Penélope Moro
Desde el viernes último la memoria de Paco Urondo, poeta y militante peronista asesinado durante la dictadura, es reivindicada a través de un mural ubicado en Hilario Cuadros y Acceso Este de Guaymallén. En esta nota el maestro Marcelo Carpita, artista encargado de la pintura, plasma en palabras el compromiso que volcó sobre la obra.
“Este tipo de intervenciones tiene por objetivo rescatar la memoria de pensadores y artistas del campo popular como parte de nuestra historia. En este caso a Paco Urondo desde la poesía, pero también desde su carácter de militante”, explicó el docente y artista visual Marcelo Carpita a NU Digital, mientras daba los trazos finales al mural que recordará de aquí en más al poeta, escritor, periodista y militante político que fuera asesinado por la dictadura genocida en nuestra provincia.
Carpita, oriundo de Buenos Aires y especializado en muralismo y arte público, fue convocado por la municipalidad de Guaymallén, el ministerio de desarrollo social de la nación, y la Casa por la memoria y la cultura popular, para dar vida a través de su arte al puente ubicado sobre la calle Hilario Cuadros que cruza el Acceso Este, en ese departamento.
El fuerte compromiso depositado por el muralista en la obra se confirma al solo contemplar la pintura. Sobre el muro Carpita ha recreado con impactante profundidad artística el momento en que Paco y su pareja, Alicia Raboy, son capturados por las garras dictatoriales. Sin embargo, como si las imágenes no bastaran, el maestro quiso reflejar en palabras aquella entrega sobre el mural: “mi intención es que la obra muestre lo que nos dejó la dictadura en general, y sobre Paco en especial. Que se sepa que mataron a un poeta, a un militante”.
Guaymallén, encuentro con la Memoria
No es el primer homenaje que se rinde al revolucionario poeta en Guaymallén pues en esas tierras es donde Urondo fue asesinado y Raboy desaparecida, tras haber sido apresados por una patota militar – policial mientras se dirigían a una cita con un contacto de la organización Montoneros el 17 de junio de 1976. El hecho ocurrió en la esquina de Tucumán y Remedios de Escalada de Dorrego, donde hoy yace una placa recordatoria.
Leer todo el artículoCabe mencionar, que aquel oscuro día, Paco y Alicia iban acompañados por Ángela, la pequeña hija de ambos, y por “La Turca” Ahualli. Ésta última era una compañera militante que alcanzó a escapar a la persecución de los represores. Mientras que la niña, que tenía poco menos de un año, pudo posteriormente ser recuperada por sus abuelos gracias a los testimonios prestados por lo vecinos de la zona.
También en junio pero de este año, se realizó en aquella esquina en que por última vez se los vio juntos y con vida, la reconstrucción de los hechos. Fue en el marco del juicio por delitos de lesa humanidad que actualmente se desarrolla en la provincia, y en el que una de las causas la constituye precisamente el homicidio del escritor y la desaparición de su esposa.
De todo este recorrido se desprende el fuerte significado que porta Guaymallén en la reivindicación de la memoria del poeta y de su familia. “Siento que este es el sitio adecuado para homenajear a Paco. Sirve para que la gente se entere cuál es la verdadera historia de sus lugares dentro de lo bueno y de lo malo”, expresó al respecto el muralista.
A su vez, desde el municipio valoraron el mural realizado por Carpita al considerar que “constituye una nueva etapa en la construcción de la memoria reciente sobre los delitos de genocidio en la provincia”.
Referentes de la coordinación de derechos humanos y de la dirección de desarrollo social de la municipalidad de Guaymallén, expresaron a NU Digital que sus áreas apoyan este tipo de obras porque las consideran "fundamentales ya que constituyen expresiones de arte público que redisparan, consolidan y profundizan la reinterpretación histórica”.
Confiaron que en ese sentido se orientará el mural que desde estos días y para siempre recordará a los militantes Urondo y Raboy, bajo el puente de Hilario Cuadros y Acceso Este.
Paco y Alicia
El artista explicó a este medio que el concepto que trabajó en el mural tiene un doble carácter. Es que no solo se basó en la figura del poeta y militante, sino que también se concentró en reivindicar la imagen de Alicia.
“He hablado con Ángela, quien me manifestó que muy pocas veces se retrata a su madre y que de hecho sus padres casi no tienen registros fotográficos juntos”.
El sentir de la joven llevó a que Carpita trabaje en la obra con una doble propuesta: Paco y Alicia. De esta manera, el artista entiende que el mural también saldará “otras cuentas del destino”.
Sobre la técnica utilizada, el muralista detalló que junto al equipo de artistas visuales que colaboraron con él - Olfer Leonardo y Catriel Torres - trabajó a priori varios diseños.
Finalmente, los muralistas decidieron realizarlo en lo que llaman “dos situaciones”: una suerte de collage en la que se pasó imágenes de Paco y Alicia a papel, y de allí al muro. En base a esos retratos se fue elaborando la obra.
NU Digital, 04 – 09 – 11
La Quinta Pata
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