domingo, 22 de mayo de 2011

La lujuria llevó a la ruina en minutos a potencial presidente de Francia

Alfredo Saavedra

El director del poderoso Fondo Monetario Internacional, el admirado en Europa economista Dominique Strauss-Kahn, cayó en total desgracia, en menos de lo que canta un gallo, con el asalto sexual a una mucama del exclusivo hotel Sofitel de Times Square, al no detener su desenfrenada lujuria cuando se disponía a abandonar Nueva York la semana pasada.

Strauss-Kahn, además de principal ejecutivo de la mencionada institución financiera, se vislumbraba como probable presidente de Francia para el año entrante, al darse por seguro su triunfo postulado por el partido socialista. De no probarse que es víctima de una conspiración, el alto funcionario del FMI puede enfrentar un juicio que lo llevará a la quiebra económica personal y además la amenaza de una condena de cárcel hasta por 25 años.

El señor Strauss-Kahn, un hombre de 62 años, había tomado una ducha a eso del mediodía el miércoles pasado, como huésped de una suite de $3,000 por noche en el penthouse del mencionado hotel, cuando una camarera que, creyó que esa unidad ya estaba disponible de arreglo, se dedicó al aliño de la cama, instante en que al salir desnudo del baño el huésped no pudo contener una instantánea urgencia sexual y, tras correr por un rato a la mujer, la sometió a que le practicara una felatio, según testimonio.

Tras de eso, el director del FMI se fue a almorzar con colegas de las finanzas y a eso de las 3 de la tarde, cuando su avión se disponía a tomar vuelo, agentes del FBI lo arrestaron en su butaca de primera clase y lo trasladaron a una comisaría en la ciudad, de donde luego de una indagación preliminar, fue llevado a una cárcel, donde en lugar de la lujosa suite de $3 mil dólares, tuvo para dormir una celda de dos metros cuadrados.

Luego de una profesional defensa a cargo de prestigiosos abogados de Nueva York, el señor Strauss-Kahn logró su libertad bajo una fianza de un millón de dólares y el pago de otros cinco millones para garantizar su libertad condicional mientras prosigue un juicio que puede prolongarse por mucho tiempo, según las informaciones de prensa. Sus amigos insisten en que ha sido objeto de una trampa por la policía y su familia dice poner las manos al fuego por su inocencia.
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Sin embargo alguna prensa en Francia se apresuró a decir que el incidente que había sorprendido a Strauss-Kahn rattrapé à la culotte (con los pantalones abajo), no era el primero y enumeraron otras sus correrías tras las faldas, que le han ganado el mote del Gran Seductor. Como sea, la primera baja en su existencia ha sido la pérdida de su puesto en el FMI, sobre cuya ambicionada posición ya hay una gran cantidad de candidatos. Colateral con esa pérdida está la eventualidad de cárcel prolongada, aunque se cree podría haber un movimiento en su favor en círculos políticos y de sus allegados, para impedir esa contingencia.

Pero también la prensa ha hecho apología de la personalidad de Strauss-Kahn, recordando que ha sido un respetable y enérgico reformador financiero, entre cuyas ejecutorias está la de haber conducido por buen camino a Europa dentro del proceso de recuperación financiera, campeonizando en los estímulos para la disminución de intereses en un esfuerzo por evitar la depresión económica.

Se le atribuye además al ahora en desgracia ex director del FMI, haber recaudado billones de dólares para el rescate de las fuertemente endeudadas economías de Grecia, Irlanda, Hungría, Islandia y Portugal. Logró persuadir además a Alemania para dar mejor trato financiero a sus vecinos y enalteció la imagen del FMI dentro de los propósitos de mejorar sus funciones con la finalidad de optimizar el sistema económico global, según los reportes de prensa.

Fue una lástima, que con toda su capacidad intelectual y financiera, al tacaño señor Strauss-Kahn no se le ocurriera, para calmar sus urgencias sexuales, abrir su billetera y pedir por teléfono que le enviaran una prostituta, que por la módica cantidad de mil dólares, una agencia de postín en Nueva York le hubiera puesto en la puerta, o de una vez en la cama, una bella meretriz, con la estampa de esas voluptuosas actrices de cine y no que se le hiciera añicos la existencia, por abusar de la mucama, una pobre negra polinesia.

La Quinta Pata, 22 – 05 – 11

La Quinta Pata

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