Évelin Torre
Hace 30 años atrás, el 2 de abril de 1982, se producía el desembarco argentino en las Islas Malvinas y tan sólo dos meses después tendría lugar su rendimiento, luego de haber obligado a 649 de nuestros soldados, muchos de ellos casi niños, a enfrentar la muerte en manos de mercenarios altamente especializados en el arte de matar.
Habían padecido hambre, frío y estaban mal entrenados. Sobretodo los jóvenes conscriptos, que sumaron 256 muertos, fueron utilizados lisa y llanamente como carne de cañón.
Fue otro de los “logros” de la dictadura, que no hizo más que entorpecer las negociaciones por las islas.
Militares que eran muy valientes para realizar operativos en los que secuestraban de sus casas a hombres, mujeres y niños, para someterlos a las peores torturas, no tuvieron el coraje de pisar el campo de batalla.
Fue una guerra absurda, inútil, provocada por los dictadores que vieron en ella una posibilidad de legitimar retroactivamente el genocidio que habían desatado, apelando al sentimiento nacional, pues sus atrocidades ya comenzaban a salir a la luz, tras la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pero fundamentalmente, gracias a la lucha y la resistencia de los compañeros.
Lo que no tuvieron en cuenta fue que el gobierno de Gran Bretaña reaccionaría efusivamente, pues también trataba de legitimar sus atrocidades: la instauración de medidas neoliberales en su país, el mismo neoliberalismo que los militares se propusieron instaurar en nuestro país, que se profundizaría en la década del 90 y que estallaría en la crisis del 2001. Toda una paradoja.
Leer todo el artículoY no es casual que hoy, 30 años después, Gran Bretaña apele nuevamente al tema Malvinas como forma de desviar la atención de los ciudadanos, que nuevamente están siendo victimizados por el capitalismo salvaje.
Según la oficina nacional de estadísticas de ese país, hoy sufre un incremento de la cifra de desempleo de 2.67 millones de personas paradas, un 8.4 % de la población activa, con un paro juvenil del 22.2 %. Las peores estadísticas desde 1995.
La economía británica se contrajo un 0.2 % en el último trimestre de 2011 y, si volviera a retroceder en 2012, entraría técnicamente en recesión.
No obstante, Malvinas no sólo ha servido a Inglaterra para desviar la atención de sus ciudadanos en tiempos de crisis, sino que también tienen intereses muy concretos, pues las islas se han convertido en la principal base militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el Atlántico Sur. Un dato revelador, consignado en el diario
El Malvinense , del 23-1-2009, es que el siete por ciento del presupuesto de la Otan está destinado a Malvinas.
La base controla las vías de comunicación interoceánica en el extremo austral, se proyecta con fines bélicos sobre la Antártida y, por sobre todo, jugará su rol en el desarrollo político interno de Brasil y Argentina. Fuera de esto, en Malvinas hay petróleo. Y mucho. A inicios de diciembre pasado, el diario inglés
The Sun informó que las islas guardan, al menos, 60 mil millones de barriles.
Esto evidencia que debemos actuar enérgicamente para lograr la descolonización de Malvinas, en defensa de nuestros recursos naturales y de nuestra soberanía, para hacer del Atlántico Sur una zona de paz y cooperación.
No se trata de una ofensiva militar, como la que nos costó la vida de cientos de hombres, sino de una ofensiva político-diplomática para mantener el tema en el debate público, presentándolo en todos los foros internacionales y especialmente en las reuniones de Unasur y otras expresiones de unidad e integración latinoamericana y caribeña que avanzan en la condena y el aislamiento del imperio.
Como bien dijo el ex presidente de Bolivia, Hernán Siles Suazo, en el triste 1982: “Hay que malvinizar a Latinoamérica”, porque si logramos la descolonización de Malvinas, también lograremos la descolonización de Guantánamo, Puerto Rico, la Guayana Francesa y tantas islas que aún siguen atadas al yugo colonial estadounidense o europeo, en esta América que intenta romper con la dependencia y el sojuzgamiento.
La Quinta Pata, 01 – 04 – 12
La Quinta Pata
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