Sergio Peralta
*La fotografía ayuda a las personas a ver.
Berenice Abbott
El ejercicio de mirar el mundo a través del lente de una cámara desde hace 30 años me ha permitido entrenar el ojo para percibir cosas que habitualmente no se ven. Por supuesto que el tiempo transcurrido sin sensibilidad es igual a una ecuación sin solución, solo sirve para masturbarse mentalmente.
Digo todo esto porque desde hace mucho me llamó la atención la forma de los labios de los militares, o mejor dicho la forma que adquieren ante un determinado movimiento muscular. Lo percibí en los setenta cuando hice el servicio militar, plena dictadura. Los uniformados nos trataban como a escorias humanas; un tiempo después pudimos saber, toda la sociedad, lo que fueron capaces de hacer. Pero volviendo a los labios yo notaba que formaban un arco hacia abajo y que rara vez se le veían los dientes en una sonrisa. Los apretaban y estos se deformaban en una triste figura. Cuando leí la nota que Beatriz Sarlo publicó en la edición del día lunes del diario La Nación, instintivamente volví al encabezado para ver su foto; era la misma forma de los labios. Digo que volví al encabezado por la duda que se instaló en mí. Se escuchó muchas veces que sería bueno tener opiniones diferentes, inteligentes, de intelectuales que honraran justamente a la inteligencia, para confrontar con las de los intelectuales que apoyan a la gestión de un gobierno nacional y popular. Pero lo escrito por Sarlo cae en lo miserable, intelectualmente miserable. Haciendo ejercicio de algo que ella critica y que usa con una frecuencia pasmosa, hago un recorte de su recorte. Sarlo dice “La Presidenta Viuda fue la protagonista y la directora de la obra, una creación suya y de un grupo muy chico de publicitarios e ideólogos, que la dejó hacer y perfeccionó lo perfeccionable. En lo esencial, una autoinvención.Después del entierro de Néstor, Cristina Kirchner dispuso casi de inmediato todos los elementos de la puesta en escena y vestuario: su luto, su palidez (atenuada con el transcurso de los meses), su figura erguida, su voz potente, que podía quebrarse por la emoción que ella misma se provocaba al mencionar al marido ausente. La Presidenta hizo una actuación de alta escuela, mezcla de vigor y emoción; se colocó a sí misma al borde del llanto y se rescató por un ejercicio público de la voluntad. Es la gran actriz de carácter sobre un escenario diseñado meticulosamente por ella misma”. La nota es mucho más extensa pero solo quiero recortar esto porque evidencia que aún con inteligencia, con grandes dotes de escritora, con argumentaciones se puede construir un relato miserable. Se puede desconocer una historia de años de militancia y de amor, profundo amor y leer sesgadamente como los labios una situación determinada. Pero no solo que hay “ver” fotos de esta escritora, busquen imágenes de Tomas Abraham, de Lanata, Carrió y siguen las fotos para ver una interminable galería de labios apretados formando un arco tensado hacia abajo. ¿Macri? por las dudas aclaro que hablaba de intelectuales.
Los Barriales*
La Quinta Pata, 30 – 10 – 11
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