Ramón Ábalo
"Quedó el desparramo" como dicen los muchachos del tablón cuando el adversario pierde por goleada. Es que el 50 por ciento de los argentinachos que votaron el domingo 14 dieron la sorpresa para unos y para otros, pero del otro lado quedaron heridos, magullados, llorosos y con mucha bronca. El estropicio cristinista los deja orsay, fuera de juego, para el octubre que se aproxima y en su pesadumbre encolerizada lo vislumbran como una reedición, en estas tierras de huarpes y pehuenches, onas y diaguitas, de aquel octubre rojo soviético. De todos los males provocados por el estropicio en sus melladas subjetividades, los acosan los espejismos y en las pampas y llanuras avizoran huellas del zurdaje criollo. Menos subjetivo, el pope de la soja Hugo Biolcati, admitió haber mentido para convertir en épica "del campo" lo que fue una arremetida desestabilizante de la derecha neoliberal, nostálgica de tiempos pretéritos, En la nueva versión de la oligarquía pampeana, esta vez sojera, Biolcati emergió como un patrón de estancia, de aquellos que fundaron una Argentina patricia, pero con olor a bosta, que lo era aquella oligarquía del centenario primero. De patrón de estancia quiso convertirse en patrón de la Argentina… Recordemos nomás, como ejemplo, uno de los tantos exabruptos anti K de hace dos años, en plena euforia, cuando era entrevistado por Mariano Grondona. El diálogo desemboca, en pocas palabras y tics verbales en que al kirchnerismo le queda poco; "¿dos o tres años?", le pregunta Grondona."No sé qué va a pasar después del 28 de junio", fecha ya agendada para empujar al gobierno a su desaparición. Cotejemos esta figura represiva con la del terrorismo de estado de la dictadura y tendremos en claro cuáles eran - y siguen siendo - los objetivos de aquellas jornadas "del campo", Apenas unas líneas para el progresismo al estilo de la Lilita (¿es así?), el Pino, Libres del Sur, Stolbizer, ubicados en los últimos lugares de la tabla. Y menos que menos, el cobismo. Ya veremos.
El buen humor que no se pierde
El buen humor de los argentinos, nunca perdido en estos últimos ocho años, se potenció a dimensiones festivas, pero sí renació en la Mendoza jaquista-peronista-cristinista K, maltratada por un oficialismo de medianía política, con torpezas y medias tintas en el discurso sobre temas críticos como lo de la minería, el agua, la vivienda, planeando por encima de la seguridad y la inflación. Falta de muñeca política que opaca una gestión administrativa con obras y decisiones positivas que el electorado de aquel domingo parece haber percibido, más el arrastre presidencial, los guarismos sí están a tono de los nacionales. Y claro, la oposición radical, con el peso muerto del alfonsinismo, ni a place, puesto que ocupó el Alberto puntano. La dupla Pérez-Ciurca y el resto en un limbo de satisfacción y ya se regodean de lo que les parecía el paraíso perdido. Aunque no se tientan con descorchar, por ahora, las botellas de champagne.
La Quinta Pata, 21 – 08 – 11
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