domingo, 1 de julio de 2012

El tiempo disoluto de los/las docentes

Ramón Ábalo

Por haber sido esposo de una maestra de primaria y padre actualmente de una hija y un hijo docentes, además de nietas-nietos en la misma actividad, me las vi en figurillas para justificar mi adhesión a ciertas políticas oficiales, como la de derechos humanos, cuando aquel día nefasto - digo nefasto - a la presidenta se le "escapó" aquello de que las maestras-maestros son unos vagos. No lo dijo textualmente, pero lo insinuó con palabras que se le acercan.

- Mirá mi'ja, la Cristina está muy cercada por despelotes furiosos, entre ellos la de los laburantes, que piden lo que no se les puede dar…

- Mirá viejo, me contestó, no sé si es así, pero a nosotros nos dio con un ladrillo, y estoy segura que no lo merecemos… como verás, también la Cristina corta por lo más delgado... por qué no se las agarra con la mafia que tiene gran parte de la guita que nos pertenece a los que trabajamos-... Por mi parte, no encontraba ni palabras ni conceptos para disculpar a la Cristina. Y ella prosiguió: - acordate que el Gabrielli aquel, que fue gobernador peroncho, dijo lo mismo, o algo parecido, de nosotros, pero después fue uno de los que fundieron los bancos de Mendoza y el de Previsión Social...e l saldo fue más de mil millones de pesos-dólares, que todavía los estamos pagando todos los mendocinos...

Y claro, entre frases que iban y otras que volvían, la discusión transitaba por los meandros de lo que hace el gobierno, su "capitalismo serio", como lo dijo el Néstor, y otras yerbas por el estilo, que devenían de la Mariana, que además piensa como militante política que es: una conciencia que deviene de un hogar, el nuestro, en el que siempre se habló y discutió sobre la realidad que nos circundaba y nos circunda.

Pasó el tiempo y las aguas se aquietaron. Este sábado tomábamos unos mates mañaneros y hablábamos pausadamente de temas de esta realidad, cuando sonó el timbre de su celular:
- Rosita, menos mal que me llamás... tengo que ir a comprar las ollas, y lo voy a hacer enseguida... pero necesito que me digás de qué tamaño son necesarias... ha… sí… sí... entiendo... bueno, después te veo..." Inmediatamente, ni lerda ni perezosa, me miró y me dice: "...¿viste viejo? tengo que ir al supermercado de allá, de Godoy Cruz (estábamos en Pedro Molina de Guaymallén), porque es más barato, porque son para hacer la comida de los niños... y de ahí me voy a la casa de la Rosita, porque tenemos que hacer un balance de lo que hicimos el 25 de Mayo, del desfile y de la fiesta... le tenemos que rendir a los padres lo que se recaudó por las comidas..."

Medio con picardía, terminó con un: "...¿te fijaste viejo? hoy es sábado, y no sé si voy a poder hacer el almuerzo, así que me van a tener que convidar ustedes al almuerzo, y espero que sean esos buenos tallarines que tan exquisitamente prepara la Marcela (mi otra hija)...y si podés, mandale a decir a la Cristina que las maestras también trabajamos los sábados, y hasta los domingos, para cumplir con la escuela..." Claro, no podía contestarle sino con el silencio…Y esto me viene a cuento cuando este lunes la docencia mendocina irá a un paro por sus reivindicaciones, soliviantada además, por "aquello de la Cristina", como bandera

La Quinta Pata, 01 – 07 – 12

La Quinta Pata

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