Un aprendizaje con otro aroma
Como parte de un programa de extensión de la Universidad Nacional de Cuyo, alumnos de Ciencias Agrarias, Comunicación y Diseño ayudan a fortalecer la organización de 43 familias productoras de plantas aromáticas y condimentos.
En Chilecito, Tres Esquinas y Pareditas, departamento de San Carlos, Mendoza, se elabora la mayor cantidad de orégano del país. La Universidad Nacional de Cuyo interviene allí: su departamento de extensión lleva adelante un proyecto para mejorar la producción de cooperativas familiares, con el fin de “contribuir al crecimiento de un polo productivo autogestionado”. Los actores involucrados son 43 familias de Chilecito y Tres Esquinas, integrantes de las cooperativas Agricultores del Valle y Aromáticas Sancarlinas, que recibieron, para su desarrollo, financiamiento del ministerio de agricultura nacional.
La entrada de la universidad en las cooperativas tiene dos vertientes. Por un lado, fortalecer su organización y comunicación interna, así como el posicionamiento de sus productos en el mercado. Aquí actúan estudiantes de Comunicación Social y de Diseño. La otra pata contribuye directamente en la producción: estudiantes de ciencias agrarias ayudan en el desarrollo de un vivero propio, que permite a los pequeños productores contar con la posibilidad de acopio y clasificación de sus plantas que, entre otras cosas, les imprime mayor valor agregado. La propuesta alcanzó también a un instituto terciario de la región y a la Secretaría de Extensión del INTA local.
“Nuestra cooperativa estaba medio caída, medio parada. La universidad nos dio un espaldarazo que nos hizo animar – relata Juan Montoya, presidente de la cooperativa Agricultores del Valle, que cuenta con doce años de vigencia. Por un lado nos ayudan a organizarnos mejor y nos están armando una marca, que nunca tuvimos. La otra parte es la del vivero, donde tenemos distintas clases de orégano, manzanilla, estragón, menta”. Claudio Chávez, presidente de la otra cooperativa, Aromáticas Sancarlinas, creada en 2009, destacó: “La ayuda que hemos tenido es prácticamente de la nación. Si lo hacíamos por medio del municipio, había que pasarlo a provincia, iba a ser más difícil. Con los técnicos de la subsecretaría (de agricultura familiar de la nación en Mendoza) pudimos unir a la gente y armar la cooperativa. Después vino el trabajo con la gente de la universidad, que ya son como uno más de nosotros”.
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