cotillón electoral, el desatino de Larreta, el pogo de los candidatos, todo el alboroto y la jarana ¿fue acaso nada más que un montaje escénico, una patética mueca para esconder la previa de un funeral?

Dado que el PRO parece mantener el piso histórico del 35% que sacó Gabriela Michetti (hoy, volatilizada) en los comicios legislativos de 2009, las encuestas dicen que se encuentra muy lejos del 45% con que entró al ballottage en la elección pasada. Sólo tiene seis semanas para convencer a un 20% de indecisos: medio millón de electores…en otras palabras, Mauricio está con un pié afuera.

Los números no dan para que Rodríguez Larreta lanzara su fanfarronada “Les vamos a romper el culo a los kirchneristas” . Obvio, se disculpó.


Los chistes de sa sa Sarlo


Lo que me molesta de los ignorantes
no es en sí su ignorancia,
sino que sepan tantas cosas
que no son ciertas.

Josh Billings



Dijo Beatriz Sarlo en el Diario La Nación (19/04/2010)

6 millones de ciudadanos participaron de los festejos del Bicentenario de la Revolución Argentina. Esto lo reflejaron diversos medios internacionales. Hasta la Organización de Naciones Unidas expresó su “júbilo”. Se realizaron más de 1200 actividades, cumbres, congresos, foros y ferias alrededor del mundo donde Argentina intensificó su presencia. Se inauguraron 200 espacios de encuentro y formación en diferentes puntos del país, dado que fue federal. Se inauguró “El Paseo del Bicentenario”, donde estuvieron representadas todas las provincias argentinas, y los países latinoamericanos que celebraban sus bicentenarios, como México, Chile, Colombia y Venezuela. Estuvieron presentes 8 presidentes latinoamericanos y el depuesto presidente de Honduras.

Desde el 28 de octubre de 2009 existe un seguro social denominado Asignación Universal por Hijo. Que gracias a dicha transferencia progresiva, el impacto en la pobreza ha sido absolutamente significativo.

Según estudios del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales del Conicet, la pobreza total del país se redujo del 26 % al 22,6% en 2010, sacando de la pobreza entre 1,4 y 1,8 millones de personas, de las cuales entre 700.000 y 1,1 millones son chicos. Siguiendo la misma tendencia la indigencia disminuyó de 7,5% a 3,4 %. Además la brecha entre ricos y pobres, que luego de la crisis económica de 2002 se situaba en 39,4 veces, cayó del 24,8 en 2009 a 14 veces en 2010, llegando al nivel mas bajo desde 1986 y posicionando a Argentina nuevamente como el país más igualitario de Latinoamérica. El mismo diagnóstico lo confirma la CEPAL, la OEA y Naciones Unidas. A ello, hay que agregar un dato no menor: el desempleo cayó a los niveles de hace un cuarto de siglo y se crearon 5 millones de puestos de trabajo.

La matrícula escolar aumentó en un 27% a nivel nacional, gracias al impacto de la Asignación Universal por Hijo. El actual gobierno, pudo adoptar la AUH porque antes había recuperado el sistema previsional.

Che, en serio…¿Ustedes de qué se ríen?

La alegría (es sólo nuestra)
De tres posibles lugares, a grandes rasgos, proviene la fuente de nuestro sufrimiento: de la fragilidad de nuestro cuerpo, de la inclemencia de la naturaleza y de las relaciones con los demás. Para cada una de ellas buscamos los modos de proveernos bienestar y, en definitiva, alcanzar un estado de felicidad. En este sentido podemos mantener a nuestro cuerpo a resguardo sus reclamos. Brindándole cuidados logramos la armonía en lo biológico. Advertimos lo importante que es cuando estamos enfermos y perdemos la autonomía de nuestras funciones.

Respecto de la naturaleza sabemos que podemos contar con ella para obtener el alimento y la energía para el desarrollo de nuestras comunidades. También sabemos que no podemos infringir su equilibrio. Cuando desplegamos nuestra vida en sincronía con ella sentimos un ensamble con nuestra tierra que hace a la felicidad que anhelamos. Valoramos su importancia cuando nada podemos hacer frente al desasosiego al que nos arrastran los desastres naturales.

Por último, en la relación con los demás, no sólo buscamos el reconocimiento del otro en un vínculo amoroso. Cuando el sentimiento de fraternidad se inscribe en la vida de las sociedades, cuando el semejante ya no es vivido como una amenaza sino como un par humano, cuando mirarse a los ojos invita a reconocerse parte constitutiva de un colectivo, nos encontramos ensamblando los tres escenarios de la felicidad.

Porque estos tres registros están siendo reconstruidos en nuestro país es que Guillermo Novellis – líder de La Mosca – pudo decir “Esta canción la vamos a dedicar al mejor país del mundo: este, el nuestro, por una razón única y excluyente, porque es el nuestro, porque aquí nos queremos quedar a vivir, a tener hijos, a ser felices…”

Esta es la posibilidad de alegría que supimos conseguir. Alegría que no es manía, ni es mueca, ni necesita del escarnio hacia el otro para producir sus efectos. Alegría que es soporte de la felicidad hacia la que tendemos en nuestra cotidianeidad. Sensación/emoción que nos liga, nos incluye y nos permite reconocernos como interlocutores válidos los unos con los otros. Productores y promotores de un diálogo que nos reconoce singulares y nos prodiga un trato igualitario.

Por esto es que nos reconocemos los destinatarios de la frase de la presidenta.

Por esto decimos, que la alegría es nuestra


La Quinta Pata

La Quinta Pata

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